El punto, lo mejor para el Real Valladolid

Viendo el desarrollo del partido, hasta puede darse por contento y con un canto en los dientes el equipo de Pacheta, que terminó el partido con ocho jugadores en el campo. Lo que parecía un partido tranquilo terminó siendo en la prolongación una locura a la que también contribuyó Díaz de Mera, que expulsó a Roque Mesa y Hongla por doble amarilla. Con anterioridad Machís tuvo que retirarse lesionado, dejando al equipo con diez al agotar Pacheta las ventanas de los cambios. Y además, durante el partido, Pacheta tuvo que cambiar a Joaquín y Olaza, ambos también con problemas. En ese cómputo de adversidades, el punto hasta es bueno.

Sufrió mucho el Real Valladolid. Mucho. Y eso que no pudo empezar de la mejor manera. Vaya comienzo que tuvo el partido, con un Pucela que salió de nuevo muy enchufado. Otra buena puesta en escena. Primero avisó en un contragolpe que culminó Larin en la frontal el canadiense con un disparo raso muy desviado. Poco después, llegó el gol su gol, metiendo la pierna en el primer palo tras un centro lateral desde la izquierda para sorprender a Badía. El balón pegó en el central Magallán. Es el cuarto gol del canadiense desde que llegó al Pucela en el mercado invernal. Le van los remates difíciles al delantero. Sus datos son impresionantes y eso ya no es fruto de la casualidad.

Si la consigna era marcar pronto, la cumplieron a rajatabla, aunque apenas unos segundos después, Sergio Asenjo demostró estar a la altura, con una gran parada a remate de Lucas Boyé. El guardameta salvó el empate. Superado el susto, el Pucela seguía queriendo el balón, realizando buenas jugadas. El gol debía surtir el efecto de un sedante, tranquilizador, mostrando de nuevo la imagen de un equipo serio, bien posicionado.

Tras el gol, el Elche se vino abajo y el Valladolid empezó a controlar. Pero poco a poco el Elche despertó acumulando llegadas de peligro. Pero el efecto tranquilizador se diluyó en cuestión de minutos. El Pucela perdió el sitio en el centro del campo. Hongla y Aguado se multiplicaban en labores defensivas, quedando huérfana la creación de juego. Y el Elche fue llegando cada vez más. El conjunto ilicitano pidió una mano de Joaquín, aunque lo que al final señaló Díaz de Mera fue una falta en la acción anterior de Fresneda. No fue ni lo uno ni lo otro. En el saque de la falta, Asenjo tuvo que meter las manos y enviar el balón a saque de esquina en un lanzamiento cargado de veneno.

El que se acercaba más era el Elche, que encontró en jugadas a balón parado, como un lanzamiento de falta de Mascarell o un remate de cabeza de Boyé tras un saque de esquina, la posibilidad de rondar el área vallisoletana., Había que tener cuidado, cuidado, mucho cuidado, que diría Pacheta. Lo mejor era que el Pucela iba ganando.

El partido fue perdiendo intensidad, posiblemente por el calor, que obligó a recuperar la pausa de hidratación, una pausa (en el mes de marzo) que trató de refrescar las ideas del Pucela. El Elche, poco a poco, generaba más peligro. Dio un paso adelante ante un Valladolid agazapado atrás, contemplativo, esperando su oportunidad a la contra y la equivocación del rival, se conformó con manejar el balón sin ambición ni profundidad.

La segunda parte comenzó como acabó la primera, aunque poco a poco el partido se iba consumiendo con el Elche intentando el empate por activa y por pasiva, como en una doble oportunidad protagonizada por Morente y Boyé, abortada por Asenjo, que encendió de nuevo la chispa de la ilusión del conjunto ilicitano. El Elche, espoleado por su afición, se fue arriba con todo y comenzó a producir llegadas y centros al área que incrementaban ese sufrimiento. El Elche tiró de casta y orgullo propio hasta el final ante el Valladolid, en inferioridad por la lesión de Machis, cuando se plantaba solo ante Badía.

El gol de Morente, tras un rebote (el balón pegó en Escudero y desvió la trayectoria del balón), en el minuto 95 premió esa fe de los locales y descentró al Valladolid, que perdió poco después a Hongla (la segunda amarilla por aplaudir al colegiado) y a Roque Mesa, expulsados. El Elche, desatado, se fue a por el partido y tuvo la opción de ganar con un disparo de Guti que atrapó Asenjo.