Pupitres blancos y violetas para reforzar al Pucela

En los patios de los colegios de Valladolid -de la ciudad, pero también de la provincia- algo ha cambiado. No hace falta pasar muchas hojas atrás del anuario, ni viajar a décadas pasadas, para darse cuenta de que ha habido una transformación generacional en lo que a gustos balompédicos se refiere.

La recurrente -y recurrida- pregunta de toda la vida al niño -ahora también a la niña-, «Y tú majo, ¿de qué equipo eres?» ha variado su respuesta. Ha mutado en un blanco y violeta, que sólo hace unos años sería inverosímil... Niños y niñas con camisetas del Real Valladolid, pero no sólo con las rayas de la actualidad. Hasta con cuellos y aquel toro de la desaparecida Caja España, que llegaron a efundarse los Juan Carlos, Caminero o Javi Torres Gómez...

Fue precisamente, el exlateral blanquivioleta, convertido en abanderado del Plan Escolar del club, el que este viernes descubrió el mundo del fútbol profesional a los alumnos del Colegio San Agustín.

Torres Gómez les contó «la parte bonita» del jugador o jugadora profesional, y «la no tan bonita», con los sacrificios familiares y de tiempo de ocio que implica jugar al balón al más alto nivel. «Al final, para conseguirlo hay que ponerle mucha pasión, sólo así se consigue, y también es importante la suerte», destacó el exfutbolista formado en la cantera del Real Madrid. «La mejor manera de hacerlo, es ponerle pasión, pero también a los estudios, porque es compatible», incidió hasta en dos ocasiones dentro del proyecto impulsado por la Fundación Real Valladolid.

Javi Torres hizo de 'telonero' de los jugadores que tomaron la alternativa en el llamado Salón Rojo del centro vallisoletano. Llegaron aclamados y entre vítores -entre los que sobresalieron los aplausos de los alumnos de la clase de 5ºD-, que sacaron la sonrisa de Iván Sánchez, representante de la primera plantilla. «Tengo mucha confianza en que subiremos», les contestó el jugador andaluz, que en un primer momento fue cauto a la hora de hablar de ascenso directo. «Confíamos en ello», terminó en relación a una posibilidad que ha ganado enteros en las últimas semanas.

Junto a él se prestaron a las preguntas de los escolares, Fer Pérez, del Promesas; y Sofía Fernández, del Real Valladolid Femenino.

Fue Sofía la que enseguida también se dio cuenta de otra realidad cambiante en el balompié vallisoletano -posiblemente, extendible a nivel nacional, incluso internacional-: el aula magna del colegio estaba lleno de niñas con la camiseta blanca y violeta. El caso de Beatriz, de Nadia, de otra alumna, con la elástica suplente con el nombre de Óscar Plano. Otra estudiante de Sexto, con el nombre del último héroe blanquivioleta: 'Escudero', y sus dos goles ante el Amorebieta el pasado sábado.

Fueron ellas las que preguntaron, en una demostración de la evolución del fútbol dentro de las aulas y la sociedad, y que también apela a las raíces en el caso del proyecto del Real Valladolid entre los escolares, este viernes con un sentimiento especial para Fer Pérez, exjugador del propio San Agustín; o de Daniel Álvarez, uno de responsables de Prensa del club, que hizo de maestro de ceremonias en el que fue su colegio.

El San Agustín y sus alumnos se convirtieron en una inyección de «pasión» -parafraseando a Torres Gómez- para un final de temporada «ilusionante», no sólo para los jugadores y el resto de representantes de club, sino también para la legión de jóvenes seguidores que no dudaron en convertir sus clases en réplicas de Zorrilla, ataviados con banderas, bufandas y decenas de camisetas pucelanas. Para muestra la que le regaló el Real Valladolid al centro. «El Pucela en tu escuela. Colegio San Agustín. Abril 2024».

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