El Real Valladolid también se disuelve de mala manera en Zorrilla

Paulo Pezzolano retocó el once del Pucela, pero con menos variaciones de las que cabría imaginar... en cuanto a nombres. Juma Bah volvió al eje de la zaga como acompañante de David Torres, pero Cömert no se cayó de la alineación, sino que adelantó su demarcación para armar el doble pivote defensivo junto a Mario Martín, con Kike Pérez cerrando el vértice alto del centro del campo. Juanmi Latasa y Raúl Moro recuperaron sus puestos como delantero y extremo, aunque este último apareció por la derecha de inicio. En el solidificado RCD Mallorca, Jagoba Arrasate rotó de nuevo en la portería, donde dio galones a Leo Román. Además rehízo la defensa con Maffeo en el lateral derecho y Copete en el eje de la zaga por la lesión de Valjent. Morlanes suplió de inicio a Omar Mascarell en la medular. Fueron las cuatro variaciones de los baleares.

El Real Valladolid compareció con el 'marchamo Zorrilla', ese sello que le lleva a mostrar una versión seria en su estadio... si las cosas no se tuercen. El cuadro blanquivioleta reclamó la pelota desde el primer momento y se desplegó hacia arriba con ganas de acabar con su acusada sequía goleadora como local, algo que sólo logró al final porque suele atacar con flechas de goma y balas de fogueo. El Mallorca inquietó de inicio con un amenazante Larin. El exblanquivioleta estrelló un balón en la cruceta, aunque esa acción quedó invalidada por fuera de fuego. Luego, remató un centro de Darder, en un acción en la que decayeron las vigilancias pucelanas.

El equipo blanquivioleta tiró diagonales infructuosas para buscar a Moro, que tuvo su guerra particular con Johan Mojica. En su banda natural, el extremo blanquivioleta trató de buscar las cosquillas por todos los medios, pero lo cierto es que estuvo desdibujado durante casi todo el choque.

El Real Valladolid mantuvo prietas de inicio las dos líneas de cuatro, con Kike Pérez y Latasa iniciando la presión arriba. En ataque, se desmelenó más que en otros partidos y fue Latasa el que estrelló un balón en la madera tras una diablura de Moro. La pelota le cayó inesperadamente a Darwin Machis, que no encontró el filo necesario. Al equipo le falla la puntería, incluso en las ocasiones claras. Munuera Montero se tragó una mano de Morlanes en el área que olía a penalti. El árbitro no quiso saber nada y el VAR, tampoco. Atrás, Juma y Torres mantuvieron el tipo en la primera parte con buenas anticipaciones y frenando las tímidas acometidas visitantes. El Pucela se huracanó aún más en minutos de mucho vendaval ofensivo, con Cömert apareciendo por sorpresa en el área para rematar alto un balón controlado por Latasa. El suizo vivió más liberado como mediocentro posicional. Un latigazo de Machis silbó por encima de la portería de Leo Román, a centímetros del gol. La pelota la había ganado de manera heroica el batallador Latasa y Moro habia pespunteado el envío. Las oleadas del Pucela tampoco cristalizaron con un remate trastabillado de Mario Martín, cuya bota se encasquilló.

El Mallorca logró sacudirse este dominio del Pucela. David Torres despejó con gran anticipación un centro de Mojica hacia Larin y Raíllo se elevó por encima del enjambre de jugadores del Real Valladolid tras un córner para rematar fuera. Karl Hein embolsó un seco disparo de Robert Navarro y Rosa tuvo que despejar el lanzamiento de Navarro. El cuadro balear giró la aguja del partido antes del descanso, con el epílogo del golpe que sufrió Hein al impactar contra el poste en una falta sobre la bocina botada por Darder.

La tendencia estaba trazada y quedó confirmada en la segunda parte. Tras el intercambio de ocasiones entre Larin y Kike Pérez (Leo Román empleó por fin el guante), Luis Pérez pidió el cambio por lesión y el Pucela se fue por el desagüe sin solución de continuidad. Las aberraciones cometidas en la confección de la plantilla obligaron al ingreso de Raúl Chasco y a la permuta de Lucas Rosa al lateral derecho. Larin pinchó un pase de Dani Rodríguez, se coló entre David Torres y Juma y remachó el 0-1. El gol sumió al Pucela en un estado cercano a la catatonia y las entradas de Juric y Sylla no mejoraron nada. Hubo otra mano de Dani Rodríguez en el área del Mallorca sin castigo arbitral y Moro pecó de lentitud en una internada a la que llegó Maffeo. Lucas Rosa cometió la gran pifia de la noche y perdió la pelota ante Valery, que marcó a placer el 0-2 por el palo largo de Hein. El público dimitió y empezó a vaciar Zorrilla. Con el ambiente a medio camino entre la crispación y el desánimo, Hein salvó el 0-3 sobre la línea. Un mínimo rayo se abrió con el golazo de Iván Sánchez en el 93, pero ya era demasiado tarde. El Pucela también se disuelve de mala manera en casa.