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Diego Velázquez recreó en 1630 una escena de la mitología romana. Es el cuadro conocido como 'La fragua de Vulcano'. En él se ve al dios perplejo en el momento en que Apolo le comunica que su esposa, Venus, le ha sido infiel con Marte, ... el dios de la guerra. Pues esa es el rostro que se le quedó a los aficionados del Valladolid cuando Mesa abrió el marcador a los 10 minutos en Zorrilla. Era la primera llegada del Nàstic. Un guion que se repite demasiado en los partidos del Pucela en los últimos tiempos, tanto que empieza a ser más que muy preocupante. Y más cuando la segunda mitad acrecentaría esa sensación con dos nuevos fallos que tiraron por tierra cualquier opción de remontada.
Real Valladolid
Masip, Antoñito, Olivas, Calero, Ángel, Luismi, Anuar (Gianniotas, min. 55), Toni, Salvador (Villalibre, min. 70), Óscar Plano (Hervías, min. 67) y Mata
0
-
3
Nàstic
Dimitrievski; Karabazde, Javi Jiménez, Xavi Molina, Gaztañaga, Zahibo, Delgado (Bustos, min. 80), Barreiro, Assoubre (Abraham, min. 60), Maikel (Perone, min. 69)y Suzuki
Goles: 0-1, min. 9: Mesa, de cabeza en la primera llegada de los catalanes. 0-2, min. 51: Assoubre aprovecha un grave error de Masip
Árbitro: Gorostegui Fernández-Ortega. Amonestó a Mesa (min. 14), Toni Villa (min. 20), Xavi Molina (min. 26), Zahibo (min. 77)
Una preocupación que se acrecienta si se percibe que el equipo, al menos ayer, perdió toda la chispa parte. Pese a que Luis César repitió el once titular de Reus, parecía un equipo completamente distinto. Cierto es que con el tanto el Nàstic estacionó el autobús y varios coches más en el área de Dimitrievski, pero a los blanquivioletas se les veía faltos de chispa. Toni Villa, incluso, pese a lo bien que comenzó empezó a contagiarse del mal juego y a tomar decisiones erróneas.
Nada funcionaba en el primer tiempo y nada funcionó en el segundo. Ni la velocidad ni los centros ni las llegadas por bandas ni tan siquiera el juego posicional con triangulaciones. Nada. La movilidad de Salvador, Plano, Mata y Toni apenas surtía efectos, porque Luismi no enganchaba y Antoñito no terminaba de llegar a la línea de fondo. Anuar apenas encontraba huecos para iniciar y Calero y Olivas, bastante tenían con no cometer errores en la zona más delicada. Solo Ángel y Masip -este por ausencia de trabajo, se salvaba de la sensación general de falta de acierto.
Pero, quizá porque era el día en el que todos debían sumarse a la falta de acierto, el lateral y portero se unieron para cometer los errores del 0-2 y el 0-3. Errores groseros en ambos casos, que no fueron sino la confirmación de que el día no era el oportuno para intentar nada.
Los cambios de Luis César no surtieron efecto, porque era poco menos que imposible romper la dinámica desastrosa del equipo. Solo Hervías intentó algunas cosas, porque Gianniotas se emepcinó en regatear y Villalibre no llegó a cazar la que tenía que pillar.
La perplejidad de Vulcano se convirtió en decepción al final del partido. El Valladolid no fue el Valladolid, y eso no se lo esperaba nadie.
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