El Real Valladolid jugará ante Unionistas en un campo peligroso

Unionistas juega desde hace dos temporadas sus partidos en el Reina Sofía, remodelado campo con capacidad para casi 5.000 espectadores gracias a la inversión del Ayuntamiento para adecuar una instalación municipal a un club que no para de crecer en todos los sentidos. Pero el Real Valladolid no jugará allí el partido. Será en Las Pistas del Helmántico, las históricas pistas de atletismo que aún se mantienen como sede del vigente récord de altura del cubano Javier Sotomayor desde 1993 (2,43). Al lado sigue un estadio Helmántico cada vez más deteriorado en el que juega el Salamanca UDS, su propietario a través del mexicano Manuel Lovato, el dueño del club.

El Reina Sofía, hasta ahora de césped artificial, ha tenido que amoldarse este verano a las exigencias de la RFEF, que obligan a tener campo de hierba natural desde la campaña 22-23 en la tercera categoría nacional. Una obra que, por cierto, ha tenido que costearse el propio club salmantino ante la negativa del consistorio a hacerlo. Unos 300.000 euros que han salido del bolsillo de sus socios a través de donaciones y, la gran mayoría, de comprar también sus carnés de socios para los próximos 5 o 10 años pagando desde 1.000 a 3.000 euros por adelantado. También Unionistas tendrá que pagar el mantenimiento del verde -que está empezando ahora a brotar- el primer año, ya que a partir del segundo lo hará el Ayuntamiento.

Por ello, este Unionistas-Real Valladolid se jugará en Las Pistas, un campo poco propicio para el fútbol profesional y mucho menos para un equipo de Primera. Aunque no será el primer equipo de Primera en utilizarlas. Allá en enero de 2020 el Real Madrid se impuso por 1-3 en la eliminatoria de dieciseisavos de la Copa del Rey. Allí han jugado esta pasada temporada tanto el filial del Salamanca UDS como el Ribert (descendidos de Tercera RFEF a Regional) y, como todos los años, entrenan atletas sus diferentes disciplinas. Velocidad, vallas, saltos... y también disco o peso, con lo que la zona cercana a la jaula de lanzamientos suele tener más irregularidades de las esperadas. Una circunstancia que deberán tener en cuenta todos los laterales/interiores/extremos que este viernes transiten por allí habitualmente con el balón en juego.

Unionistas volverá a ser este año uno de los proyectos más modestos de la Primera RFEF pero no por ello deja de ser ambicioso. De hecho, las dos últimas campañas ha llegado a la última jornada con serias opciones de jugar la fase de ascenso a Segunda División: hace dos años le faltó un gol en los Anexos ante el Promesas y este pasado curso ganó en Riazor al Dépor pero no le acompañaron otros resultados de rivales directos. Por su reducido presupuesto y su buen rendimiento en el campo, Unionistas tendrá que reinventarse de nuevo desde los despachos al ser buena parte de sus jugadores tentados por proyectos más potentes de la categoría. A día de hoy -jugará su primer partido veraniego ante el Pucela- cuenta con 15 jugadores profesionales en su plantel, los renovados Salva de la Cruz, De Miguel, De la Nava, Ramiro, Pedraza y Nespral, y los fichajes de Mario Losado, Ramón Blázquez, Borja Díaz, Raúl Beneit, Juampa Barros, Óscar Sanz, Isaac Obeng, Mario Gómez y Jon Rojo, los dos últimos regresan a la entidad tras haber jugado en la 20-21 ya en Salamanca.