El Real Valladolid que frenó al Real Madrid de Di Stéfano

En la jornada 11ª, el Real Madrid era líder con una sola derrota y una capacidad goleadora apabullante: 28 tantos a favor y algún resultado tan contundente como el 5-0 al Barcelona. Teóricamente, el Real Valladolid, que visitaba Chamartín el 29 de noviembre de 1953, se perfilaba como una víctima propiciatoria de aquella máquina de fútbol y goles liderada por la 'Saeta Rubia', apodo como era conocido el astro argentino y título de la película que se estrenó en 1956 con el doble propósito de aprovechar su popularidad y contrarrestar la de Ladislao Kubala, la figura del Barça, que dos años antes también tuvo la película de su vida, 'Los ases buscan la paz'.

Muy pocos espectadores de los que acudieron aquella tarde a Chamartín dudaban del triunfo madridista y las únicas apuestas consistían en cuántos le iban a meter al Pucela, que hasta entonces había alternado las de cal con las de arena.

El encuentro tenía otros alicientes, como el hecho de que por primera vez se iban a enfrentar los hermanos Lesmes, Paco en el Valladolid y Rafa en el Real Madrid, club en el que militaba desde la temporada anterior, aunque no había tenido oportunidad de jugar ante su antiguo equipo.

Pero en su segunda temporada Lesmes II se había afianzado en el lado izquierdo de la zaga blanca y Lesmes I continuaba siendo un referente en la defensa blanquivioleta y, sin duda, uno de los mejores centrales del fútbol español. De hecho, antes de este partido que nos ocupa, el seleccionador Luis Iribarren, había preseleccionado a los dos hermanos para un entrenamiento a celebrar en el estadio José Zorrilla, de la capital vallisoletana.

Pero volvamos a Chamartín, donde arbitró Iturrioz con estos protagonistas. El Real Madrid formó con Pazos; Navarro, Oliva, Lesmes II; Muñoz, Zárraga; Atienza, Olsen, Di Stéfano, Molowny y Gento. Y el Real Valladolid puso en el campo a Saso; Matito, Lesmes I, Losco; Ortega, Lasala; Domingo, Lolo, Morro, Ducasse y Valdés.

Los blancos dominaban pero a la hora de la verdad no sabían cómo hincarle el diente a la sólida defensa vallisoletana, con Saso inspiradísimo y Paco Lesmes convertido en la sombra de la 'Saeta'. Y cuando ya declinaba el primer tiempo, al graderío madrileño se le heló la sonrisa con dos zarpazos seguidos de los visitantes. A los 43 minutos, una contra rapidísima fue culminada por Morro con un gran disparo que, tras pegar en el poste, entró hasta el fondo de la portería de Pazos. Y un minuto después, cuando los rivales no se habían repuesto aún de la sorpresa, un cabezazo de Domingo ponía el asombroso (0-2) en el marcador.

Durante el descanso, tanto en las gradas como en el vestuario, los seguidores madridistas se encomendaron a la Virgen de la Almudena y, sobre todo, a Alfredo Di Stéfano para dar la vuelta a aquella especie de afrenta contra el líder. Cerco a la meta forastera y gol del argentino en el minuto 53, lo que hacía suponer que las aguas de la lógica volverían a su cauce. Pero no. El Valladolid aguantó como un jabato e infringió al Real Madrid la primera derrota de la temporada en su feudo.

Cuatro meses después, el 23 de marzo de 1954, el invencible Madrid de Di Stéfano volvía a caer en su duelo liguero ante el Valladolid, ahora en Zorrilla, en una inolvidable tarde de la que ya tendremos oportunidad de hablar largo y tendido otro día.

El Pucela fue el único equipo que derrotó las dos veces en que se midió aquella temporada al futuro campeón de la primera de las ocho Ligas conquistadas con Di Stefano en sus filas.

El Norte de Castilla llevó a su primera página la gesta blanquivioleta y en la ciudad no se hablaba de otra cosa que del triunfo de los de Luis Miró en Chamartín, a pesar de que el fútbol trajo al día siguiente a Valladolid otro acontecimiento de singular interés: el partido de entrenamiento de la selección española con el Deportivo Alavés como sparring, en el estadio José Zorrilla.

Las grandes figuras de la Liga, incluido Kubala que acababa de nacionalizarse, se concentraron en el Hotel Conde Ansúrez el lunes 1 de diciembre, para jugar al día siguiente contra el Alavés un partido de preparación… a puerta cerrada. Ganó la selección por 2-0 y en el ensayo participaron los hermanos Lesmes y otro jugador del Valladolid, el extremo Valdés, aunque el 6 de enero de 1954 el único que jugó contra Turquía fue Paco Lesmes, que hacía su debut como internacional.