![El Real Valladolid menos goleador en 96 años de historia](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/09/30/RaulMoroo-kgJB-U2201381251923r6D-1200x840@El%20Norte.jpg)
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J. C. Cristóbal
Martes, 1 de octubre 2024, 07:06
Son tiempos en los que se confunde al crítico con el 'hater', en los que al aficionado se le asigna el papel de comparsa en el bufandeo y el karaoke, en los que el salto del equipo al campo no levanta pañoladas cuando vienen mal dadas; al Zorrilla se sube a sufrir, todos juntos, o casi, a animar y a arropar al equipo, sin broncas al césped, al banquillo o al palco. Como estas líneas son sensaciones sujetas a la opinión de cada cual, es necesario acudir a la frialdad de los números, esos que no engañan, para afirmar que el Real Valladolid 2024-25 es, después de ocho jornadas disputadas, el menos goleador en sus 96 años de historia. Nunca, ni en Primera ni en Segunda, el equipo había llegado con solo cuatro goles a estas alturas del curso.
Raúl Moro, dos veces, Kike Pérez e Iván Sánchez son los autores de los goles blanquivioleta, un saldo paupérrimo que pierde todavía más valor si se tiene en cuenta que solo uno de ellos sirvió para sumar puntos, el primero de Moro al Espanyol, un disparo que tocó en un defensa y se enredó en las mallas para certificar la victoria por 1-0, la única hasta el momento. El segundo tanto del extremo barcelonés fue un espejismo, un amago de esperanza al colocar un 2-1 en Balaídos después de una primera parte infame; el de Kike Pérez resultó casi una burla, igualó con el 1-1 el partido del Pizjuán, parecía que el Real Valladolid podría remontar al peor Sevilla del siglo en un Nervión a punto de estallar, hasta que el conformismo abrió la sección de regales; y el de Iván Sánchez aplicó una capa de maquillaje al 0-2 del Mallorca sin más resultado que retrasar la salida de aficionados del estadio.
El nombre de los goleadores explica también la sequía pucelana. Si la plantilla de Pezzolano tiene una posición bien cubierta, al menos en cantidad, es la de delantero centro, con Latasa, Marcos André (titulares en tres partidos) y Sylla (titular en dos); sin embargo, no solo están a cero, es que ni siquiera han estrenado su cuenta de disparos a puerta, el que más se acercó al gol fue Latasa con su golpeo a la madera de la portería del balear Leo Román. Ni suerte tiene el ariete madrileño. Y es que no se trata de que el Real Valladolid no acierte en sus remates, que no tenga puntería, el problema es que no genera, con solo once disparos bien dirigidos entre los tres palos; si se piensa con indulgencia, cuatro goles de once remates no está mal.
Esa renta convierte al Real Valladolid en el menos goleador del campeonato, una lacra que no compensa en la defensa, puesto que también es el más goleado con 17 tantos en contra, y eso que Karl Hein está siendo una de las sorpresas positivas del equipo. El estonio acumula 30 paradas, solo superado por el españolista Joan García. Es decir, el equipo de Pezzolano llega poco y le llegan mucho.
En una trayectoria tan larga como la del club blanquivioleta, con 47 temporadas en Primera y 38 en Segunda, con once descensos, uno de ellos a Tercera, no encontramos ninguna con unos números tan bajos. La que más se acerca es la de la Liga 20-21, cuando el equipo entrenado por Sergio González solo sumó cinco goles (Míchel, Guardiola, Villa, Bruno y Waldo) en ocho jornadas, y dos de ellos de penalti; la puntuación de entonces era todavía peor que la de ahora, con tres empates y cinco derrotas, la primera victoria tuvo que esperar a la jornada siguiente, la 9ª. El Real Valladolid descendió esa temporada, sin que se moviera del banquillo a Sergio González, con solo 31 puntos, la más baja desde que está en vigor el sistema de tres puntos por victoria. Tiene guasa que la etapa en la presidencia de un goleador como Ronaldo reúna las dos temporadas más secas frente a la portería rival.
0 disparos de los delanteros
Los delanteros del equipo de Pezzolano (Latasa, Marcos André y Mamadou Sylla) aún no han disparado entre los tres palos en las ocho primeras jornadas. El que más se ha acercado al gol hasta la fecha es Juanmi Latasa con el tiro a la madera de la portería de Leo Román en el último encuentro ante el Mallorca.
Incluso la peor temporada del Pucela en Primera, la 63-64, la única en que acabó como colista, le dio para llegar a la jornada 9ª con mejor renta: seis goles para cosechar los mismos resultados que en esta 24-25, con una victoria, dos empates y cinco derrotas. El presidente de entonces, José Miguel Arrarte, no tuvo la paciencia del de ahora y despidió al técnico Ángel Zubieta después de cinco partidos y le reemplazó por Paco Lesmes. El Real Valladolid descendió con 19 puntos (las victorias valían dos); el año anterior consiguió la mejor clasificación de su historia, cuarto empatado con el Real Oviedo, que fue tercero.
Esa temporada 20-21, con Sergio, no es la única en la que el Real Valladolid encadenó los ocho partidos iniciales sin victorias; en la 82-83, con Felipe Mesones, el arranque todavía pintó peor, el argentino hizo las maletas después de diez jornadas con la tabla de victorias a cero, la primera llegó en la 14ª, un 2-0 al Racing con un gol de Rusky y otro en propia puerta y García Traid en el banquillo. El Real Valladolid reaccionó y acabó decimosegundo. Pues incluso en esa penosa etapa de Mesones el equipo fue tan romo como este de Pezzolano, de hecho le duplicó en dianas, con ocho goles en una serie de cuatro empates y cuatro derrotas.
Para reforzar la consigna de que si no eres capaz de marcar goles, que tampoco te los metan, es bueno remontarse a uno de los Valladolid de Vicente Cantatore, el del curso 87-88; los cinco goles en ese periodo de ocho partidos le sirvieron para conquistar tres victorias y tres empates, solo marcó cinco, pero dejó su portería a cero en cinco ocasiones. Era el Pucela de Fenoy, los hermanos Hierro, Moreno y Gonzalo en su sistema defensivo.
Por dejar un último párrafo a la nostalgia, el Real Valladolid 58-59 celebró 29 goles en ocho partidos (siete victorias y un empate), fruto de un 8-2 al Coruña y un 8-1 al Gerona; el Pucela ascendió como campeón de Segunda con Saso de entrenador e ilustres en la plantilla como Morollón (Pichichi ese curso con 22), Pereda, Lesmes o Matito. Y por dejar el blanco y negro y volver al fútbol en color, el Real Valladolid 83-84 fue el que alcanzó mejores números goleadores en Primera, con 16 dianas en ocho jornadas (marcó en todas); entrenaba García Traid, luego se le quedaron las vacas flacas, fue despedido y el Real Valladolid recibió el verano con la Copa de la Liga en las manos.
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