Análisis del Real Valladolid-Huesca

Un Real Valladolid de cabeza hacia el ascenso directo

Un solitario gol de Meseguer tras un soberbio cabezazo coloca al conjunto blanquivioleta colíder de Segunda División

Chencho Alonso

Valladolid

Lunes, 29 de abril 2024, 20:30

A falta de cinco jornadas para terminar esta locura llamada Liga Hypermotion, el Pucela se ha colado en puestos de ascenso directo. Lo ha hecho ganando cinco de los seis últimos partidos, cerrando a cal y canto su portería desde el gol de Jon Bautista ... hace seis jornadas y sacando un increíble rendimiento a las jugadas a balón parado. Se ha beneficiado, además, de la multitud de pinchazos de sus principales rivales como el Leganés que acumula cinco empates seguidos o un Espanyol que solo ha ganado dos de sus últimos nueve encuentros.

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Ante la SD Huesca apareció Víctor Meseguer para marcar su sexto tanto de la temporada. El centrocampista murciano se elevó por encima de todos para cabecear en el segundo palo un gran envío de Escudero de falta lateral. Otro capítulo meritorio del trabajo a balón parado que está realizando el Real Valladolid tras lo de Tárrega en Cartagena y el doblete de Escudero en Lezama frente al Amorebieta. Un gol tempranero que obligó al Huesca de Antonio Hidalgo a dar un paso adelante y a modificar notablemente su plan de partido. El tanto de Meseguer rubricaba una buena puesta en escena del Pucela desde el pitido inicial.

Los de Pezzolano saltaron al césped del José Zorrilla mandones, circulando el balón con velocidad y obligando al Huesca a vivir cerquita de su portero. La ventaja redujo el nivel de acoso y, sobre todo, en la segunda parte el Pucela fue más Pezzolanista que nunca. El técnico uruguayo volvió a tirar de conservadurismo para 'controlar' el choque y que prácticamente no ocurriera nada más en campo propio durante todo el segundo acto.

1. Infranqueable pareja de centrales

Enzo Boyomo y César Tárrega lucieron sus mejores galas. Boyomo ha encontrado en Tárrega a su líder silencioso al que complementar y retroalimentar. El central camerunés y el canterano valencianista se las vieron en el cuerpo a cuerpo con un delantero muy potente físicamente como Samu Obeng y salieron muy bien parados de estos duelos. Ambos terminaron con tres despejes cada uno dando muestras de una gran defensa del área ante los centros de Vilarrasa y Gerard Valentín mayoritariamente. Con Tárrega y Boyomo como pareja de centrales, el Real Valladolid puede acomodarse en campo rival gracias a la capacidad de ambos para corregir en distancias largas a la espalda y de acosar rivales y recuperar el balón muy lejos de su propia área. Por cierto, entre los dos reflejaron cero pérdidas de balón.

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2. Versatilidad en la medular

A priori, el Real Valladolid dibuja un triángulo en el centro del campo con Lucas Oliveira en el vértice que apunta a los centrales. El brasileño es junto a los dos centrales el escudo blanquivioleta, pero también es capaz de manejar la posesión con sentido y con sencillez sin muchos alardes. Las posiciones más adelantadas fueron de nuevo para Monchu y Meseguer que jugaron con total libertad para ocupar el espacio entre ambas áreas. Durante todo el partido pudimos ver a los tres jugadores alternar posiciones y ser capaces de autoasignarse roles defensivos y ofensivos según los momentos del partido. Monchu volvió a llegar con peligro al área rival y casi repite el gol que marcó hace quince días ante el Eldense. Meseguer, de profesión llegador, acaparó el protagonismo realizador para anotar el único gol del partido y Lucas Oliveira equilibró al equipo tácticamente. El brasileño se ha afianzado en su posición de pivote y ya es un fijo para Paulo Pezzolano en el once titular.

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3. Las cero paradas de Masip

El partido acabó sin que Jordi Masip, cancerbero del Real Valladolid, se viera obligado a realizar ni una sola parada. Con ventaja en el marcador, el Pucela volvió a exponer su versión más conservadora y cedió terreno ante un Huesca que demostró pocos recursos ofensivos. Más aún tras perder a Gerard Valentín por lesión que estaba poniendo en serios apuros a un Escudero lastrado con una tarjeta amarilla desde la primera mitad. Tan pocas cosas pasaron en el segundo acto que lo más reseñable fue un testarazo de Obeng dificultado por los defensores blanquivioletas que se marchó directamente fuera ante la mirada de Masip. Al Real Valladolid le salió bien dormir el partido, más aún tras la lesión de Amath y la falta de velocidad en ataque. Una segunda parte que no pasará a la historia con un equipo local cómodo metido en su papel conservador y una SD Huesca que evidenció todas sus limitaciones a la hora de generar peligro en la portería rival.

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