Joseba Llorente se lamenta tras el 7-0 encajado por el Real Valladolid ante el Real Madrid en el Bernabéu en 2008 Gabriel Villamil
Récord negativo

Los otros 7-0 en contra del Real Valladolid y sus consecuencias

El Pucela igualó por cuarta vez el sábado ante el Barça su mayor derrota histórica en la Primera División

Arturo Posada

Valladolid

Domingo, 1 de septiembre 2024, 20:44

La imagen de equipo duro de roer para los rivales que pretende imprimir Paulo Pezzolano en este Real Valladolid en Primera División chocó el sábado con un muro de realidad. El Pucela de la temporada 2024-2025 ha pasado a engrosar a las primeras de ... cambio la lista de humillaciones históricas en la élite. El 7-0 que le endosó el FC Barcelona de Hansi Flick iguala el peor registro de goleadas en contra en Primera. ¿Descarrilamiento ocasional o preludio de la debilidad de una plantilla mal confeccionada y debilitada en los últimos días de mercado? ¿Fueron el sólido triunfo ante el Espanyol y los 70 minutos de aguante en el Santiago Bernabéu un espejismo? Sólo el tiempo dará respuesta porque las conclusiones categóricas pueden resultar muy volátiles en el fútbol y, si algo demostró este Pucela en Segunda el curso pasado con Pezzolano al frente, es su capacidad para remontar situaciones adversas. En cualquier caso, el desolador 7-0 en Montjuic es un claro aviso a navegantes por el que club ayer pidió perdón de manera reiterada en sus redes sociales. «Vamos a volver más fuertes, estamos seguros», escribió el Real Valladolid en X. ¿Qué sucedió en las otras tardes negras del Pucela? ¿Cómo digirió el equipo los tres 7-0 en contra anteriores? ¿Pasó factura el escarnio al final de aquellas temporadas? Veamos.

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Temporada 2007-2008

Un día difícil para Mendilibar en el Bernabéu

«Estamos en condiciones de superar al Real Madrid», dijo José Luis Mendilibar el jueves 7 de febrero de 2008. Tres días más tarde, y tras el 7-0 encajado por el Real Valladolid en el Santiago Bernabéu, el entonces entrenador blanquivioleta buscó argumentos para que la plantilla superase el inevitable desplome anímico. «No hemos tenido el día y es igual cómo jugar. Nos habrían ganado fácil. Quizás nos hubiesen metido menos goles, pero al final son tres puntos. Ahora son dos o tres días los que vamos a pasar jodidos, pero espero que a partir del miércoles empecemos a pensar en el Mallorca», declaró Mendilibar aún con el escozor del 7-0.

Aquella tarde, Sergio Asenjo ejecutó cuatro paradas... y encajó siete tantos. La defensa (Pedro López, Rafa López, José Antonio García Calvo y Alberto Marcos) vivió una pesadilla constante. El centro del campo, con Álvaro Rubio y Vivar Dorado, naufragó sin remisión. Sisi, Capdevila, Víctor y Llorente apenas inquietaron en ataque. Bernd Schuster, entonces entrenador blanco, se quedó «sorprendido» de que el Real Valladolid jugase con la defensa tan adelantada, lo que facilitó los ataques blancos con certeros balones a la espalda de los zagueros del Pucela. Ni siquiera hubo un mínimo maquillaje en el marcador, como había sucedido el 13 de septiembre de 2003, con el 7-2 recibido en el mismo escenario (Ronaldo Nazário, actual presidente del Real Valladolid, marcó el sexto gol de los merengues).

Tras el demoledor 7-0 de la campaña 2007-2008, el Pucela no logró que el Mallorca pagase los platos en Zorrilla y sólo pudo sacar un punto merced al 1-1 final. Eso sí, el equipo de Mendilibar ganó posteriormente al Real Murcia a domicilio (0-1) y, tras los baches consustanciales a la categoría, acabó manteniéndose en la élite como decimoquinto clasificado con 45 puntos. La dolorosa goleada en contra pasó a la historia de las plusmarcas negativas, pero no tuvo mayores consecuencias en la tabla final.

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Temporada 1957-1958

Rafa Yunta sólo aguantó un partido más tras el descalabro

El Real Valladolid de Rafa Yunta venía de perder por 0-4 en el Viejo Zorrilla ante el Celta de Vigo y visitó al Atlético de Madrid el 19 de enero de 1958. En la primera vuelta, el Pucela había mantenido a raya a los colchoneros (2-2), con goles de Badenes y Rodríguez II. No era un mérito menor porque aquel 'Atleti' de Ferdinand Daucík acabó como subcampeón liguero por detrás del Real Madrid. Sin embargo, el partido en el Metropolitano fue otra historia y el Real Valladolid se despeñó con un 7-0 en contra. «No hay explicación a la derrota. Si acaso que los goles cuarto y quinto fueron en claros fueras de juego. Las lesiones de Paz y Pinilla han sido causa, a mayor abundamiento, para el triunfo del Atlético», dijo entonces un Rafa Yunta con pocas ganas de hablar con la prensa tras la derrota.

«Fueron siete –buen roto y descosido– como pudieron ser diecinueve. El público ya lo tomaba a 'choteo'», escribió Ceese en la crónica de El Norte de Castilla. «El Real Valladolid hizo el ridículo más espantoso precisamente en la plaza donde otras tardes triunfara», añadió el periodista.

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Rafa Yunta fue destituido a la jornada siguiente, tras perder en casa 1-3 frente al Real Zaragoza. Le suplió en el banquillo José Luis Saso, que compaginó su nuevo cargo con el de portero aún en activo. Le ayudó en el banquillo Giovanni Battista 'Mova', el primer preparador físico que pasaba a integrar el equipo de trabajo en un club español. No hubo la reacción esperada. El Real Valladolid acabó bajando a Segunda División como penúltimo clasificado, Ramón Pradera dimitió como presidente y Carlos del Río fue elegido como nuevo mandatario del club blanquivioleta. El 7-0 ante el Atlético de Madrid no fue anecdótico porque aquella campaña el Real Valladolid recibió la friolera de 73 goles en las 30 jornadas de las que constaba Liga. El Pucela volvió a Primera el curso siguiente con Saso y Mova en el banquillo.

Temporada 1950-1951

El borrón de un sólido Pucela entrenado por Ipiña

La tercera campaña del Real Valladolid en Primera División no pudo empezar de mejor manera en septiembre de 1950. El equipo dirigido por Juan Antonio Ipiña se colocó líder en la segunda jornada tras vencer al Sevilla por 4-1 en el Estadio Municipal (aún no era, oficialmente, José Zorrilla) y en esa posición de supremacía futbolística se mantuvo durante diez jornadas consecutivas hasta que cayó a finales de noviembre contra el Real Madrid en Chamartín.

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Nada hacia presagiar el «descalabro» (como escribió Ceese en El Norte) que estaba por llegar el 21 de enero de 1951. El Real Valladolid se vio sometido en el Metropolitano por un motivadísimo Atlético de Madrid que hizo pagar al Pucela la falta de designación de sus futbolistas por parte del «Comité de Selección». «La afrentosa marca quedó estampada en el rostro del equipo, en un descosido que no tiene fácil zurcido y que únicamente el tiempo y otras buenas actuaciones pueden relegar al olvido», añadió el cronista.

La reacción (al menos en el marcador) fue inmediata y el Real Valladolid de la época tumbó con una goleada (no tan contundente, eso sí) al Murcia en la siguiente cita, ya al calor del público vallisoletano. El 4-0 a favor (logrado ya al descanso) no satisfizo el exigente paladar de los aficionados y El Norte consignó que «de no ser por el número de tantos obtenidos en la primera parte, prometedores de una continuación lucida, el encuentro hubiera quedado en lo que en realidad fue [...]: un partido muy feo, muy aburrido». Aquel Pucela acabó sexto en la tabla y Juan Antonio Ipiña continuó como entrenador una campaña más. El primer doloroso 7-0 en contra de la historia quedó como un borrón.

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