El Real Valladolid mira de cerca al ascenso directo con un empate vital en Alcorcón

Para llegar a este punto hubo que sufrir en Santo Domingo. Pezzolano se ajustó al guión previsto en el once inicial, con los cambios obligados en ataque y sin alterar la estructura defensiva y del centro del campo. De esta manera, Álvaro Negredo recuperó la punta del tridente atacante después del debut del juvenil Arnu la pasada jornada frente al Espanyol, precisamente para dar algo de oxígeno al veterano delantero. Raúl Moro ocupó la banda izquierda del ataque en lugar del sancionado Anuar Mohamed Tuhami, con la intención de desequilibrar por su flanco en un partido de cerrojos. En el resto de demarcaciones no hubo cambios, lo que dejó a Iván Sánchez en la banda derecha, con el trío habitual en la medular y Javi Sánchez como acompañante de Tárrega en el eje defensivo. En el Alcorcón, Mehdi Nafti colocó a Óscar Rivas como central ante la ausencia del sancionado Chema Rodríguez e incluyó en el once al ghanés Emmanuel Addai por el flanco izquierdo y a Fede Vico como punta en lugar del lesionado Chiki Borrego.

El Real Valladolid salió mandón en los primeros minutos, con ganas de acercarse a la portería alfarera. Raúl Moro enarboló el estandarte ofensivo y comenzó a percutir con muchas ganas por la izquierda. El Alcorcón sufrió en este tramo inicial, sin capacidad para atar al extremo blanquivioleta, un tormento constante. Todo pasó por Moro y, tras una llegada al línea de fondo y gran pase atrás, Javi Sánchez probó por primera vez los guantes de Jesús Ruiz. El Pucela soplaba arriba y el omnipresente Moro armó un disparo al que también respondió el portero local.

Con llegada y brío, el Real Valladolid ofreció buenas sensaciones que se evaporaron con gran celeridad. El exblanquivoleta Javi Pérez se lesionó en el Alcorcón y, justo tras efectuar el cambio del mediocentro por Juanma Bravo, acotenció el conato de debacle. La flecha de Addai rompió por la izquierda, la pelota le llegó aFede Vico en el área y el delantero conectó un remate a trompicones que Jacobo González dejó pasar por debajo de las piernas para despistar a Masip. El balón se coló llorando tras tocar en el poste. Un gol 'churrete', pero un gol al fin y al cabo. El VAR revisó un posible fuera de juego, pero César Tárrega lo rompió.

El 1-0 convirtió al Real Valladolid en un manojo nervioso. Lucas Oliveira empezó a perder balones, condicionado también por una rápida tarjeta amarilla. El Alcorcón olió la ansiedad blanquivioleta y plantó la tienda de campaña en el área de Masip. El campo se inclinó hacia la portería delPucela, con continuos chaparrones amarillos. Masip sacó un lanzamiento directo desde el córner de Quintillá, Addai envió un centro con rosca que no encontró rematador y Fede Vico volvió a exigir al guardameta blanquivioleta con un potente disparo lleno de pólvora.

El Real Valladolid se fracturó en sus líneas: Meseguer trató de comandar la circulación, pero no lo logró. Negredo sufrió un claro agarrón en el área del Alcorcón, pero González Francés no quiso saber nada del penalti. Los alfareros siguieron modelando en partido a su antojo, con Jacobo flameando arriba. La amarilla que vio Quintillá llevó a Pezzolano a cambiar temporalmente de bandas a Raúl Moro e Iván Sánchez, con la intención de que el primero buscara las cosquillas al lateral izquierdo. Sólo Monchu logró poner en aprietos a Jesús Ruiz con un latigazo lejano antes del descanso. A la acción contestó Addai tras un pase de Quintillá, en una acción que retrató a un flojísimo Lucas Oliveira y a un superado Luis Pérez. El extravío pucelano resultaba preocupante...

Los minutos transcurrieron con una sensación creciente de que el partido se iría por el desagüe y el Real Valladolid dejaría de depender de sí mismo. Pero esto es la Segunda División, un campo de minas para todos. Masip se colocó la capa para abortar una acción muy clara de Víctor García y el Pucela pareció encasquillado. Entonces, apareció la magia de Moro, que volvió a rasgar por enésima vez la banda izquierda y encontró a Meseguer para que prolongase el balón hacia Álvaro Negredo. El tiburón vallecano leyó bien la acción, salió del fuera de juego y engatilló a la media vuelta un golazo de altísima trascendencia.

El 1-1 dio alas a un Real Valladolid refrescado por los cambios (entraron De la Hoz, Biuk y Salazar) y con ganas de clavar la daga. Biuk sorprendió por la izquierda y estuvo a punto de marcar. Luego, el croata se ovilló en un remate fácil tras otra obra de arte de Moro. Raúl Moro pudo firmar la victoria con un disparo que tocó en el hombro de Castro y repelió la cruceta. En el intercambio final, los nervios afloraron:Marciano Sanca estuvo a punto de rebañar una embarullada jugada que acabó atrapando Masip y una falta de Tárrega al borde del área permitió a Jacobo disponer de una bala final que acabó siendo de fogueo.

El Real Valladolid deja de ser líder (el Leganés recobra el trono), pero se mantiene en zona de ascenso directo como segundo clasificado, con un punto de ventaja sobre el Eibar. Las opciones de ascenso matemático se abren ya la próxima jornada con un triunfo ante el Villarreal B y una derrota del Eibar ante el Sporting. Zorrilla puede ser una fiesta el domingo. Si no, seis puntos garantizarán el ascenso en Tenerife... El Pucela lo tiene en su mano.