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El Real Valladolid dejó escapar dos puntos cuando tenía prácticamente atados los tres en un partido controlado en el que el Levante salió a flote cuando más hundido estaba. Solo un error infantil de Joaquín, al cometer un penalti innecesario en un balón que se ... marchaba sin aparente peligro por línea de fondo, hizo que el equipo de Paco López rescatara un empate, el quinto consecutivo, que no le saca de la zona de descenso y deja en difícil situación a su técnico.
Justo un minuto antes de marcar Campaña desde el punto de penalti, el Levante estaba tocado y casi hundido. E incluso pudo marcar el Valladolid el segundo y cerrar el partido, pero Alcaraz falló de manera incomprensible en un mano a mano solo con Dani Cárdenas. El empate evita que el Valladolid de Sergio sume su tercera victoria consecutiva y asome la cabeza a la mitad de la tabla.
Once jornadas después, Valladolid y Levante siguen sin poder dejar su portería a cero.
Real Valladolid
Masip: Hervías (Janko, minuto 70), Joaquín, Bruno, Nacho; San Emeterio (Javi Sánchez, minuto 88), Alcaraz, Orellana, Óscar Plano (Jota, minuto 85); Marcos André y Guardiola.
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Levante UD
Cárdenas; Son (Rober Pier, minuto 70), Vezo, Postigo, Clerc; Malsa, Campaña, Rochina, Morales (Dani Gómez, minuto 70), Melero (Jorge de Frutos, minuto 67) y Roger (Sergio León, minuto 80).
goles: 1-0 (minuto 57): Marcos André. 1-1 (minuto 82): Campaña, de penalti.
Ábitro: Pizarro Gómez, del comité madrileño. Amonestó a Postigo, Melero y Dani Gómez por los visitantes.
incidencias: Undécima jornada. Estadio Zorrilla, sin público en las gradas por la pandemia.
Las urgencias no dejaron huella en el planteamiento inicial. Más cómodo en la trinchera, replegado a la espera del desliz del rival, el Real Valladolid prescindió de la posesión como si se empleara lejos de Zorrilla y no hubiera abandonado Los Cármenes cinco días después. Como sucediera en Granada, aguantaba en bloque bajo bien asentado en el liderazgo defensivo de Joaquín y sujeto al muro levantado por Alcaraz y San Emeterio, pendiente de que sus dos estiletes, Marcos André y Guardiola, cazaran un balón a la espalda para llevar peligro a la portería visitante. No toques lo que funciona, proclamaba Sergio antes de visitar al equipo nazarí, y el técnico no movió el once y tampoco el planteamiento inicial.
Se trataba de proponer un partido de esos que los entrenadores llaman largos para que la ansiedad y frustración se fuera poco a poco apoderando de un Levante en crisis, atrapado por la necesidad que supone dos meses sin catar victorias. Cada minuto que dejaba su portería a cero iba a ser un pequeño trocito de victoria. Y en esa misión se empleó un Valladolid, ya sin fisuras ni errores groseros, que optó de nuevo por prescindir de un centro del campo creativo para jugar más directo. Tres disparos en los cinco primeros minutos -Guardiola y Marcos André- sirvieron de aviso a un bloque granota que no se amedrentó e intentó jugar su superioridad en bandas gracias a la movilidad de Morales. El comandante empezó percutiendo frente a Hervías y fue alternando posiciones en busca de un gol que llegó a olfatear hasta en tres ocasiones en la primera parte. La primera murió a un metro de Masip tras ganar la línea de fondo; a la segunda le faltaron centímetros para rematar de cabeza; y en la tercera su disparo pecó de inocente.
Al paso por el ecuador del primer tiempo, el Levante pareció tener controlado el partido... como tantas otras veces antes de llegar a Zorrilla. Pero si el equipo de Paco López está pagando cara una factura esta temporada es la de su falta de pólvora en ataque. Echa en falta a Borja Mayoral y acusa la falta de forma de Roger, de regreso en Zorrilla tras recuperarse del contagio por covid. Morales es mucho Morales pero no es suficiente para ganar partidos por sí mismo, y cuando se difuminó su estampa pegado a la cal, el Levante lo acusó y dio un paso atrás.
El Real Valladolid ya retomó el mando en la recta final de la primera parte y bien pudo adelantarse si Guardiola conecta en condiciones un remate de cabeza demasiado centrado que facilitó el trabajo bajo palos al debutante Cárdenas. Ocasión muy franca, de '9' nato, que el delantero aún siguió lamentando en el hombro de Marcos André tras el descanso a la salida del túnel de vestuarios.
La igualdad y respeto pesaban hasta entonces a partes iguales en un partido por el que los dos equipos pasaban de puntillas para no cometer el error que les pusiera en desventaja. Con el paso de los minutos, el miedo a perder planeaba más en las filas granotas, con más toque que estoque cara a portería.
Ese mismo instinto que tanto echa en falta Paco López en un banquillo es el que viene disfrutando Sergio González en el otro en las tres últimas jornadas gracias al olfato de delantero puro de Marcos André. Marcó el brasileño ante el Athletic en la primera victoria de la temporada; repitió en Granada para aportar su granito en el segundo triunfo consecutivo; y ante el Levante no faltó a su cita con el gol, aprovechando como nadie los espacios que le dejó la defensa levantina. En esta ocasión no fue un gol de pillo, tampoco en eslalon, y sí un tanto de delantero centro y de colocación, ahí donde Guardiola no acertó en la primera parte.
Suya fue la mitad del mérito porque la otra mitad le correspondió a Óscar Plano, que recuperó el balón en área propia y ganó metros por la banda hasta colocar un centro perfecto a la cabeza de Marcos André.
Ya en ventaja, se trataba de dar todos los galones a Joaquín para apuntalar la meta de Masip y evitar pasos en falso. El gol obligó a Paco López a sacudir el árbol en busca de reacción y su apuesta llevó al banquillo a Morales, uno de los líderes del vestuario, Melero, Son y Roger para arriesgar con todo lo que tenía en la reserva, incluido el segoviano y exblanquivioleta De Frutos. Pólvora suficiente, más de la que puso de inicio, para inquietar la meta de Masip y buscar el empate.
Un empate que rescató de la nada, en un balón sin aparente peligro en el que el recién incorporado Dani Gómez sacó petróleo al provocar un penalti cuando se iba ya por línea de fondo. Grave error de Joaquín que Campaña se encargó de transformar desde los once metros para desesperación de todo el banquillo, que segundos antes había contemplado impotente cómo Alcaraz fallaba un mano a mano solo ante el portero sin ni siquiera acertar a disparar entre los tres palos.
En un partido controlado durante tres cuartas partes, el desliz de Joaquín no solo impedía sumar tres puntos sino que empañaba la trayectoria última de los blanquivioleta, que con la victoria en la mano bien pudo haber puesto tierra de por medio de la zona de descenso. Séptimo punto en los tres últimos partidos para el Valladolid y quinto empate conescutivo para el Levante, que sigue anclado en la zona baja.
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