El Pucela ha logrado diez de sus doce puntos frente a equipos de la zona baja

Es la situación clasificatoria con la que se va a encontrar Diego Cocca en el reto de conseguir la permanencia con el Pucela. No lo va a tener fácil. Será algo así como encontrar un oasis en el desierto, pero dentro de lo penoso que está siendo este 2024 para el Pucela, con unos números que no borran el gesto de preocupación aunque se haya ganado al Valencia, aún hay clavos a los que agarrarse (al rojo vivo eso sí), unos flotadores a los que le queda algo de aire para no hundirse, aunque para ello tenga que hacer una segunda vuelta prácticamente sin errores.

Llama la atención que de los 12 puntos que tiene el Real Valladolid en su casillero, diez los ha sumado precisamente frente a estos compañeros que tiene de viaje en la parte baja de la clasificación. Logró nueve gracias a sus victorias ante el Espanyol, Alavés y la última, frente al Valencia, y empató frente al Leganés. Los otros dos puntos los obtuvo frente a dos conjuntos vascos, la Real Sociedad (0-0) y el Athletic de Bilbao (1-1), este último en un partido en el que se fueron dos puntos en el último suspiro.

Y eso que empezó bien la temporada para el Pucela el pasado mes de agosto. El equipo volvía a Primera División y nada mejor que lograr la victoria en Zorrilla en un duelo entre dos equipos recién ascendidos a Primera. El 1-0, con gol de Moro, ante el RCD Espanyol, invitaba a soñar. Fue una jornada feliz, ilusionante.

Tras caer en la segunda jornada de Liga frente al Real Madrid, el Pucela recibía en la tercera jornada al Leganés, otro compañero de viaje en Segunda y en el ascenso. El resultado entre dos rivales en principio llamados a luchar por el mismo objetivo, el de la permanencia, fue de empate a cero. El Valladolid había superado esa primera semana de competición con cuatro puntos en casa, ante los otros dos ascendidos y una derrota en el Bernabéu. Ni tan mal. Se encontraba entonces en una zona media cómoda, con cuatro puntos en su casillero, el drama se veía tan lejos que no se pensaba en viejos fantasmas del pasado.

Dicen que septiembre es un mes de renovación, de cambio y vuelta a empezar. Para el Pucela no fue un buen mes. Perdió con el Celta, el Sevilla y el Mallorca y empató con la Real Sociedad. Octubre no comenzó mejor, cayendo ante el Rayo Vallecano, antes de viajar a Vitoria en la décima jornada para enfrentarse al Alavés. Los goles de Sylla y de Amallah, de penalti, y de Anuar, devolvieron la sonrisa al conjunto vallisoletano, aunque tampoco sin enseñar toda la dentadura.  Era la primera victoria de los de Pezzolano desde aquella primera jornada frente al Espanyol pero sobre todo, fue una maleta llena de confianza para un equipo que llevaba tiempo con la luz del depósito marcando la reserva.

En el camino se escaparon oportunidades como las de Getafe (2-0) y Las Palmas (2-1), dos rivales que por el momento huyen de la quema del descenso, y dejó una sonrojante derrota frente al Atlético de Madrid (0-5) que terminó con la destitución de Paulo Pezzolano y la interinidad de Álvaro Rubio, hasta llegar a esta última jornada.

El Valencia visitaba Zorrilla en un duelo con tintes dramáticos debido a la mala situación de los dos equipos. Un gol de Anuar puso un final feliz a una historia de supervivencia, de resistencia para dejar al Valencia como colista eso sí, con dos partidos menos. Ahora, el foco está puesto en Girona donde, el próximo viernes día 20, el Pucela cierra el año ante el conjunto catalán de la mano de Diego Cocca. Comienza una nueva etapa con un claro objetivo, seguir en Primera.