Antoñito y Sandro estallan de alegría para celebrar el primer gol del canario con la camiseta blanquivioleta. G. Villamil

Un Real Valladolid que nunca desiste

LEJOS DEL ÁREA ·

El autor del texto glosa la capacidad del conjunto blanquivioleta para mantener una fe inquebrantable durante todos sus partidos

tony pola

Lunes, 4 de noviembre 2019, 19:40

Hay días en los que todo parece salir mal: la ducha solo tiene agua fría, te quemas con el café o se te cae la tostada, llegas tarde a trabajar (si tienes trabajo), discutes con tus amigos… Y para rematar, pierde tu equipo. Las malas rachas, a veces, se extienden en el tiempo y duran, lamentablemente, más de veinticuatro horas. A todos nos ha pasado que llegan semanas en las que encadenas malas noticias, triviales como una tostada sucia o un café destemplado o serias como el fallecimiento de seres queridos. Puede que sea cierto que las desgracias nunca vienen solas o simplemente que haya momentos en los que la pura superstición nos lleva a ligar unos sucesos con otros. La vida tiene estas cosas y por eso hay que aprovechar los buenos días, al igual que tratar de sonreír en esos momentos menos afortunados.

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El domingo, deportivamente hablando, fue una jornada para saborear y disfrutar a nivel colectivo y también de manera individual para muchos; hombres que, en mayor o menor medida, atravesaron recientemente épocas complicadas. El primer nombre propio que nos viene a la cabeza es el de Sandro, que con su gol se quitó de encima una gran losa. La imagen de todo el estadio celebrando su tanto, empezando por su familia y terminando por sus compañeros, habla a las claras de la familia que forma este equipo.

Junto a Sandro, muchos otros se reivindicaron en Zorrilla. Otro anotador, Joaquín, encontró el premio a tanto esfuerzo, después de un año a la sombra de Calero y de no jugar ni un minuto en las primeras jornadas de Liga. Para rematar la faena, Ünal, tantas veces criticado, forzó y marcó un penalti. Ellos tres fueron la cara visible de la felicidad en un domingo perfecto para el Pucela, pero, como casi siempre, también hay que destacar el buen hacer de trabajadores como Moyano o Míchel, piezas fundamentales que parecen vivir una segunda juventud.

Todos ellos siguen, en buena lid, comandados por Sergio, un entrenador a los que los resultados (dos victorias amplias en casa frente a una derrota previsible pero dura en Barcelona) vuelven a dar la razón una semana más. Tras el triunfo ante el Mallorca, Sandro escribía en Twitter algo así como que en la vida tienes que persistir y nunca desistir; un mensaje válido hasta para los privilegiados futbolistas, que también están en su derecho de atravesar y superar malos momentos.

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