Un Real Valladolid por mejorar en ataque

El Real Valladolid ofrece números bajos en su faceta atacante. Con sólo 36 disparos intentados durante estas cuatro jornadas, su media se queda en los nueve lanzamientos por encuentro. Sólo la Real Sociedad promedia menos fuego sobre las porterías rivales (7,5 tiros por partido). Sin embargo, el cuadro 'txuri urdin' puede presumir de más eficiencia, ya que de sus treinta intentos cuatro han acabado en celebración de gol.

Hasta ahora, Raúl Moro comanda la generación de finalizaciones en el Pucela, con un total de ocho disparos de los 36 que suma el Real Valladolid. El extremo blanquivioleta lo intenta desde igual desde fuera del área (4) que dentro de 'la caja' (otros 4). Le siguen Selim Amallah (5) y Mamadou Sylla (4). En este punto conviene destacar a Juanmi Latasa, llamado a convertirse en una referencia atacante: el delantero madrileño ha efectuado tres remates en 63 minutos sobre el campo, lo que le convierte en el futbolista de la plantilla que menos tiempo necesita para inquietar algo arriba (un disparo cada 21 minutos). Con la producción de Moro, no resulta extraño que el Pucela aparezca como la escuadra de toda LaLiga que más vuelca el juego por la izquierda (28% de los disparos llegan por esta zona).

El Real Valladolid presenta un claro problema de puntería en este tramo inicial del campeonato: únicamente promedia un disparo a puerta por encuentro disputado, la cifra más baja hasta ahora junto al Getafe. Y sólo tienen la mira mínimamente ajustada Raúl Moro (0,5 tiros a portería por partido) y Selim Amallah (también con 0,5 de media). El resto no atina entre los tres palos de los contrincantes.

Los goles esperados (xG)

Las métricas más avanzadas también reflejan los desafíos que debe resolver el equipo de Paulo Pezzolano. El Real Valladolid debería haber anotado más tantos en los cuatro partidos disputados (al menos dos dianas más) de acuerdo con la cifra de 'goles esperados' (xG en su representación estadística, abreviatura de 'expected goals').

Este valor, que permite medir la 'calidad' de los disparos, hace referencia a la probabilidad que cada uno de los lanzamientos intentados acabe en gol (no es lo mismo un tiro lejano y con poca potencia que un remate contundente en el área pequeña).

De esta manera un xG de 0,01 indica una probabilidad de marcar un gol en ese disparo en cada 100 intentos y uno de 0,99 dejaría 99 goles de 100 en la misma situación. El xG del Real Valladolid en estas primeras cuatro jornadas es de 3,04, pero sólo ha logrado anotar un gol (el de Raúl Moro en la primera jornada ante el Espanyol), lo que le deja un diferencial negativo de -2,04. Simplemente con afinar la puntería en las oportunidades claras o eludir la mala suerte rematadora, el Pucela debería mejorar sus registros goleadores.

En el plano general, hay tres equipos que presentan peor diferencial de xG. El más negativo es el del Betis, con sólo un tanto anotado tras 45 disparos y un valor negativo de goles esperados de -3,33. También han desperdiciado opciones claras de marcar el Espanyol (con un xG de -2,82) y el Sevilla (-2,8). El conjunto perico tiene los mismos puntos en la clasificación general que el Real Valladolid (4), pero tanto Betis como Sevilla están por detrás en la tabla, con dos puntos cada uno, aunque en el caso de los verdiblancos con un partido menos.

El Real Valladolid figura como uno de los dos equipos de LaLiga (junto al Getafe) que no ha logrado rematar aún en el área pequeña de sus rivales. Los 36 lanzamientos se reparten en 10 desde fuera del área y 26 en el área grande. Los diez disparos lejanos en cuatro partidos arrojan una media de 2,5 por partido, la más baja de los veinte equipos de Primera División en este apartado de tiros de larga distancia.

El Pucela tendrá ante el Celta en Balaídos (domingo 15 de septiembre, 14 horas) la próxima oportunidad de acabar con su sequía realizadora. Aunque los gallegos son octavos con seis puntos, aparecen como el segundo equipo que más goles (8) ha encajado en este primer tramo tras el Real Valladolid (10, siete ante el Barça). Toca blindarse atrás... y mejorar arriba.