Ni el 0-3 ante el Granada indicaba nada ni la derrota ante el Sproting de Portugal es un drama. El Pucela consumió una etapa más en su preparación y lo hizo mostrando problemas en defensa en la segunda parte, poca eficacia en ataque salvo ... cuando Toni se situó en la media punta, e ideas claras sobre cómo será el juego del equipo en la competición liguera: presión alta, balones a banda para iniciar las transiciones y problemas para aguantar el centro del campo en muchos fases del partido. Un problema que ha de solventar Sergio con urgencia, porque de es debilidad nacieron todos los problemas de los blanquivioletas.
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Sporting de Portugal
Adán, Feddal, Coates, Nunes, Santos, Neto, Tomás, Pedro Porro, Wendel, Antunes y Cabral. También jugaron Vietto
2
-
1
Real Valladolid
Roberto; Luis Pérez, Luismi, Miguel Rubio, Carnero, Hervías,, Toni Villa, Aguado, Kike Pérez y Sekou. Tamnbién jugaron Oriol Rey, Chris Ramos, Javi Sánchez y Cuqui Salazar
Goles: 0-1, min. 64: Sekou, de penalti cometido por Feddal. 1-1, min 72: Feddal, de cabeza. 2-1. min. 79: Cabral, de penalti
Sergio planteó de inicio un 4-2-3-1. El sistema con el que se goleó al Granada, pero esta vez con distintos jugadores. De entrada el media punta fue Aguado y los medios centros Kike y Fede. Y en el centro, Miguel Rubio y Luismi (de nuevo gran partido el del andaluz como central). Toni fue castigado con jugar pegado a la cal de la izquierda, donde se midió con Pedro Porro. Y perdió casi siempre.
Y durante 30 minutos el asunto más o menos funcionó. Con reparos, pero funcionó. Los centrales sacaban bien el balón, Kike Pérez daba la consistencia necesaria en la zona del cabecero de área y la presión tras pérdida era razonablemente eficaz para estas alturas de la temporada. Hablar de los movimientos ofensivos ya es harina de otro costal. Ni a Sekou le llegaban balones ni Aguado era capaz de armar el juego con un mínimo de peligro ni Hervías conseguía profundizar a pesar de su innegable esfuerzo.
Los de Sergio apenas sufrieron en esta primera mitad. Defender más arriba no ha deshecho la solidez defensiva, aunque sí provoca algunas lagunas en el centro del campo producto de errores en la presión al jugador con balón o en falta de aplicación para evitar el control de espaldas y el giro del rival. Dos faltas de aplicación crearon dos ocasiones bien resueltas por Roberto. Desgraciadamente, las ocasiones de peligro apenas se produjeron salvo en algún balón parado o en robos que permitían coger descolocada a la defensa lisboeta.
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La segunda mitad nada tuvo que ver con la primera en el arranque. Tomadas las medidas al rival, nadie cambió peones, los portugueses regresaron más metidos y empezaron a castigar las pérdidas del centro del campo visitante. La primera la sacó Roberto; la segunda la marró Cabral; la tercera la envió Tomás al larguero. Vietto también la suya, para no ser menos.
Pero el problema no estaba exactamente en la defensa. O no solo. Estaba más en la transiciones, porque el Pucela no era capaz de meter velocidad y siempre era mejor el balance defensivo de los locales que el ofensivo de los visitantes. Y así no había manera. El Pucela se deshacía y perdía fuelle hasta que Hervías, quién si no, profundizó una vez más y su centro tocó el brazo de Feddal dentro del área. Sekou anotó el penalti e hizo buena la máxima de que el que perdona lo paga.
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Quedaba media hora, pero el gol tampoco cambió la dinámica del partido. Diez minutos después empataban los lisboetas en un gran remate de cabeza del central marroquí del Sporting, que compensaba así el error del penalti. El tanto puso las pilas a los verdiblancos, que empezaron a desbordar con facilidad a un equipo cansado y sin sitio. Un balón al palo de Nuno puso de relieve que ni los centrales ni los laterales tenían ya muchas fuerzas para llegar a los cambios de juego de los rivales.
Para más inri, se lesionó Luismi en el tobillo y en la siguiente jugada, Cabral se dejó caer y provocó penalti y expulsión de Miguel Rubio. Una anécdota tal y como se desarrolló el partido, pero que puso en evidencia los desajustes defensivos que sufrió el Real Valladolid en los minutos finales. Y ya, con Javi Sánchez y Fede de centrales y uno menos en el campo, los minutos que faltaban le sobraron a los pucelanos.
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