Empieza a arder la clasificación, y a ello contribuyen este año una serie de detalles que en temporadas anteriores no se contemplaban hasta bien entrado el mes de enero. La incertidumbre con la que volverá la competición a finales de año tras el parón de ... mes y medio provocado por el Mundial ha adelantado la dosis de presión habitual de final de campeonato, y más de un club ha empezado a poner las orejas tiesas ante lo que se le viene. No es de extrañar, por lo tanto, que el Espanyol celebrara su primer triunfo como local hace poco menos de 72 horas como si de un título se tratara. No es fácil de digerir para el aficionado de a pie, pero los nervios ya han empezado a aflorar... tres meses antes de lo que viene siendo habitual.
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Pese a descontar todavía días de octubre y no haber llegado el frío, la tabla empieza a resquebrajarse en tres y nadie quiere quedarse descolgado antes de alcanzar el parón por la disputa del Mundial de Catar. El vagón en el que circula el Real Valladolid en la actualidad –en compañía de Sevilla y Getafe, que apuntaban más alto, o del propio Girona, que se anunciaba revelación– atraviesa por un momento de indecisión, y cualquier mínimo bache llevaría a un descarrilamiento prematuro.
Con cinco partidos en veinte días antes de iniciar nueva pretemporada, el Real Valladolid necesita sumar puntos para hacer granero y distanciarse lo antes posible de los sótanos del campeonato. Hoy rinde visita el Celta, pero el sábado lo hará la Real Sociedad, Osasuna cerrará el mes, y Elche (5 de noviembre) y Athletic de Bilbao (8) despedirán la competición hasta Nochevieja.
Asoman las prisas y la presión, por lo tanto, empieza a soplar en la nuca a un Pucela que no puede pararse a contar lesionados. «De los lesionados ya ni me acuerdo. No me acuerdo de lo que pierdo sino de las características que tengo», asegura Pacheta, que este miércoles recupera para la convocatoria a Gonzalo Plata y El Yamiq.
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Real Valladolid: Masip; Escudero, Javi Sánchez, El Yamiq, Olaza; Aguado, Roque Mesa, Kike Pérez; Iván Sánchez, Óscar Plano y Weissman.
Celta de Vigo: Marchesín; Hugo Mallo, Aidoo, Unai Núñez, Javi Galán; Tapia Carles Pérez, Gabri Veiga, Óscar Rodríguez; Larsen y Aspas.
Árbitro: Pizarro Gómez, del colegio madrileño. Medié JIménez en la sala VOR.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 10ª. Estadio Zorrilla.
El técnico continúa sin laterales diestros, lo que le llevará casi con toda probabilidad a repetir la solución que se vio ante el Espanyol con dos zurdos escoltando a Javi Sánchez y El Yamiq, también zurdo.
A Pacheta le gustó su equipo el domingo a excepción de su falta de contundencia de tres cuartos hacia adelante, por lo que todo hace indicar que los posibles cambien en el once lleguen por ahí. La falta de gol, uno en cuatro partidos en Zorrilla, invita a pensar en Weissman como mejor respuesta posible. Una de las alternativas que podría barajar sería pasar a un dibujo 5-3-2 con tres centrales y el tándem Sergio León-Weissman de nuevo sobre el campo.
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«Hacemos muchas cosas bien y otras no tan bien y sabemos que hay que volver a ser ese equipo del año pasado que llegaba a tres cuartos y acababa jugadas. No podemos tener esa virtud de tener balón y sentirnos cómodos por ello. ¡No! Hay que tener el balón para hacer daño. Hay que hacer correr al rival y que se desarbole. Y ser más contundentes en el área. Y para eso solo hay dos mecanismos: Uno, trabajarlo y dos, cambiar jugadores», asegura el preparador blanquivioleta, para quien es necesaria una mayor convicción de medio campo hacia adelante. Creérselo, en definitiva. «Hemos pasado de tener la duda de si nos iba a dar para jugar en Primera y competir de verdad, y nos ha dado. Así que hay que repetirlo. No podemos tener el balón por tenerlo. En Segunda arrancamos igual y luego fuimos el equipo más goleador de la categoría. Si llegamos treinta veces a tres cuartos vamos a ver si acabamos diez, no cuatro», analizó ayer en la previa.
Sobre el rival, el Celta del sempiterno Aspas, le preocupa las internadas de Javi Galán. «Este es un equipo que cuando juega con cuatro por dentro más los dos puntas hace mucho daño. Aspas es uno de los mejores delanteros de España. Tienen muchos automatismos ya incorporados con jugadores muy buenos como Javi Galán, al que he tenido y que es el más regateador de Europa. Nos puede hacer daño y hay que tenerlo controlado, pero como a Tapia, a Beltrán, a Aspas, Hugo Mallo,...», admite.
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