El Real Valladolid en Navidades
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El equipo blanquivioleta jugó el día de Nochebuena de 1950 en Lisboa contra el Sporting de PortugaljOSÉ mIGUEL oRTEGA
Jueves, 29 de diciembre 2022, 16:50
En el fútbol de ayer o de anteayer, es decir en el fútbol de hace más de medio siglo, solían respetarse las fiestas navideñas dejando sin actividad la fecha más próxima a los días 24 y 25, para reanudar el campeonato una semana después, con jornada oficial el día 31 o el día 1, porque Nochevieja y Año Nuevo siempre han sido unas fiestas más paganas, de uvas y cotillón.
En la presente temporada, pese a todos los cambios impuestos por la Liga y las televisiones, se respeta el descanso navideño y se vuelve al tajo después, con la visita a Zorrilla nada menos que del Real Madrid en fin de año. Sin embargo hubo un precedente en la historia del club blanquivioleta que demuestra que siempre puede haber excepciones, por muy enraizadas que estén las costumbres.
En la temporada 1950-51, el campeonato de primera división español se tomó el tradicional descanso navideño, pero el Real Valladolid, en cambio, sí jugó un partido amistoso el día 24 de diciembre en Lisboa, nada menos.
Después del éxito que supuso llegar a la final de la Copa del Generalísimo y de mantenerse con holgura entre los grandes, Antonio Barrios fichó por el Rácing de Santander y su puesto en el Pucela lo ocupó Juan Antonio Ipiña, un exjugador de gran prestigio que, sin embargo, empezaba aquí su currículo como entrenador. Las dudas que suscitó su fichaje se disiparon con el arranque más espectacular que ha tenido el conjunto blanquivioleta en toda su historia.
Invicto en las diez primeras jornadas y líder de la clasificación durante casi tres meses, el Real Valladolid se convirtió en la sensación de la temporada en España, traspasando incluso fronteras porque al club, que entonces tenía su sede en la calle Claudio Moyano, llegó una oferta del Sporting de Lisboa para disputar un encuentro a beneficio del jugador internacional Joao Azevedo en la capital portuguesa, aprovechando que también en aquel país se producía un parón de la actividad futbolística en Navidades.
La oferta económica era lo suficientemente atractiva como para que el presidente vallisoletano, Manuel González Aquiso, destinara parte de la misma a pagar una prima a los jugadores compensándoles el no poder estar con sus familias en Nochebuena y Navidad. Así que la expedición viajó a Lisboa en el Lusitania Exprés con todos los titulares y un refuerzo de gran categoría, el extremo internacional del Atlético de Madrid, Miguel.
Si el Real Valladolid se convirtió en la revelación del campeonato español, el Sporting Clube de Portugal había ganado tres títulos consecutivos acabando con la hegemonía del Benfica y el Oporto. De hecho estos tres equipos son los únicos en el fútbol lusitano que siempre han jugado en Primera División.
Aquellos años fueron especialmente brillantes para el Sporting, a cuya delantera se la conocía con el significativo nombre de 'Los 5 violines', que definía el juego brillante y ensamblado del ataque verdiblanco, comparable con la perfección de una sinfonía. Correia, Peyroteo, Travassos, Vasques y Pereira, todos ellos internacionales, eran los cinco violines que tenían enloquecida a la parroquia verdiblanca y que iban a poner a prueba al 'Muro del Pisuerga', como el diario 'Marca' había bautizado a la zaga del Valladolid, formada por Saso, Lesmes I, Babot y Lesmes II.
Peyroteo, uno de los más grandes futbolistas portugueses de la historia, estaba lesionado y no pudo jugar, pero aún así la calidad del equipo que era líder de la primera división de su país estaba fuera de toda duda, de modo que pese a jugarse en una fecha tan significativa como el día de Nochebuena el campo registró una gran entrada, rozando el lleno, con la curiosidad de ver en acción a un equipo español que no era el Madrid, el Atlético, el Barcelona, el Athletic Club de Bilbao o el Sevilla, que eran los más conocidos por los aficionados lusitanos.
Se adelantó Correia a los 8 minutos, reaccionando los vallisoletanos con un futbol brillante que generó varias ocasiones claras, aunque hasta el minuto 75 no llegó el empate, obra de Aldecoa, que parecía el resultado más justo en función de los méritos de unos y otros, aunque Travassos deshizo la igualada apenas un par de minutos después. Pese a la derrota, las crónicas de los periódicos locales coincidían en señalar que el Valladolid no fue en ningún momento inferior a su rival. La defensa, los medios Ortega y Lasala y el extremo Miguel recibieron especiales elogios por parte de los periodistas lisboetas, que se atrevían a augurar que si el Valladolid mantenía ese nivel, podría pelear por el título de Liga en España.
Desgraciadamente, una plantilla tan corta como era entonces la blanquivioleta no pudo mantener el ritmo exhibido en la primera vuelta y terminó en un honroso sexto lugar, por delante del Athletic Club de Bilbao y Real Madrid, entre otros.
Quien sí peleó, y ganó, la Liga portuguesa fue el Sporting, que se había adjudicado el titulo en 1947, 48 y 49, cediendo el de 1950 al Benfica para recuperarlo después en 1951 y mantener la hegemonía en 1952, 53 y 54, complementando un ciclo realmente excepcional, con los cinco violines más afinados que nunca.
El reglamento de entonces no permitía más cambio que el del portero, en caso de que éste se hubiera lesionado, de modo que a Portugal solo viajaron los once titulares y Cabezudo, meta suplente que tuvo ocasión de jugar en el segundo tiempo por culpa de la lesión sufrida por Saso.
La alineación blanquivioleta fue: Saso (Cabezudo); Lesmes I, Babot, Lesmes II; Ortega, Lasala; Juanco, Coque, Mora, Aldecoa y Miguel, mientras que el Sporting de Lisboa formó con: Acevedo; Caldeira, Passos, Juvenal; Canario, Verissimo; Martins, Vasques, Correia, Travassos y Albano.
Por cierto, aquel gran equipo que se enfrentó al Valladolid en la Nochebuena de 1950, no solo es uno de los tres grandes del fútbol portugués sino que puede presumir de la mejor cantera de su país, pues en ella se formaron fenómenos tan conocidos como Luis Figo, Paulo Futre y Cristiano Ronaldo.
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