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Aridane se lanza al suelo para arrebar el balón a Guardiola, con la camiseta sin publicidad en el pecho.

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Aridane se lanza al suelo para arrebar el balón a Guardiola, con la camiseta sin publicidad en el pecho. R. Gómez
Fútbol

El Pucela arranca un punto de El Sadar

En un partido sin fútbol, pero con mucho trabajo y oficio, los de Sergio apostaron por el empate y lo lograron

Sábado, 18 de enero 2020, 20:51

El Real Valladolid se llevó un punto de su visita a El Sadar merced a su solidez defensiva y al extenuante trabajo durante los noventa y cinco minutos de partido. Los de Sergio González dispusieron de la mejor ocasión con un disparo al travesaño de Guardiola, pero también el Osasuna pudo marcar en un lanzamiento de Chimy Ávila en el 87 que Ünal desvió a córner. En un choque en el que el fútbol brilló por su total ausencia y solo hubo oficio, lucha, tensión y defensas, el Pucela supo aguantar la presión navarra y conquistar por lo menos un punto del difícil campo de El Sadar. La curiosidad de la jornada la protagonizó la camiseta del Real Valladolid que portaba la publicidad de Cuatro Rayas en la espalda, pero no tenía la nueva publidad de Estrella Galicia , que a bombo y platillo se anunció esta semana, en un pecho que lucía competamente vacío.

Osasuna

Sergio Herrera, Nacho Vidal, Aridane, David García, Oier (Moncayola, min. 41), Íñigo Pérez, Roberto Torres (Ibáñez. min. 71), Darko, Rubén García, Chimy Ávila y Adrián (Juan Villar, min. 82).

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Real Valladolid

Masip, Antoñito, Olivas, Joaquín, Salisu, Raúl Carnero, Alcaraz, San Emeterio, Míchel (Plano, min. 83), Enes Unal y Guardiola (Sandro, min. 68).

  • Árbitro: Alberola Rojas. Amonestó a Alcaraz y San Emeterio por parte blanquivioleta y a Aridane y Rubén García por parte navarra.

  • Incidencias: Partido disputado en el estadio de El Sadar ante 15.382 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por los fallecidos en el accidente de Estella.

Sergio González presentó la novedad de una defensa con tres centrales, Joaquín, Kiko Olivas y Salisu, con el debut de Raúl Carnero en el lateral diestro, a la vez que tres centrocampistas, con Alcaraz, San Emeterio y Míchel, con el fin de contrarrestar la asfixiante presión que el Osasuna realiza en su cancha de El Sadar. Y fruto de ello fue que ambas áreas apenas sufrieron un par de acciones de peligro mientras todo el juego se desarrollaba en el centro del campo, con constante cambios de posesión de balón, sin apenas espacios para jugar y con errores de uno y otro equipo que hicieron de la primera parte un tedio absoluto. Solamente las escasas acciones de un Chimy Ávila siempre peligroso y con una especial habilidad para que localizar siempre sus disparos entre los tres palos, o los escasos espacios que encontraban a la contra Guardiola y Ünal y que siempre morían antes de llegar al área de Sergio Herrera.

El Pucela controlaba el partido si bien los centros al área de Masip siempre eran una especie de lotería porque la zaga pucelana no terminaba de sacar el balón a la primera lejos del área blanquivioleta como sí hacía Aridane con sus despejes en el área navarra. Y precisamente la mejor ocasión del partido la tuvo Adrián, tras un error de Joaquín que se quedó enganchado en un centro y habilitó al delantero. Afortundamente Masip estuvo muy rápido para salir a los pies del jugador rojillo y envía a córner. Esta acción y un par de disparos de Chimy Ávila que atajó Masip fueron las mejores y únicas ocasiones navarras en estos primeros cuarenta y cinco minutos, mientras que por parte vallisoletana, un disparo de Míchel con Ünal en fuera de juego fue la mejor y única ocasión de peligro del Real Valladolid.

Tras el descanso, el Real Valladolid pareció salir más convencido de poder controlar el encuentro a través de dominar el balón y durante los primeros minutos incluso intentó llegar a los dominios de Sergio Herrera. Así, Ünal remató mal un centro que el guardameta navarro sacó de la misma línea. Y poco después, Guardiola envió al travesaño una vaselina. Fue la mejor ocasión blanquivioleta y con ella se acabaron las acciones de ataque del Real Valladolid, cuando apenas se habían jugador diez minutos de la segunda mitad.

Porque a partir de entonces, el Pucela, con los problemas de Kiko Olivas y su herida en la cabeza, se encerró en su área y durante casi un cuarto de hora el Osasuna rondó la portería de Masip. Cierto es que sin acciones de peligro real, pero con una presión que dejaba en un puño el corazón de los aficionados blanquivioletas. Aridane lo intentó en un par de remates a los centros colgados pero no tenía el punto de mira centrado y también la zaga pucelana despejaba como podía. Antes de llegar a la media hora de juego, el Pucela volvió a recomponerse y el juego volvió al centro del campo, sin capacidad por parte de ninguno de los dos equipos de crear peligro. Los cambios de Sergio González, con Sandro y Plano, iban precisamente encaminados a ello. Solo el Chimy Ávila, con sus desmarques y sus lanzamientos ponía en jaque a la zaga vallisoletana. El equipo de Sergio renunció totalmente al ataque y se convirtió en un grosero muro de contención, despejando de cualquier manera.

Pudo el Osasuna marcar en sendos remates de Chimy Ávila y Aridane al filo del final del partido, pero esta vez la suerte se alió con el Pucela y recompensó el trabajo realizado con un empate sin goles.

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