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Pese a que no existe certeza alguna de que la actual liga de Primera División vaya a terminar, el Real Valladolid lleva ya muchas semanas trabajando en la planificación de la plantilla para la próxima temporada e, incluso, para la siguiente. Los tiempos de penurias ... económicas en las que era necesario recurrir a cedidos y a jugadores libres han tornado en medidas inversiones en jugadores jóvenes con proyección. Para atraerles el Valladolid utiliza el reclamo de la Primera división, y de esa manera evita desembolsos gravosos y poco asequibles. Y, además, los jugadores se han percatado rápido de que las apuestas del club tienen parte del camino hacia la primera plantilla andado
Ahora, es cierto, ha tenido que corregir algunos objetivos dado que la incertidumbre se visualiza en las cuestiones económicas. Ningún club sabe o puede prever el dinero del que va a disponer en los próximos tiempos, y ello condiciona toda la estrategia. Aunque también existe el convencimiento de que después de esta pandemia la hiperinflación del fútbol en el plano de fichajes y fichas va a reducirse notablemente. El dinero en circulación se va a reducir sensiblemente. Y la primera consecuencia de ello será la menor disposición para fichar y pagar sueldos importantes.
En estos momentos hay dos escenarios posibles que reclaman decisiones diferentes, según las fuentes del club consultadas.
El primero. La Liga se suspende, no hay ascensos ni descensos y el club pierde cerca del 30% de sus ingresos entre lo que deja de cobrar de las televisiones y el dinero que hay que devolver a los abonados. Ello implicaría, previsiblemente, un presupuesto mucho más ajustado para la siguiente temporada.
El segundo. Acaba la Liga. Si es a puerta cerrada se salvan los ingresos de las teles, pero el dinero hay que seguir devolviéndoselo a los abonados. No sería un grave problema. Si al final hay que estar jugando hasta agosto, tampoco tendría excesivas en lo económico, sí en lo deportivo ya que habría que tener los deberes muy adelantados dado que el tiempo entre una temporada y otra se acortaría notablemente.
Sea como fuere, el mandato que tiene la Dirección Deportiva desde la presidencia es conformar una plantilla que en dos años esté en condiciones de pelear por alcanzar puestos europeos. Y como dinero para fichajes de relumbrón no va a existir, la única vía es la cantera y la apuesta por jugadores con proyección. Una estrategia que obliga al equipo de Miguel Ángel Gómez a afinar en sus decisiones. Nada nuevo tampoco para el cordobés, muy acostumbrado a esta forma de trabajar. «Soy feliz formando plantillas», ha dicho en más de una ocasión.
En consecuencia, la clave para conocer las próximas plantillas está en los cedidos, en los jóvenes de la primera plantilla y en lo que empieza a destacar en la cantera. Esa es la base, a la que habrá que añadir los necesarios refuerzos para completar y mejorar. Refuerzos entre los que no estarán ni Ben Arfa ni Sandro, previsiblemente El franco-tunecino porque quiere recuperar caché; el canario, porque su club quiere traspasarle por seis millones de euros, y eso le hace inalcanzable para los blanquivioletas salvo que el Everton ofreciera unas condiciones de compra muy ventajosas
Y todo ello con la idea de tener 22 jugadores en el primer equipo y dar salida en forma de cesiones a los que se les aprecie más progresión.
Al portero, que días atrás dejaba ver en sus redes sociales lo mucho que añora entrenar y regresar a Zorrilla, le espera una próxima temporada difícil. Seguirá siendo el segundo de Masip, pero él necesita jugar. Se ha visto claro este año, que en cuanto tuvo continuidad en la Ponferradina se convirtió en indiscutible. Portero de reflejos y dominio del área, posee un magnífico golpeo de balón.
Un caso similar al de Caro. El club confía mucho en él, pero si el Promesas no sube será cedido porque la Segunda B se le queda algo corta y necesita que le eleven el nivel de exigencia.
Casi con toda seguridad estará en la primera plantilla el año que viene. Si Salisu se queda quizá se vaya cedido, pero si el ghanés sale –que es lo probable–, tendrá dorsal. A Sergio le gusta mucho su sentido de la colocación y su inteligencia sobre el campo.
El lateral derecho palentino lleva el 2020 casi en blanco después de que un altercado en Nochevieja le produjera una conmoción. La Dirección Deportiva le ve como el recambio de Moyano, pero tendrá que seguir en el filial un año más probablemente.
Su excelente temporada en Grecia ha satisfecho, y mucho, a los técnicos. Su forma de jugar, poco habitual en el juego tan posicional que se hace en España, es una bocanada de aire fresco entre los corsés tácticos. Los técnicos valoran su capacidad para romper líneas y, sobre todo, la madurez que va alcanzando en su juego.
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