El Real Valladolid pierde frente al Mallorca en el último suspiro

Es evidente que hay maneras de perder. Y el Real Valladolid eligió la peor posible. En el último minuto, así, tal cual, y en una jugada que podía ser evitable. Pasaban tres minutos de los cuatro que había marcado de añadido el colegiado. Kenedy cometió una falta, innecesaria y evitable, y esa acción a balón parado resultó decisiva, sobre todo porque si algo tiene el Mallorca es jugadores con calidad para poner el balón en el área rival, como Kang in Lee. Su balón lo remató Abdón Prats batiendo a Masip, echando por tierra todo el trabajo defensivo realizado. Pecó de nuevo de inocente.

Lejos de Zorrilla la imagen del equipo es otra bien distinta, no termina de cuajar. Y si encima comete errores como el de la falta, todavía cuesta más. Y las sensaciones no son buenas, por más que el equipo haga cosas buenas, que las hace. En este partido fue bueno el trabajo defensivo, tuvo más posesión, pero está claro que hace falta algo más. ¿Más mala leche? ¿Más mordiente? ¿Más picardía? ¿Más saber parar los partidos? ¿Más acierto? A saber. Lo que está claro es que tiene que empeszar a ganar partidos. Y si es en el próximo partido frente al Rayo, mejor.

El choque respondiò al guion que se esperaba entre dos equipos con unos números similares. De salida, el Real Valladolid quiso el balón, aunque un error en la salida de balón del conjunto vallisoletano provocó la primera llegada con peligro del Mallorca. Dani Rodríguez envió fuera ante la salida de Masip con el portero del Pucela tratando de tapar huecos. La idea del Mallorca era clara, esperar y esperar, sin perder el orden, dejar que el Real Valladolid tuviera el control del balón y buscar su oportunidad en acciones rápidas, como lo hizo Amath, aunque el jugador del Mallorca se entretuvo y reaccionó a tiempo la defensa del Pucela.

La respuesta de los de Pacheta llegó en un remate de Plata que atrapó sin problemas Rajkovic. Poco a poco, el Pucela fue controlando la situación y dio dos serios avisos con Guardiola. En el primero, el delantero cayó dentro del área, pero el árbitro no indicó nada. En el segundo, un buen movimiento ofensivo dentro del área le permitió, aunque agarrado por un defensor, remató a portería. El balón se marchó ligeramente desviado en la que fue la mejor ocasión del Real Valladolid. Por lo que pudiera pasar, y si cabe ya con la lección bien aprendida, no hubo protestas.

Las defensas mandaban en las áreas y los porteros apenas tenían trabajo. La del Pucela controlaba bien al máximo artillero del Mallorca, Muriqi, tanto por aire como por tierra. El buen hacer defensivo impidió que el jugador bermellón tuviera presencia ofensiva. En ese sentido, el plan estaba funcionando, tanto para llegar al descanso con empate a cero en una primera parte que no es que resaltara por su brillantez. Con presencia en el campo del Mallorca, con mayor posesión del balón, y minimizando el ataque del rival, al Pucela lo que le faltaba era generar más presencia ofensiva.

La segunda parte comenzó con los mismos protagonistas tanto en el Mallorca como en el Real Valladolid. Sin cambios. Ni de jugadores ni de partido en esos minutos, aunque el choque parecía animarse por momentos, por el Mallorca en dos acciones, una de Dani Rodríguez y otra de Amath, acompañadas por parte pucelana con buenas llegadas de Lucas Rosa.

Pacheta movió ficha. Dio entrada a Kike y Kenedy por Roque Mesa y Gonzalo Plata. Poco a poco el partido fue tomando color blanquivioleta. Raíllo estuvo providencial tirándose al suelo en el área para tapar el disparo de Fresneda en una peligrosa contra del Valladolid y Kike Pérez envió un balón al larguero. Y más cambios en el Pucela. Pacheta dio entrada a Feddal por El Yamiq y apostó por Weissman para el ataque en lugar de Sergi Guardiola.

El partido había cambiado. Había más espacios y eso propiciaba más llegadas. Y con algo más de ritmo, pero sin acierto. Y si no hay goles... El choque estaba abierto, con llegadas del Mallorca y también del Pucela. Los dos técnicos quemaron sus naves con sus últimos cambios. En esas idas y venidas alguien podía sacar petróleo. Y casi lo consigue Kang in Lee. Su lanzamiento obligó Masip a intervenir con acierto..

Y cuando todo estaba abocado al empate, el Pucela se pegó un tiro en el pie. Una falta cometida por Kenedy (y le costó tarjeta amarilla), en los minutos de añadido originó la jugada del gol del Mallorca. Peligrosa cuando el Mallorca tiene jugadores que ponen bien el balón en el área. Como el coreano Kang in Lee. Su envío encontró a Abdón Prats y su remate batió a Masip en lo que fue la última jugada del partido porque ya no hubo tiempo más que para volver a lamentarse. Otra vez.