«Somos del Pucela sí señor, de corazón, no me importa la Segunda División, es mi pasión. Y aunque descendamos me da igual, yo voy a estar. Sé que en Primera volveremos a jugar, ya lo verás», versos que cantaban los aficionados del Real Valladolid. ... La pasión, el amor a unos colores, un sentimiento inexplicable. Después de la dolorosa derrota ante la Real Sociedad B, 308 aficionados blanquivioletas no dudaron en desplazarse hasta Eibar. Lo malo fue que no hubo más entradas, sino estaríamos hablando de una invasión. La derrota, escoció, quizás hizo trizas el corazón, pero las heridas se cierran, quedan cicatrices que te dejan marca, pero la mejor noticia es que pueden sanar.
Publicidad
Tres autobuses llenos de hinchas blanquivioletas salieron desde el Paseo de Filipinos a las 8:00 de la mañana y a las 12:00 pisaron territorio vasco. Fue como aquel astronauta que pisa tierra después de su expedición a la luna. Rostros algo cansados, pero no tardarían en desaparecer esos síntomas. Las horas previas al partido iban a ser una fiesta. La afición armera acogió con los brazos abiertos a la hinchada blanquivioleta. Situaciones que solo puede explicar el fútbol. Las fiestas de las Letras Gallegas y el Gran Premio Femenino Ciudad de Eibar de ciclismo convirtieron el centro de la ciudad en un escenario idílico. No había persona que no luciera los colores de su equipo. La pandemia borró esos momentos que afortunadamente se han podido recuperar. El hermanamiento en las calles fue de lo más emotivo, las camisetas blanquivioletas y azulgranas se mezclaron. Fotos, abrazos, boinas, banderas, bufandas..El fútbol no solo está en el estadio, está en cada rincón de la ciudad.
Hay que recordar que Eibar tiene 27.566 habitantes, el José Zorrilla tiene una capacidad de 27.618. La cantidad no importa cuando la implicación por el club es tal que te ciega. Algunos aficionados blanquivioletas hicieron noche para poder disfrutar de la ciudad y empaparse de la cultura eibarresa. En cada bar se aglutinaron ambas hinchadas que pudieron saborear los sabrosos pinchos. La atmósfera era especial, esos momentos que se te quedan clavados en la retina. Las piernas ya comenzaron a temblar y eso que todavía no había no empezado la final. Sobre las 15:00 horas la marea blanquivioleta enfiló el camino hacía el estadio y no tardaron en ocupar sus asientos. El despertar de la fiera, el rugido del león. Sus gargantas comenzaron a entrar en calor y su voz pronto retumbarían en Ipurua.
No cabía ni un alfiler en el estadio armero. El duelo era una final, nadie tenía duda de eso. Sergio León no quiso perderse la batalla. Viajó 290 kilómetros para apoyar a los suyos. Desde el campo, el delantero tenía la mirada perdida, por su mente se proyectaba la sanción que le ha castigado con cuatro partidos. «Se gana disfrutando», dijo Pacheta a los suyos antes de saltar al campo. Hubo que esperar a la segunda parte para ver los goles del Real Valladolid y convertir esos temblores en euforia. Ese fue el rugido más atronador.
Publicidad
Primero Nacho y luego Weissman desataron la locura. Los dos jugadores se acercaron al calor de la afición, aquellos que se encontraban en el fondo situado detrás de la portería de Cantero. Fue como la adrenalina cuando te montas en una montaña rusa. La fiesta que había empezado por la mañana puso su broche de oro cuando el colegiado indicó el final del partido. Las camisetas de los jugadores volaron con destino a la afición. La hincha que Weissman mandó su camiseta no pudo contener la emoción. La camiseta de su ídolo. El fútbol y su pasión. Al grito de: ¡Sí se puede! despidió la afición a su equipo. Saben que la esperanza es lo último que se pierde, aunque habrá que cruzar los dedos para que el Eibar vuelva a pinchar. El Real Valladolid no ha dicho su última palabra.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.