Ver 39 fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver 39 fotos
Caer goleado siempre resulta doloroso, pero hay formas y formas. El Real Valladolid vivió varios estados de ánimo frente al Atlético de Madrid. Se ... vio desbordado en la primera parte y recibió tres goles que amenazaron con derruir todo el entramado. Luego, reaccionó a lo grande para someter al Atleti durante la segunda parte y soñar con un empate que rozó y que le hurtó el VAR, todo un instrumento para prevaricar a distancia. Finalmente, acabó encajando una goleada demasiado abultada que, en cualquier caso, debe servir de ejemplo de por qué no hay que bajar nunca los brazos. La derrota duele, pero deja cosas positivas para afrontar el trascendental partido ante el Rayo del jueves.
Noticia Relacionada
Pezzolano sólo introdujo mínimos cambios en la alineación del Real Valladolid, dentro de una tendencia continuista, a pesar de la sobrecarga de partidos en pocos días. Luis Pérez recuperó a la titularidad por la derecha e Iván Fresneda mutó de nuevo al lateral izquierdo, lo que dejó a Sergio Escudero en el banquillo de inicio. La baja de Selim Amallah la cubrió Álvaro Aguado, para formar un trivote en la medular. Martin Hongla quedó otra vez como ancla defensiva, para incrustarse entre Joaquín y El Yamiq y dotar al Pucela de la brega necesaria en esta zona del campo. El 5-3-2 blanquivioleta, habitual en las últimas jornadas, mimetizó el once del Cholo Simeone en el Atlético de Madrid, que se ajustó a la previsión. El croata Grbic se mantuvo en la portería ante la baja de Oblak, Witsel cubrió de nuevo la ausencia de Savic en el eje de tres centrales, junto a Giménez y el exblanquivioleta Mario Hermoso. Simeone repitió el mismo equipo que ganó al Mallorca en la jornada precedente, con otro 5-3-2 de sello cholista, pero hubo muchas historias.
Real Valladolid
Masip; Luis Pérez, Joaquín, Hongla (Plano, m.86), El Yamiq, Fresneda (Escudero,m.59); Kike Pérez (Iván Sánchez, m.59), Monchu, Aguado; Plata (Sergio León, m.72) y Larin.
2
-
5
Atlético de Madrid
Grbic; Nahuel Molina, Giménez, Witsel, Hermoso, Carrasco (Saúl Ñíguez, m.78); De Paul, Koke (Depay, m.78), Lemar (Kondogbia, m.66); Griezmann y Morata (Correa, m.63)
Goles: 0-1 (m.19), Nahuel Molina. 0-2 (m.23), Giménez. 0-3 (m.37), Morata. 1-3 (m.41), Larin, de penalti. 2-3 (m.73), Escudero. 2-4 (m.85), Joaquín en propia puerta. 2-5 (m.92), Depay.
Árbitro: Mateu Lahoz (comité valenciano). Amonestó a Monchu, Hermoso, Kike Pérez.
Otros datos: Estadio José Zorrilla. 23.321 espectadores
El Atlético de Madrid marcó pronto el 'tempo' del partido y en un par de minutos demostró cómo podía meter mano a la línea defensiva del Real Valladolid, muy reblandecida en los primeros compases. La presencia de Nahuel Molina en el área en el minuto 2 anunció a un Atleti con facilidad para pisar territorio rival. El Pucela se atoró en la salida del balón, un pecado mortal ante una escuadra de este tipo, que aprovecha como nadie el fútbol a la contra. Hongla se mostró fallón en varias acciones, con pérdidas no forzadas. Sin embargo, sobre el césped había trabajo a destajo y el Real Valladolid quiso asomarse a la zona de Grbic. Plata, de nuevo en su versión más incisiva, se internó en el área y Witsel abortó el conato de peligro. Luego fue Aguado el que estuvo a punto de rematar un córner ensayado, pero falló y el Atleti armó la contra. Kike probó fortuna con un latigazo frontal muy desviado.
El Atlético de Madrid no tardó en coger el hilo al choque. Apretó el pedal del gas y, en un parpadeo, descorchó el marcador. El Yamiq se adelantó para marcar a Griezmann, un auténtico diablo entre líneas. Nahuel Molina aprovechó el espacio por la banda y se coló como un obús, recibió el pase lejano de Giménez desde la línea de centrales y batió a Masip a placer.
El Real Valladolid se empequeñeció con este zarpazo atlético y empezó a temblar de mala manera. El 0-2 no tardó en llegar. Masip se comió una falta lejana botada por Griezmann y dejó que Giménez le ganase la tostada por alto. El central se elevó para marcar el segundo tanto rojiblanco mientras Masip llegaba tarde. El portero del Real Valladolid parece otro desde que cometió la pifia de Mestalla el pasado jueves. Ahora titubea en demasía y el equipo lo paga. Los centrales tampoco estuvieron acertados para marcar a Giménez.
El Pucela se quedó muy noqueado con este 0-2 en 23 minutos, con sensación creciente de desbarajuste táctico y con poco que oponer a un Atlético que desplegaba un fútbol muy veloz. Morata estuvo a punto de marcar el tercero, pero Hongla corrigió a tiempo para rebañar el balón sobre la misma línea de gol. Todo eran problemas para el Real Valladolid atrás, con la misma sensación de inseguridad, a veces rayana en el pánico, que ha padecido en otros momentos de la temporada.
A pesar de todo, el Pucela trató de sacudirse el dominio rival. Kike le robó la merienda a Griezmann para asistir a Larin, pero el delantero canadiense se ovilló a la hora del remate. Al Atlético le bastaba con la calidad de sus integrantes. Entre Morata y Griezmann retrataron todas las debilidades defensivas de un Pucela abarquillado en este tramo:el francés asistió en última instancia para que Morata descerrajase el 0-3 en el minuto 37. Nadie sabía qué hacer para frenar el vendaval rojiblanco. En medio del ambiente crispado, Mario Hermoso le colocó la mano en la cara a Plata cuando buscaba un remate. Mateu Lahoz señaló bien el penalti. Larin no dudó y recortó distancias desde los once metros antes del descanso.
El paso por vestuarios energizó al Pucela, que recibió una buena dosis de 'pezzolanina'. El Real Valladolid se fue arriba y se propulsó con la entrada de Escudero por la izquierda. El lateral vallisoletano trajo en jaque al Atleti, que empezó a verse sometido con rotundidad. Joaquín estrelló un disparo en el larguero de Grbic. El Real Valladolid se creció a lo grande. Larin se lió en el área cuando tenía todo a favor para rematar. El Pucela soplaba y soplaba con intensidad. Ahora era el Atlético de Madrid el que se empequeñecía ante el empuje local. La grada vibraba con intensidad. Y, en un saque de esquina, Sergio Escudero se elevó para marcar un golazo que ponía el 2-3 y metía dosis extra de nerviosismo a los rojiblancos. Sergio León golpeó un balón en la cruceta en medio del seísmo de Zorrilla. El partido había cambiado de signo claramente. Entonces, llegó Mateu Lahoz y el VAR para inhibirse en una mano clara de Saúl en el área. El penalti era de libro, pero nadie quiso saber nada. Ni Mateu ni Estrada Fernández, que estaba en la sala VOR. Saúl tenía los brazos abiertos, pero el arbitraje en España es un mal chiste... o una prevaricación constante. La opción del 3-3 se esfumó por la infamia arbitral y llegaron las desgracias. Joaquín, que había mandando un balón al palo de Grbic, marcó en propia puerta el 2-4 y el central blanquivioleta se lesionó cuando perseguía a Depay, que rubricó el 2-5 final. El Pucela salió goleado, pero pudo haber empatado. Y sometió al Atleti durante muchos minutos. Hay derrotas y derrotas. Y esta, a pesar de todo, no duele tanto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.