Con el Real Valladolid perdiendo en Marbella en la Copa del Rey, alguien me preguntó vía Whatsapp si caer eliminados podría considerarse un fracaso. Mi respuesta: «totalmente», fue tajante. Un equipo de Primera no puede permitirse perder ante un conjunto de Segunda B, más aún ... cuando en la alineación titular del Pucela solo figuraba un jugador del filial. El gol de Ünal y la posterior victoria en los penaltis (con el consiguiente ensalzamiento de Lunin en los medios madrileños) solo consiguieron maquillar un encuentro más, y ya van ocho, en el que los pucelanos fueron incapaces de conseguir la victoria.
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Empieza a preocupar la poca ambición y la escasa capacidad de ganar que demuestra este equipo, en ocasiones, como en la prórroga copera, demasiado cómodo conviviendo con el empate. Los números, tras la primera vuelta, nos sitúan fuera de descenso con unos correctos 21 puntos. Las sensaciones, sobre todo en los últimos partidos, empiezan a encender algunas alarmas.
A la hora de escribir este artículo, el aficionado medio seguía suspirando por dos o tres fichajes que den un poco de alegría a este Real Valladolid, carente de alternativas en posiciones como el lateral izquierdo o de un centrocampista creativo que de oxígeno a Michel. Está por ver si, de llegar algún nombre para el conjunto titular, se solucionan los problemas del equipo. Hay quien apunta ya a que, más que una cuestión de quién juega, se trata de quién y cómo dirige.
El fútbol, ya lo saben, no tiene memoria y vive del presente. Tras la renovación de Sergio, con todo lo que nos ha dado, hay quien se pregunta si es González es el mejor para aspirar, a medio y largo plazo, a algo más que la permanencia. Hace poco, con la excusa de levantar un monumento a la afición, los seguidores pucelanos votaron en las redes a las diez figuras más importantes del club. Entre ellas no figuraba gente como Coque, Saso, Gonzalo Alonso, pero sí otras personalidades más modernas, como Álvaro Rubio. Personalmente eché de menos a Torres Gómez (aunque también sea relativamente contemporáneo).
La afición, al menos la que hace ruido en las redes, es joven y con ansia por estar a la última, a veces sin hacer análisis más profundos. Se pasó en Marbella, como se puede seguir fuera del descenso en Liga, pero comienza a haber síntomas que deben frenarse con juego ambicioso, algo más vistoso y, sobre todo, victorias.
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