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Habrá quien todavía hoy siga frotándose los ojos buscando una explicación a lo que pasó en la tarde del domingo en Valladolid. Igual a esta hora el propio Sylla continúa pellizcándose y preguntando a sus compañeros en los Anexos si, efectivamente, estamos en Primera y no es necesario emular al Pucela de Mendilibar en Tenerife. Probablemente los primeros y el segundo no se explican cuántos astros a la vez se alinearon entre las 20:14 y las 20:30 horas para que el ascenso cayera finalmente a peso sobre el estadio Zorrilla.
Los quince últimos minutos
1-0
84’
Gol de Campuzano
en Gijón
Real Valladolid
a un gol del ascenso
1-2
86’
Gol de Tasende
en Valladolid
Real Valladolid
a dos goles del ascenso
2-2
91’
Gol de Meseger
en Valladolid
93’
Tiro al palo
de Iván Sánchez
Real Valladolid
a un gol del ascenso
3-2
96’
Gol de Sylla
en Valladolid
Real Valladolid
en Primera con
72
puntos
Los quince últimos minutos
1-0
84’
Gol de Campuzano
en Gijón
Real Valladolid
a un gol del ascenso
1-2
86’
Gol de Tasende
en Valladolid
Real Valladolid
a dos goles del ascenso
2-2
91’
Gol de Meseger
en Valladolid
93’
Tiro al palo
de Iván Sánchez
Real Valladolid
a un gol del ascenso
3-2
96’
Gol de Sylla
en Valladolid
Real Valladolid
en Primera con
72
puntos
Los quince últimos minutos
1-0
84’
Gol de Campuzano
en Gijón
Real Valladolid
a un gol del ascenso
1-2
86’
Gol de Tasende
en Valladolid
Real Valladolid
a dos goles del ascenso
2-2
91’
Gol de Meseger
en Valladolid
93’
Tiro al palo
de Iván Sánchez
Real Valladolid
a un gol del ascenso
3-2
96’
Gol de Sylla
en Valladolid
Real Valladolid
en Primera con
72
puntos
Esa confluencia se sostuvo en seis minutos. Fueron quince de auténtica locura, pero seis en concreto los minutos que pusieron patas arriba el estadio antes de que se obrara el milagro. La mecha se prendió en Gijón (minuto 84), con un gol de Víctor Campuzano que casi se celebró más en Zorrilla que en El Molinón, y desde entonces la jornada se subió en una montaña rusa que dejó imágenes para la historia del club. Las primeras, de incredulidad cuando en el minuto 86 Tasende llevaba el 1-2 al marcador. Fue el único instante de la tarde en el que el ascenso se quedó a dos goles de distancia para el Valladolid. Un tanto que desató la ira en buena parte de la grada, que rescató con más fuerza que nunca el cántico que ha sido bandera durante toda la temporada. El 'Pezzolano, dimisión' resonó de nuevo con fuerza en el estadio, retomando la banda sonora que ha acompañado al equipo incluso lejos de Valladolid.
Iban a ser tan solo cinco minutos porque en el 91, sin soluciones de continuidad, el gol de cabeza de Meseguer volvió a abrir una puerta a la esperanza.
2-2, y de nuevo a un gol de la Primera División que perfectamente pudo llegar unos segundos después en un disparo de Iván Sánchez que se estrelló en el palo.
Los aficionados que se llevaban entonces los brazos a la cabeza desconocían que aún faltaban las emociones más fuertes. Faltaba la acción de VAR que tanto se le ha negado al equipo de Pezzolano a lo largo de la temporada, y en esta ocasión la mano dentro del área de Lekovic fue revisada y confirmada por el árbitro de campo para mandar el ascenso al punto de penalti.
Por si al guion le faltaba un detalle, el gol del ascenso iba a llegar desde los once metros, el único transformado en todo el curso. Precisamente desde el punto donde se le había negado hasta en tres ocasiones esta temporada –habían fallado Monchu y Marcos André–.
Tras cuatro minutos de espera,Mamadou Sylla convertía el 3-2 no sin suspense por lo cerca que estuvo Iker Álvarez de detener el balón, pegadito al palo izquierdo.
Era el minuto 96 y de ahí al pitido final, los únicos cuatro minutos en toda la tarde del domingo en los que el Real Valladolid estuvo en Primera División.
Pero no. La tarde de taquicardias no había terminado con el tercer gol. Aún faltaba una pequeña gran dosis de sufrimiento con el tiro postrero de Gelardo a la madera. Al palo izquierdo de la portería de un Jordi Masip ya vencido.
Un disparo que encogió el corazón de los 24.675 aficionados que poblaron el domingo las gradas del estadio Zorrilla, y que dio paso a una euforia desatada en las gradas. Los astros se habían alineado para que Valladolid celebrara un nuevo ascenso a Primera, el décimo en su historia, apenas un año después del trágico descenso tras un empate sin goles ante el Getafe.
Para rizar el rizo, todo lo sucedido en los quince minutos finales de partido acabó también en un liderato que puede dar un nuevo título el próximo domingo si el equipo de Pezzolano logra ganar en Tenerife –tres campeonatos de Segunda tiene en sus vitrinas, los conseguidos en los años 48, 59 y 2007–.
El equipo viajará el sábado a la isla con la intención de defender un liderato que viene acompañado de premio económico.
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