El Real Valladolid consumó el descenso en el Insular
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Los blanquivioletas dependían de sí mismos para salvar la categoría, pero perdieron ante Las Palmas y se fueron a Segunda en la 57-58 tras diez años en la máxima categoríaJosé Miguel ortega
Valladolid
Domingo, 15 de agosto 2021, 08:32
La temporada 1957-58 empezó mal para el conjunto blanquivioleta, sin duda como consecuencia de las importantes bajas que había sufrido en su plantilla. Titulares de la campaña anterior, como Losco, José Luis, Lolo, Cerdán y Murillo dejaron el estadio Zorrilla, los tres primeros porque los directivos pensaron que ya eran demasiado veteranos, y los dos últimos porque fueron traspasados a Osasuna y Zaragoza, respectivamente.
Y como entre los numerosos fichajes no había ninguno de auténtico nivel, bastaron los partidos iniciales de la Liga para saber que el Pucela, que había mantenido a Rafa en el banquillo, iba a sufrir de lo lindo para mantener la categoría. La afición cargaba un domingo sí y otro también contra la Junta Directiva que presidía Ramón Pradera, hasta que el 28 de enero de 1958 acabó pagando el pato de los malos resultados el entrenador, Rafa, que fue cesado después de perder (1-3) frente al Zaragoza en casa.
Como la situación económica era tan mala como la deportiva, se optó por un remedio casero, nombrando entrenador-jugador a José Luis Saso, quien a su vez recomendó la contratación, como preparador físico, de Giovanni Mova, reputado entrenador de atletismo italiano que venía desarrollando un gran trabajo con los atletas vallisoletanos.
Aunque tardaron, los resultados empezaron a enderezarse hasta el punto de que se llegó a la última jornada con el Jaén ya descendido, y media docena de equipos implicados en la lucha por eludir la otra plaza de descenso: Sevilla, Las Palmas, Real Gijón, Granada, Zaragoza y Real Valladolid, que viajó a Las Palmas con la moral muy alta tras haber ganado con autoridad al At. Bilbao (3-0) y la tranquilidad de depender de sí mismo para salvarse de la quema.
El 4 de mayo se disputó aquella dramática jornada final, con las aficiones de todos los equipos implicados pendientes de las noticias de la radio, especialmente de Carrusel Deportivo, el programa de la SER que había puesto en antena Bobby Deglané en 1952.
Saso apostó por una alineación en la que con él bajo los palos, se saliera a ganar sin especular, sobre todo teniendo como referente goleador a Manolo Badenes, que aspiraba a ganar el Trofeo «Pichichi»…con permiso de Alfredo Di Stéfano y el valencianista Ricardo.
Sin embargo, la ilusión empezó a desvanecerse demasiado pronto, pues a los doce minutos se adelantaban los insulares con un gol de Alfonso Silva, el veterano interior canario que había vuelto a casa después de triunfar en el Atlético de Madrid. El propio Silva y Macario volvieron a batir en la segunda parte la portería blanquivioleta, haciendo inútil el tanto de Paz y, ni siquiera si Zariquiegui hubiese atendido la protesta de Badenes, reclamando como gol una jugada en la que, tras estrellar la pelota en el larguero, el meta canario Pepín, la sacó en la misma raya. Entonces no había VAR porque ni siquiera había llegado la televisión a nuestro país.
Tremenda desilusión, pues, la que sufrió la afición vallisoletana porque, después de diez temporadas entre los grandes, el Pucela volvía al pozo de la segunda división pese a que con los resultados que se produjeron, a los blanquivioletas les habría servido un empate para salvarse. Perdieron Granada, Gijón, y Zaragoza, empató el Sevilla y solo ganó, de entre los implicados, la Unión Deportiva Las Palmas, donde también actuaba de entrenador jugador Luis Molowny.
Las crónicas cargaban contra la falta de ambición de los jugadores de un equipo en el que ni siquiera se salvó Badenes, máximo realizador de la Liga junto a Di Stéfano y Ricardo, los tres con 19 goles.
Los protagonistas de aquella triste jornada para el fútbol vallisoletano fueron, con el navarro Zariquiegui como árbitro, Pepín; Pantaleón, Mújica, Beneyto; Villar, Torres; Felo, Eduardo, Larraz, Silva y Macario, por la Unión Deportiva Las Palmas; y Saso; Pontoni, Lesmes I, Tini; Matito, García; Rodríguez I, Gallet, Badenes, Paz y Rodríguez II, por el Real Valladolid.
La directiva de Pradera pagó con su dimisión las consecuencias del descenso, no sin antes traspasar al Sporting –que entonces se llamaba Real Gijón- a Badenes y los dos Rodríguez, y hacer una limpia de una docena de jugadores más en la plantilla.
Saso y Mova se salvaron de la quema, entró en escena como presidente Carlos del Río y un año después, el conjunto vallisoletano retornaba a primera. Pero esa es otra historia….
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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