La de ayer es de esas derrotas duras, de las que duelen mas aún que otras, porque bien pudo haberse tornado en victoria, o incluso en empate, tal y como se iban desarrollando los acontecimientos.
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Encajar un gol antes del primer minuto es una contrariedad ... revertible en acicate, si se sabe gestionar.
Ello te obliga a realizar dos cosas de inmediato. En primer lugar: evitar un segundo fallo que te condene, y acto seguido elevar al máximo el nivel de atención y concentración en tu propio juego.
Defender más fuerte, pasar más preciso y atacar más rápido. Y mientras, ir madurando a un rival, que como el Rayo ayer, viene a defenderse y contraatacar.
Abrir el campo, desbordar por fuera para llegar a la línea de fondo y escoger el centro para que sea apto de rematar por haber llegado el resto de jugadores a posiciones idóneas para hecerlo.
El Pucela, salvados los primeros minutos tras el gol, lo hizo todo muy bien.
Y ya en el último cuarto de hora de esa parte era el dueño absoluto del partido, para seguir de igual forma en los comienzos del segundo periodo.
Sergio González mantenía el guion, al tiempo que el equipo había asumido y ejecutaba correctamente los parametros de corrección para enderezar el rumbo.
Sin embargo, llegado el minuto 62 Toni abandonaba el terreno y con él se iba la penetración por esa vía; la misma por la que se habían generado sendas entradas peligrosas que acabaron en faltas mal ejecutadas. No se perdía solo un futbolista, se perdía un recurso importante en el juego.
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De igual forma, y probablemente a efectos de llegar más rápido a la portería contraria, se marchó Keko y apareció Verde en el terreno de juego para ocupar elextremo derecha. Se había marchado el otro «rompedor de banda» y teníamos dos «nueves» en la misma zona y a un tirador en un costado. Lo propuesto de inicio se marchitaba, y la prisa por llegar había sustituido a la calma por elaborar.
Y es que el centro de un lateral desde tres cuartos de campo nada tiene que ver con el de un extremo desde la línea de fondo. El primero da ventaja al defensor y el otro se la proporciona al atacante.
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Y ya puestos aser arriesgados, y con dos figuras iguales en el área, ¿por qué no una defensa con solo tres elementos?
Con Michel y Alcaraz donde estaban y Verde por detrás de Cup y Ünal las opciones del italiano aumentaban y las bandas se hubiesen mantenido con Plano y Keko.
El penalty, con ser trascendente, es una opción que se puede acertar o errar.
Nadie mejor que el entrenador para mover las fichas con arreglo a sus ideas, y nadie mejor que el crítico para valorar los resultados de las mismas. Es mucho mas fácil escribir de lo visto que proponer desde la banda. Se lo aseguro y no me equivoco.
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