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Joaquín persigue a Iñaki Williams en una acción del partido. ramón gómez

El Real Valladolid celebra su primera victoria con taquicardias y sufrimiento extremo

El equipo de Sergio se adelantó por dos veces con goles de Orellana, de penalti, y de Marcos André, pero acabó colgado de un incomensurable Masip, que salvó los muebles en la segunda parte

Domingo, 8 de noviembre 2020, 20:41

No mejoró un ápice con respecto a sus últimas apariciones pero a la novena el Valladolid de Sergio consiguió lo que no rascó ante Huesca, Eibar o Alavés. Ganó. Y punto. Sumó la primera victoria a gope de orgullo y rabia, y ante un Athletic ... que se dejó llevar durante buena parte del encuentro para arrinconar a los locales en el tramo final, con taquicardias y un sufrimiento extremo incluidos. Masip, en una segunda parte inconmensurable, salvó los muebles y quien sabe si la cabeza de Sergio, que respira y gana tiempo al reloj para rearmar a un equipo que no termina de responder a lo que e espera de él.

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No consiguió dejar su portería a cero -ha encajado en las nueve jornadas- pero logró el objetivo que se perseguía. Sacudirse la presión con el primer triunfo en un partido angustioso que sigue dejando un mar de dudas. Las imágenes de Joaquín y Alcaraz de rodillas al término del encuentro explican la tensión que vivía el vestuario.

Real Valladolid

Masip: Hervías (Luis Pérez, minuto 58), Joaquín, Bruno, Nacho; San Emeterio, Alcaraz, Óscar Plano (Carnero, minuto 82), Orellana (Waldo, minuto 68), Marcos André (El Yamiq, minuto 82) y Sergi Guardiola.

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Athletic Club

Unai Simón; Capa, Yeray, Íñigo Martínez, Yuri Berchiche; Dani García (Berenguer, minuto 53), Unai López (Zarraga, minuto 75), Muniain (Sancet, minuto 75), Raúl García (Villalibre, minuto 53), Morcillo (Vesga, minuto 53) e Iñaki Williams.

  • goles: 1-0 (minuto 17): Orellana, de penalti. 2-0 (minuto 48): Marcos André. 2-1 (minuto 86): Iñaki Williams, de penalti.

  • árbitro: Soto Grado, del colegio riojano. Amonestó a Hervías, Alcaraz, Masip y Carnero por los locales y a Unai Simón y Muniain por los visitantes.

  • incidencias: Novena jornada de liga, disputada en el estadio Zorrilla sin público en las gradas por la pandemia.

La última derrota en Castellón arrastró cinco cambios, y esta vez la lotería en la que ha convertido Sergio las alineaciones alternó premios con necesidades. La recompensa se la llevaron Hervías y Marcos André por sus minutos brillantes ante el Villarreal; Nacho recuperó su puesto de titular en la banda izquierda, mientras que las demás teclas que tocó el técnico respondieron más al estilo y virtudes del rival que a una creencia y fe ciega en las propias. San Emeterio se asomó al once para barrer y mantener controlado a Iker Muniain -enlace con la punta de ataque-, y Óscar Plano repitió presencia para frenar los avances de Capa en la derecha. ¿Guardiola? No esconde el técnico que tiene preferencia sobre Weissman por una mayor capacidad en el juego aéreo, y en ese planteamiento de proponer balones en largo desde el primer minuto el '7' encontró su hueco.

En honor a la verdad, y después de ocho alineaciones sacadas de la centrifugadora, cualquier once hubiera levantado sospechas. Y ésta no iba a ser menos. En realidad, la única diferencia es que hasta hace unos meses cualquier apuesta daba resultado y ahora las teclas bailan sin que la música responda con el mismo sentido.

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De hecho los primeros compases dieron la razón al aviso que había lanzado el técnico horas antes sobre un equipo temeroso y timorato por su situación en la clasificación. Quemaba el balón en los pies, principalmente por dos motivos. Uno, comprensible, por ese miedo que atenaza y hace que el balón pese más de los 450 gramos reglamentarios. El sesgundo respondió a una consigna, grabada a fuego en el vestuario, de mantener al fin la portería a cero por primera vez esta temporada. Esa 'orden' encontró un Joaquín imperial, y más mandón de lo habitual, un Nacho más expeditivo si cabe y un Hervías descarado que ha dejado marcado a Luis Pérez.

En un partido planteado sin centro del campo, en la otra orilla se salvó un hiperactivo Marcos André, que con apenas dos toques y tres desmarques ya generó más peligro que todos sus predecesores en la punta de ataque.

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La apuesta y la intención estaban ya definidos. Únicamente faltaba ese click que hiciera saltar todo por los aires, ataduras incluidas. Ese interruptor lo pisó -más que apretar- Unai Simón, en un balón sin aparente peligro que Marcos André corrió a presionar en busca del fallo. Pifió el guardameta y el brasileño le rebañó el balón antes de sacarle un penalti que transformó Orellana. Faltaban muchos minutos, demasiados -menos de ochenta-, y algún que otro zarpazo que soportar antes de cerrar el partido pero la sensación, entonces, era de que la mitad del trabajo estaba ya hecho.

El siguiente mordisco, sin embargo, corrió a cargo del Valladolid en una de las escasas acciones trenzadas que deja por el momento este curso y que acabó con el balón de Hervías corriendo por el área pequeña en busca de un solitario Guardiola que envió por encima de la portería.

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El paso por los vestuarios no cambió nada. Ni en los locales, parapetados en su ventaja en el marcador, ni tampoco en el otro banquillo, con un Garitano también cuestionado que esperó a que la situación se recrudeciera para agitar el árbol. Entre que se lo pensó y actuó llegaría el segundo tanto blanquivioleta tras un disparo escorado de Hervías que Simón dejó a los pies de Marcos André para que el brasileño empujara al fondo de la red.

Ya con 2-0 en contra, Garitano sacó de la jaula a toda la camada para encerrar a un Valladolid que se colgó de Masip para defender su renta. Dio cuatro pasos atrás, metió un tercer central (El Yamiq) y se encomendó a la mala puntería de los cachorros de Lezama, que poco a poco fueron percutiendo sobre la portería local en busca del gol. No lo logró Villalibre de cabeza por culpa de un paradón de Masip; tampoco Iñaki Williams en un mano a mano libre de marca -midió mal Nacho el fuera de juego- que el meta catalán le ganó hasta por dos veces; y sí en la tercera -la menos clara-, en una acción en el vértice del área en la que Luis Pérez barre a Yuri Berchiche. Penalti, 2-1 de Williams... y el corazón en un puño en el estadio por un sufrimiento extremo que se prolongó por espacio de diez minutos y dos ocasiones clarísimas para los visitantes.

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En la primera, Villalibre envió el balón por encima cuando estaba franco para macar bajo palos, y en la segunda Williams se encontró un balón escorado en el área pequeña que mandó a las nubes.

Nueve jornadas después, el Valladolid suma la primera victoria del campeonato.

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