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Guardiola se lamenta tras errar una ocasión de gol. Villamil

El Real Valladolid pierde su condición de invicto en Zorrilla desde el punto de penalti

Una controvertida pena máxima condena a los de Sergio y estira la trayectoria triunfal del Sevilla a domicilio

Domingo, 24 de noviembre 2019

Un controvertido penalti -por la norma que obliga a repetirlo si se falla y el portero no tiene un pie sobre la línea de gol- acabó con la condición de invicto en Zorrilla del Real Valladolid, que hubo de remar a contracorriente y por primera ... vez esta temporada en su feudo desde el minuto 13 en busca del empate. Los de Sergio González hicieron méritos para sumar al menos un punto pero se toparon con un Sevilla talentoso en los primeros minutos y con el oficio suficiente en los últimos para sumar un nuevo triunfo a domicilio. Ante uno de los 'cuasi grandes' de la liga -por percha y prestaciones el que más ha demostrado, sin duda, con el Valladolid enfrente-, el equipo blanquivioleta se quedó corto no en intención y sí en calidad para exponer más fútbol. Para derribar muros como el que hoy supone el Sevilla necesita que todas sus piezas rindan al máximo nivel y cuando una sola chirría, la misión se torna imposible. Y en ese bloque consolidado que es hoy el Valladolid de Sergio González, la línea atacante desafina más de lo deseado. Ni Guardiola es ya el que empezó la liga ni Sandro ha encontrado la regularidad y acierto que le hicieron grande en el Málaga.

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El partido se jugó más en la pizarra que en el campo, y en ella el Sevilla -como no podía ser de otra forma- mostró más recursos. Eso sí, más cantidad que calidad de recursos porque Lopetegui movió bien sus hilos pero se encontró un equipo respondón que vendió cara su derrota.

Real Valladolid

Masip; Moyano, Olivas, Salisu (Ünal, minuto 88), Nacho; Hervía (Toni, minuto 63)s, Míchel, Fede San Emeterio, Óscar Plano; Sandro (De Frutos, minuto 77) y Sergi Guardiola.

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Sevilla FC

Vaclik; Jesús Navas (Gudelj, minuto 89), Kounde, Diego Carlos, Reguilón; Fernando, Ever Banega (Vázquez, minuto 74), Jordán, Ocampos, Nolito (Oliver Torres, minuto 67) y De Jong.

  • goles: 0-1 (minuto 13): Banega.

  • árbitro: Prieto Iglesias (comité navarro). Amonestó a Masip, Nacho y Toni Villa por los locales, y a De Jong, Fernando y Liucas Ocampos en dos ocasiones, expulsado en el minuto 92.

  • incidencias: Decimocuarta jornada de liga disputada en el estadio Zorrilla ante 18.169 espectadores.

Tomó el Valladolid muchas precauciones de salida, desde mucho antes del pitido inicial, con una alineación en la que Sergio tapó las dos bandas dando entrada a Hervías y Óscar Plano -a costa de sacrificar a Toni Villa- para frenar la velocidad del Sevilla, si no el que más sí uno de sus puntos fuertes. Hervías, que se reivindicó en el Trofeo Ciudad de Valladolid y empieza a tomar velocidad de crucero y a recobrar su mejor versión, ocupó sitio en la derecha para echar una mano a Moyano en las internadas del tándem Reguilón-Nolito. A su vez Plano cambió a la izquierda para hacer lo propio con Nacho y tener más presencia en una banda amenazada por Jesús Navas y Ocampos, uno de los dúos de moda del campeonato.

Dos pulmones que igualaron fuerzas en la pizarra durante muchos minutos, compensando los desajustes que el equipo de Lopetegui acostumbra a provocar en los rivales, especialmente cuando juega lejos del Sánchez Pizjuán. De hecho no fue ningún carril el que desniveló la balanza ni los puñales sevillistas los encargados de condicionar el partido. Sí lo hizo una polémica decisión arbitral en una de esas acciones que sí se entienden como penaltis en esta nueva era futbolística cuando hasta hace bien poco pasaban inadvertidas.

Un remate limpio de Nolito que encuentra el contacto de Moyano primero y la señalización de pena máxima por parte de Prieto Iglesias a instancias de su línea después. No iba a acabar ahí la confusión generada por la decisión del colegiado navarro, ya que Masip detuvo el lanzamiento de Ever Banega ante la algarabía del público y el árbitro ordenó repetir por otra de esas controvertidas modificaciones del reglamento por la que el portero debe tener un pie sobre la línea de gol. Una obligación más para los porteros y una sanción añadida para el equipo que comete el penalti que en este caso le dio a Banega la oportunidad de enmendar su error. El argentino disparó esta vez arriba y no falló. Se habían disputado trece minutos de juego y al Valladolid le tocaba remar a contracorriente por primera vez esta temporada en Zorrilla. Y lejos de encontrarse incómodo, con el paso de los minutos fue ganando en confianza apoyado en acciones a balón parado pero especialmente en las internadas de Hervías en banda derecha. El riojano, al más puro estilo de los extremos clásicos, se cansó en la primera parte de llegar a la línea de fondo y poner balones al punto de penalti.

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Precisamente de una de sus acciones individuales nació la ocasión más clara de los blanquivioleta en la primera parte. Un balón que parecía perdido y sin rumbo lo cazó Sandro en el área pequeña para enviarlo al larguero. Poco antes había sido Sergi Guardiola, especialmemnte desafortunado, el que pudo apuntarse el empate pero el delantero balear buscó un control orientado que se le fue medio metro cuando lo más fácil parecía el disparo.

Acogotado atrás, el Sevilla se encontró más cómodo en velocidad y buscando contras como la que dejó solo mano a mano a Nolito con Masip y que el de Sanlúcar desaprovechó de forma incomprensible. Con el susto en el cuerpo por esa acción que pudo significar el 0-2, el Valladolid se fue al descanso con la sensación de no haber sido peor que su rival.

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De hecho en su salida mantuvo un ritmo uniforme e idéntica disposición en busca de una acción que le reportara el empate. Y en el primer cuarto de hora dispondría de dos. En la primera Hervías botó una falta con la misma fuerza pero distinto resultado que aquella que convirtió en gol ante Osasuna; y en la segunda un balón en largo de Nacho encontró a Sergi Guardiola, que de nuevo terminó la jugada sin poder rematar a puerta. Ninguna de las dos se transformó en gol y el partido entró en una fase de indecisión que favoreció los intereses sevillistas. Con escaso bagaje ofensivo, los de Julen Lopetegui defendieron el gol con uñas y dientes, apoyado en la solidez de su tándem de centrales Kounde-Diego Carlos.

Sin cambios con los titulares, llegó el turno del banquillo a través de unos cambios que modificaron por completo la fisionomía del Valladolid. Sergio sacrificó a Hervías, el mejor hasta entonces, en busca de la magia de Toni; buscó mayor profundidad dando entrada a De Frutos; y acabó con el tándem Guardiola-Ünal arriba a costa de descomponer la defensa por las molestias físicas de Salisu.

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El Valladolid terminó el partido buscando el empate roto en todas sus líneas, con Moyano como central y De Frutos en el lateral derecho, y con más empuje que argumentos. El Sevilla, con diez por expulsión de Ocampos en el descuento, acabó el partido encerrado en su área agarrando tres puntos que estiran una trayectoria triunfal -y única en el campeonato- a domicilio.

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