El Promesas respeta en exceso al coco copero

El equipo de Pasarón llegó a Valladolid con la etiqueta de once jornadas sin perder (con nueve victorias y dos empates), la confianza de las eliminatorias coperas, y lo demostró nada más pisar el césped, con las líneas bien plantadas en el campo, una presión bastante alta que incomoda la salida del filial y calma para madurar las acciones de ataque; se sintió tan cómodo que tampoco le inquietó no generar ninguna ocasión clara de gol, más allá de un pase interior de Dalisson que obligó a la defensa adelantarse a la llegada de Charly. El filial, por su parte, se limitó a un par de arrancadas de Xavi Moreno que morían antes de llegar a la zona de peligro. Cuando parecía que se llegaba al descanso sin acciones por subrayar en la libreta, en el minuto 45, Charly se estiró por la izquierda, metió un pase venenoso y raso al que llegó Garay (hermano del que fuera central de Racing, Real Madrid y Valencia) por el lateral contrario para rematar y encontrar la respuesta sensacional de Aceves sobre la línea.

La segunda parte repitió el guion de salida, con una llegada del ex blanquivioleta Dalisson a cámara lenta, dándole tiempo al juvenil Arco a despejar la situación. El libreto se descosió a la hora de juego, con una de esas acciones que cambian de color en un brochazo. Álex González colgó el balón al área desde el lateral izquierda y Charly cabeceó el balón sin que Aceves no pudiera hacer más que mirar cómo rebotaba en el palo izquierdo; el ataque se resolvió en un córner a favor del Pontevedra y un pie a destiempo de Samu Mayo, que ya tenía una amarilla y se fue a los vestuarios. El Pontevedra pasó de celebrar el 0-1 a asumir que tendría que aguantar media hora con un futbolista menos sobre el campo.

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Fue el momento que eligió Álvaro Rubio para mover el banquillo y sacar a escena a tres jugadores que alternan la titularidad con la suplencia. Era el momento de dar un paso adelante, de lanzarse a por la victoria, también de que el Pontevedra tirase de galones para adormecer la tarde y que pasaran pocas cosas. No lo consiguió del todo. El juego enloqueció en acciones de ida y vuelta en las que el Promesas se acercó al gol, primero con un buen pase de Koke al área que salvó Pelayo, y después con un remate blando de Neira que se convirtió en el único disparo entre maderas de los blanquivioleta.

El entrenador gallego Yago Iglesias decidió aguantar el empate con lo que tenía sobre el césped, solo realizó dos cambios, aunque Dalisson apenas se tenía en pie, y a punto estuvo de encontrarse con el premio de los tres puntos en el tiempo de prolongación, cuando unos y otros asumían el 0-0. El brasileño aguantó el balón en el lado izquierdo, lo colgó al corazón del área y el capitán Álex González enganchó una media chilena que rebotó en el césped y en el larguero del sorprendido Aceves. El susto no acabó ahí porque la jugada derivó en saque de esquina, la pelota quedé perdida en el área y el central Igor la chutó para que Aceves, en medio del bosque de jugadores, sacara los brazos para evitar la derrota en la última jugada. El punto le sirve al Pontevedra para afianzarse en el liderato y al Promesas para meterse en los puestos de promoción, justo por detrás de los grandes del grupo, Pontevedra, Numancia y Ávila