Decía Ernesto Valverde la semana pasada tras ganar en Valencia que «lo más difícil no es ganar sino volver a ganar». La reflexión era que ganar cuando estás con el agua al cuello y una necesidad imperiosa de hacerlo entra dentro de lo posible, pero ... que lo difícil es no acomodarse. No creo que haya descubierto nada nuevo, pero me sorprende que un profesional lo diga en público. Siempre he defendido que el aspecto emocional de un deportista o de un grupo es fundamental para ser campeón. No por encima de la calidad o del talento, pero es un factor muy importante. A nadie se le escapa, por ejemplo, que a Nadal sin esa fortaleza mental que tiene le habría dado para ganar un cuarto de lo que ha ganado o que un tipo como Nick Kyrgios tendría algún Grand Slam si no fuera un auténtico imbécil.
Lo más difícil es volver a ganar, por supuesto. Por eso me da miedo el partido del próximo domingo. Tengo más miedo al Real Valladolid que a un Atlético Osasuna que además por su forma de jugar se nos da mal.
El otro día comentaba que por encima de los tres puntos en Anoeta, lo que me había gustado fue la puesta en escena del equipo en un campo como ese. Llevábamos desde octubre sin puntuar fuera de casa y con cuatro puntos éramos el peor equipo de la categoría como visitantes junto a Elche y Almería. Y, sin embargo, salimos como si tuviésemos que remontar dos goles en una eliminatoria de Copa, sin miedo, ambiciosos y sin escatimar ningún esfuerzo. Vimos otra vez al Real Valladolid de Pacheta, ese que no empata y que ha ganado en media temporada la mitad de los partidos que ganamos las dos últimas temporadas juntas. Esa es la gran noticia por encima de los tres puntos, y eso que los tres puntos de Anoeta son importantísimos.
El día de la derrota contra el Rayo escribía que lo mejor de tocar fondo es que puedes tomar impulso. Lo hemos hecho y ahora que hemos empezado a ganar tenemos que hacer lo más difícil, que es volver a ganar. Saber que no hemos hecho nada y que queda todo por hacer. Esa debe ser la motivación, volver a ganar y no el conformismo por haber ganado seis puntos en dos jornadas. Si hay algo que la afición no perdona es el conformismo.
Así que espero que afrontemos el partido como un reto sabiendo que nos toca hacer lo más difícil, que es ganar 9 puntos seguidos. Como dice el maestro Sabina, que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena. Normalmente así ha sido.
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