Raúl Moro se ha convertido en el jugador más destacado del Real Valladolid en las diez primeras jornadas de Liga. Tras su debut en la élite española, el extremo catalán ejerce como el gran estilete ofensivo de un Pucela que ha apaciguado sus necesidades de ... puntos con la última victoria a domicilio frente al Alavés (2-3). Moro ha brillado también en los malos momentos del equipo y ha recibido el premio al Jugador Estrella Galicia del mes de septiembre, un galardón que otorgan los aficionados del Real Valladolid. «El mes de septiembre no fue muy bueno, la verdad, pero ahora estamos ya en octubre y queremos seguir con la dinámica tras ganar al Alavés. Debemos intentar que sea un punto de inflexión y que vengan mejores resultados que los que tuvimos el mes pasado», dice el futbolista.
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La victoria ante el conjunto vitoriano ha servido para reforzar al Real Valladolid tras las dudas creadas por las tres derrotas consecutivas previas. Raúl Moro entiende que ese triunfo en Vitoria era algo que «merecían» ya que los momentos «buenos» durante los partidos habían quedado empañados por «errores y faltas de atención» que «penalizaban mucho». «El equipo venía haciendo un buen trabajo y fútbol nos lo debía. El partido de Mendizorroza resultó muy duro, pero el equipo supo reaccionar bien. Fuimos merecedores de los tres puntos».
Hay una clave que marca la nueva versión ganadora del Real Valladolid, una escuadra que no se vino abajo tras el rápido 1-0 que marcó el exblanquivioleta Toni Martínez para los vitorianos y que supo plantar batalla para dar la vuelta al marcador. Ese código tiene que ver con el refuerzo de los lazos colectivos. Mario Martín cometió un garrafal error en la acción que concedió la ventaja al Alavés, pero todos los compañeros se afanaron para darle (y darse) ánimos con la idea de seguir adelante juntos. Lo relata Raúl Moro. «En los primeros partidos que sucedieron esas cosas nos vinimos muy abajo. No supimos darnos ánimos entre los compañeros. Si te fijas en el último partido, todos nos estábamos animando y animando al compañero que, en este caso, tuvo el error. Luego, el delantero metió un golazo y no se pudo hacer mucho más. Pero se vio a un equipo mucho más junto, más unido. Eso fue determinante».
Con Raúl Moro existe una cautela especial en el cuerpo técnico para evitar que su juego explosivo derive en lesiones musculares, como sucedió la pasada campaña. Paulo Pezzolano le ha dosificado durante las primeras diez jornadas, en las que ha disputado 670 minutos (seis partidos como titular, cuatro saliendo desde el banquillo). El extremo asume esta administración del tiempo, pero se le notan las ganas de jugar más. «Sé que el míster quiere que esté al cien por cien. El año pasado ya sucedieron cosas que nadie quería y eso te hace pensar un poco. Quizá con muchos partidos, o mucha carga, puede que no rinda al cien por cien o que venga una lesión que nadie quiere. Hacía mucho tiempo que no tenía una pretemporada completa y me siento bien. Estoy demostrando que puedo jugar los 90 minutos. Recupero bien con tanto descanso. Luego, hay partidos en los que el míster decide quitarme o no… eso ya es cosa táctica y lo entiendo. No pasa nada», expone.
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Raúl Moro nota que los rivales le vigilan más ahora, conocedores de su capacidad para romper por banda también en Primera División, pero lo ve como algo natural. «Tampoco creo que me vayan a poner doble o triple marca, como me pasaba en el filial de la Lazio. En Primera, los equipos tienen su estructura y, salvo que seas un jugador de talla mundial, como Vinícius, Mbappé o Lamine, no se utilizan dobles marcas».
El extremo recuerda que él prefiere desenvolverse a pierna cambiada por la banda izquierda, aunque esta campaña también aparece por la derecha en función de las decisiones tácticas de Pezzolano. «Sí, me siento mejor en la izquierda, pero he jugado también mucho tiempo en la derecha y sé hacerlo también más o menos bien. Al final, estaré donde diga el míster para dar el cien por cien y ayudar al equipo».
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A Moro no le asusta la presión que supone aparecer como el jugador más brillante del Real Valladolid tras el retorno a Primera División. Él lo considera como «una cosa buena» ya que a todo el mundo le gusta que hablen bien de él. Sin embargo, entiende que no es algo importante, ya que «un jugador solo no va a lograr la permanencia ni ganar partidos». «El mejor método para lograr el objetivo pasa por estar juntos», insiste.
Con tanto foco, resulta inevitable que el nombre de Moro se asocie con rumores del interés de otros clubes y en las últimas semanas se ha ligado al futbolista con clubes ingleses. El extremo no tiene constancia de nada de esto: «A mí nadie me ha dicho nada de ningún equipo. Yo estoy centrado en el Real Valladolid, como ya dije. No creo que el club esté pensando en hacer caja conmigo. A mí no me ha llegado nada», zanja.
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El Real Valladolid aún sigue en puestos de descenso en una zona baja de la tabla comprimida. A Raúl Moro no le gusta estar pendiente de la clasificación y hacer cálculos porque cree que eso distrae para hacer «lo que realmente importa». «La clave es estar centrados en nosotros mismos y en lograr los tres puntos. Ya vendrán los resultados».
El Villarreal volverá a poner a prueba este sábado en Zorrilla (14 horas) al conjunto blanquivioleta. Todos los esfuerzos del vestuario se enfocan a este choque con la idea de mantener la estela ganadora. «Tendremos que hacer un partido muy completo para intentar sacar algo positivo contra un gran equipo como el Villarreal. Vienen haciéndolo muy bien estos últimos años y no cabe duda que será un partido muy difícil», asume Moro.
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El extremo blanquivioleta vive con «orgullo» su papel creciente en la selección española sub 21. «Ir a la selección, en la categoría que sea, es el sueño de todos los niños españoles. Me siento cada vez mejor con más minutos y el estado de confianza que tengo lo traslado también a la selección».
Después de diez jornadas, Raúl Moro se mantiene como el máximo goleador del Real Valladolid, con dos tantos, empatado con Selim Amallah, una circunstancia que no había imaginado. «Sinceramente, no me lo esperaba. Pero yo trabajo para eso: para meter goles o contribuir con asistencias. Si vienen más, será mejor para todos. No hay que obsesionarse con eso, pero obviamente es algo positivo».
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