Diez partidos seguidos sin ganar llevaba el Athletic Club en liga hasta la jornada pasada, cuando tumbó por 1-0 al Villarreal, y esta noche se enfrenta a su segundo reto en pocos días: la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey en ... el Nuevo Los Cármenes de Granada.
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Lo que ocurra en ese choque (en la ida vencieron los leones por 1-0) influirá a buen seguro sobre el ánimo con el que el equipo de Gaizka Garitano afronte el próximo domingo a las 14:00 horas su visita al Nuevo José Zorrilla para medirse al Real Valladolid.
Kiko Olivas lo admitió esta mañana, el equipo estará «pendiente de cómo se den las cosas» en ese choque. «No sé que les puede influir más, si ganar o perder», dijo el central antequerano seguro de que una eliminación podría espolear al equipo vasco o hundir su moral y también una victoria les relajaría o por contra sería capaz de otorgarles velocidad de crucero. Mas allá de eso, el defensa consideró que lo que deben hacer los suyos es «ser fieles» a la forma en la que están jugando en casa recientemente porque bajo su punto de vista el equipo está completando «grandes actuaciones» aunque tal vez no haya logrado «los puntos merecidos».
«Es un partido fundamental que podemos ganar», afirmó sin ambages el futbolista, que de igual forma dejó claro que la plantilla sabe que si los tres partidos que quedan antes del parón de selecciones de finales de mes (Athletic Club, Leganés y Celta de Vigo) se dan bien la salvación estará «prácticamente conseguida». «Tenemos unas expectativas muy altas; puede definirse la temporada», ahondó el central, que destacó especialmente los choques de casa, donde el plantel debe «hacerse fuerte» y está «respondiendo muy bien».
Respecto a su situación personal, después de cumplir la pasada semana cien partidos como jugador blanquivioleta, Olivas se mostró «feliz» y quiso agradecer «como siempre» el trabajo de Sergio González, fundamental para que poco a poco lograra la confianza que ahora le hace sentirse «en un gran momento» y seguro de que no puede «pedir más». «Al principio se veía todo negro. Me costó mucho, no me acostumbré a estar aquí ni al estilo de juego, no me salían las cosas y lo pasé bastante mal por las críticas y sentirme cuestionado. No me encontraba yo mismo. Poco a poco he ido evolucionando, la llegada del míster fue fundamental, nos cambió a todos«, zanjó con una sonrisa.
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