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La necesidad de dejar salir para permitir entradas suele ser la primera de las tareas que acometen los directores deportivos conforme termina la competición. Y no solo porque una plantilla muy numerosa es una fuente de tensiones innecesaria, sino porque con las actuales normas ... de control financiero y límite salarial es complicado llevar a cabo incorporaciones que eleven el nivel de una plantilla.
Y en esas, exactamente en esas, está el Real Valladolid.
Miguel Ángel Gómez y su equipo, que aunque mermado por la salida de Ángel Luis Catalina y Jesús Sánchez Japón no ha bajado un ápice el pistón, trabajan ahora mismo con un escenario complejo en la primera plantilla, ya que hay varias posiciones en las que se aglomeran los futbolistas. Solo para la banda se contabilizan hasta ocho futbolistas, cuando lo que le gusta al entrenador es cuatro, dos por puesto. Algo similar ocurre en la portería, e incluso en el centro del campo, aunque en esta última zona las habituales carencias del equipo provocan que la saturación sea menos preocupante.
Así las cosas, son los extremos los que más inquietan ahora mismo a la dirección deportiva. No en vano, pegados a la cal ahora mismo pueden jugar: Toni Villa, Waldo, Óscar Plano, Mayoral, Pablo Hervías, Antoñito, Chris Ramos y Stiven Plaza. Y aunque es cierto que Sergio tiene más tendencia a utilizar a Plano como enganche que como exterior, sobre todo si hay descompensaciones por lesiones o tarjetas, siguen siendo muchos futbolistas para dos puestos.
A mayor abundamiento, Toni y Waldo se presentan de entrada como dueños de la banda izquierda. El extremeño, por desborde y velocidad, y el murciano, por versatilidad y calidad. Lo que en principio supone que Plano se desplace hacia el centro y que Stiven Plaza tenga pocas posibilidades ahora mismo para hacerse con un hueco en esa zona del campo, que es de la que a él le gusta partir. Ramos, que como el ecuatoriano se desenvuelve bien por la banda siniestra, completa un 'overbooking' espectacular.
Por la derecha sucede algo similar. Hervías es, a priori, el llamado a ocupar de inicio esa banda, pero Mayoral –si le respetan las lesiones– es uno de los jugadores llamados a disputarle el puesto y Antoñito entra como tercero en discordia, pues aunque no está oficializada su continuidad, nadie parece dudarlo en las oficinas del estadio Zorrilla.
En la portería, Sergio y Diego Ribera tienen otro frente. Masip, Pichu Cuéllar –cuya contratación se anunciará el 1 de julio, justo al día siguiente de que termine su vinculación con el Leganés–, José Antonio Caro y Samu Pérez. Esos son los cuatro cancerberos. Sobre el papel, los dos primeros tienen todas las papeletas para quedarse. Sucede que la continuidad de Masip no es segura al 100%. El de Sabadell tiene un año más de contrato y la política de la entidad blanquivioleta es ofrecerle la renovación en cuanto comience la temporada, pero nadie se llama engaño en el club y es de todos sabido que a Jordi le tira mucho su tierra.
No hay nada concreto, pero un Espanyol con dinero fresco por el traspaso de Mario Hermoso –aunque tenga que compartir la mitad con el Real Madrid–, puede poner a Masip bajo su órbita. Pero si no fuera así, Caro debería buscarse una nueva cesión. Samu podría seguir en el filial, ya que por edad es factible que suba y baje lo que sea necesario.
Y luego está la conocida como zona ancha. Otro de los lugares de alta densidad de tráfico. Fede San Emeterio, Álvaro Aguado, Alcaraz, Anuar, Antonio Domínguez..., más Míchel, a punto de renovar, y los canteranos Javi Pérez y Kike Pérez, que aunque posean ficha del filial se les considera preparados para dar el salto en cuanto sea necesario, como ha pasado con Waldo, por ejemplo. De hecho, no debe olvidarse que Javi Pérez ya ha debutado con el primer equipo.
Aguado, jugador joven del que se hablan maravillas y al que se le considera un futbolista con tanta calidad como Míchel, está llamado a ser importante, pero debe demostrar antes que sabe soportar la presión de jugar en Primera y que es capaz de mantener la fuerza mental en los momentos duros, que le han de llegar. Si lo logra, hay ya quien vaticina que no durará mucho en Zorrilla. Algo similar a lo que se espera de Fede San Emeterio. El cántabro, al que en Granada conocen con el sobrenombre de 'el Cemento', es de características muy diferentes a Alcaraz, pero para algunos técnicos de la casa su forma de jugar tiene muchas semejanzas con las de Álvaro Rubio.
Y a todo esto es indudable que ha de haber refuerzos, con lo que hace acto de presencia la pretemporada, que este curso se antoja mucho más decisiva que en años anteriores. Sergio tendrá mucho que decidir en Estados Unidos.
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