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Imagine por un momento que los trece partidos de liga que ha disputado hasta la fecha el Real Valladolid fueran uno solo. Que los catorce goles a favor y los diecisiete en contra que figuran en los guarismos del equipo de Sergio González se hubieran ... concentrado únicamente en noventa minutos, en lo que a todas luces sería un encuentro muy loco pero también supone una construcción mental que ayuda a entender en qué tramos el conjunto blanquivioleta es más fuerte… Pero también más débil.
Con mucha diferencia, el peor momento que suele atravesar el equipo en lo que a su vulnerabilidad defensiva se refiere llega en el último cuarto de hora de juego. En los minutos que van desde el 75 hasta el pitido final los pucelanos han encajado nueve goles, el 53% de todos los balones que ha tenido que recoger Jordi Masip del fondo de las mallas.
En ese tramo el equipo recibió tantos frente al Alavés (el 3-0, obra de Lucas Pérez), el FC Barcelona (el 4-1- y el 5-1, a manos de Leo Messi y Luis Suárez), el Villarreal (el 1-0 de Santi Cazorla y el 2-0 de Ontiveros), el Osasuna (1-1 a cargo de Robert Ibáñez), el Real Madrid (1-0 de Benzema) y el Levante (1-0 de Sergio León y 2-0 de Morales). De todos ellos, solo uno tuvo lugar en el Nuevo José Zorrilla, en el empate ante los de Jagoba Arrasate gracias al gol de Ibáñez en el minuto 81 que sirvió para volver a colocar la igualada en el electrónico después de que lo desnivelara el zambombazo de falta que había anotado Pablo Hervías solo un cuarto de hora antes.
Pese a esa sangría goleadora cuando el partido ya encara su recta final, el Real Valladolid solo ha dejado escapar en ese último esprint cuatro puntos que hasta ese instante tenía en la buchaca. Dos de ellos se marcharon ante los rojillos, uno ante el submarino amarillo y otro ante el Levante; ya que frente a vitorianos y catalanes el enfrentamiento ya parecía perdido y tras el gol del Madrid en el Santiago Bernabéu lo que hizo el equipo blanquivioleta fue tirar de casta para rescatar de nuevo el punto que atesoraba; lo logró gracias a un gol de Sergi Guardiola a dos minutos del silbatazo definitivo.
Es cierto que ese es el instante del juego en el que el Pucela es más vulnerable, pero también lo es que se trata del tramo en el que más goles anotan los de Sergio, con cuatro en total (dos de Plano, uno de Sandro y otro de Guardiola). Gracias a ellos ha logrado cosechar tres puntos tras llevarse ante el Betis un partido que antes de alcanzar esas alturas estaba empatado e igualando al Madrid un duelo que parecía perdido.
Cabría concluir, con los datos en la mano, que el Pucela es un gran equipo en los minutos iniciales de cada uno de los dos tiempos del partido, y uno flojo en los finales, ya que el siguiente tramo que más se le complica porcentualmente es el que discurre a partir de la primera media hora de juego y hasta el paso por los vestuarios. Ahí, ha sido batido ante Alavés, Barça, Athletic y Granada, encajando cuatro goles (el 24% del total en contra) y haciendo tan solo dos. En los choques ante bilbaínos y nazaríes los tantos en contra en ese momento terminaron siendo decisivos ya que tras las dianas de Williams y Carlos Fernández el equipo solo pudo empatar.
Salta a la vista, de forma muy evidente, lo bien que le viene a los de Sergio el tiempo de asueto entre las dos mitades de cada uno de sus partidos. El Pucela solo ha encajado un tanto entre el minuto 45 y el 74 de los trece partidos que ha disputado (el de Loren con el Betis que tuvo lugar en el 68), mientras que ha sido capaz de marcar hasta cuatro veces en ese lapso, con goles que han cimentado sus victorias ante Mallorca y Betis y el empate ante el Osasuna.
Le ocurre algo similar a los de Ronaldo Nazário al comienzo de sus duelos. Antes de superarse el primer cuarto de hora solo han recibido un tanto (de Lenglet en el minuto 2), mientras que si se amplía la lupa hasta la primera media hora de sus partidos solo el Alavés, además del FC Barcelona ha sido capaz de batir a Jordi Masip; ambos encuentros, el de Mendizorroza y el del Camp Nou, terminaron con las peores goleadas que ha encajado el equipo en lo que va de curso (5-1 frente a los culés y 3-0 en Vitoria).
Con todo, el conjunto pucelano, que nunca ha perdido por la mínima y que solo ha sido capaz de ganar un partido después de encajar (tumbó al Betis 1-2 mientras que en sus otras tres victorias dejó su puerta a cero), solo perdería de este modo en dos de los seis parciales de quince minutos en los que se podría dividir ese partido imaginario que engloba todas sus actuaciones del primer tercio de liga. Los pucelanos han metido más goles que sus rivales en los tramos que van desde el arranque del partido hasta el minuto 15 (2 contra 1), el que va del 46 hasta el 60 (1-0) y el que transcurre entre el 60 y el 75 (3-1); han igualado a su enemigo entre el 15 y el 30 (2-2) y han perdido del 30 al 45 (2-4) y del 75 en adelante (4-9).
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