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¡Sí se puede! Gritaban desde las gradas los cientos de aficionados blanquivioletas que se desplazaron hasta Los Anexos. Era digno de reconocimiento tal hazaña porque antes de esa explosión de euforia pasaron muchas cosas sobre el césped.
Llegaban a la cita dos conjuntos con ... urgencias, anclados en puestos de descenso y con la esperanza de poder salir a flote. Fue el Promesas por orgullo y coraje el que se llevó los tres puntos. Por primera vez en la temporada los de Baptista encadenan tres victorias consecutivas que les permiten creer en esa ansiada salvación que se encuentra a ocho puntos. Lo que sí queda claro es que los ocho partidos que restan van a ser finales a vida o muerte.
Baptista volvió a retocar la alineación con respecto al duelo ante el Tudelano. Samu Casado recuperó la titularidad, mientras que Saturday formó dúo en la zaga con Torres. En el lateral derecho se ubicó Fresneda en detrimento de Apa.
Real Valladolid Promesas
Samu Casado; Fresneda (Lucas Rosa, min. 46), Saturday, Torres, Nieto (Amoah, min. 90); Moha, Mikel, Ortuño; Arroyo (Diego Moreno, min. 77), Paulo Vitor (Víctor Narro, min. 57), Benito (Slavy, min. 77).
2
-
1
Talavera
Edu Sousa; Choco (Monroy, min. 84), Víctor Ruiz, Escalante, Góngora (Perales, min. 89); David Añón (Russo, min. 84), Jordi Ortega, Vicente Romero, Rodrigues; Toño Calvo (Jordi Martín, min. 73), Pichín (Forgás, min. 73).
Goles: 0-1, min.42: Víctor Ruiz. 1-1, min.65: Ortuño. 2-1, min.88: Víctor Narro.
Árbitro: García Gómez (Comité extremeño) expulsó con roja directa a Moha en el minuto 44 y amonestó con cartulina amarilla a Moha, Arroyo; y a los visitantes Víctor Ruiz.
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 27, aplazado por covid.
Tanto el Promesas como el Talavera salieron con las espadas en alto. La intensidad fue la tónica dominante durante todo el encuentro y pronto se trasladó sobre el tapete. Ningún conjunto iba a regalar minutos del cronómetro. Fue el conjunto talaverano el primero en avisar con un cabezazo de Góngora a la salida de un córner.
El planteamiento de ambos fue similar, presión asfixiante y manejo de la pelota a través de la posesión en busca de un resquicio en la zaga. Los visitantes buscaron penetrar por la banda de Fresneda con un activo Rodrigues, mientras que los blanquivioletas, en esos primeros minutos, optaron por lanzar balones en largo con destino a Sergio Benito y Arroyo tratando de hacer daño a la espalda de la defensa.
Con el paso de los minutos, el Promesas empezó a degustar más el esférico. En esos tramos de dominio alterno, los locales movieron la pelota, aunque sin terminar de inquietar la meta defendida por Edu Sousa. Ortuño era una brújula, abría a los costados, por sus pies pasaba la creación local, pero faltaba lucidez en sus aproximaciones. En zona de tres cuartos se les fundió la luz y no encontraban una linterna que les iluminara el camino. Arroyo, incansable, se ofrecía y en sus aproximaciones buscaba internarse en área visitante, aunque la defensa cortaba su avance. En esas, el Talavera enviaba balones en largo a un Pichín siempre móvil, pero sin llegar a cazar ningún envío fructífero.
Luego fue el turno de los talaveranos, que tomaron las riendas del encuentro. Cumplida la media hora de juego, Mikel Carro sacó sobre la línea de meta un remate de Escalante. La acción envalentonó a los cerámicos y comenzaron a arrinconar a los blanquivioletas incapaces de salir de su propio campo. Fue Víctor Ruiz el que inauguró el marcador con un disparo desde fuera del área que botó antes de entrar en la portería de Samu Casado. Fruto de la impotencia y frustración Moha vio la tarjeta amarilla por encararse a Vicente tras una falta. El mediocentro disconforme con la situación realizó un gesto a la grada lo que provocó su expulsión.
El paso por los vestuarios sirvió para calmar el ambiente en las gradas, no así sobre el césped. Lejos de amilanarse, el Promesas convirtió su furia en valentía y fuerza. Baptista decidió agitar el árbol dando entrada a Lucas Rosa y el cambio de fichas le salió a la perfección. Por la banda derecha comenzaron a llegar las primeras aproximaciones con peligro. El brasileño centró desde la derecha, pero el balón se paseó por el área sin encontrar rematador. Visto que el lobo estaba a punto de morder, el Talavera quiso bajar las revoluciones, combinando con paciencia y acelerando en los metros finales. Pero la fiera estaba a punto de despertar. Pasada la hora del encuentro Lucas Rosa recibió la pelota y como un potro desbocado cabalgó por su costado derecho. El lateral brasileño apuró línea de fondo y se sacó un centro raso. Sergio Benito dejó pasar el balón y Ortuño solo tuvo que empujarlo. El premio a la valentía y al coraje.
Comenzaba un nuevo encuentro, el Talavera respondió al golpe manejando la pelota buscando una costura. Pichín centró desde la derecha, pero, de nuevo, no encontró rematador. Una acción que hizo contener la respiración. Más tarde, Jordi Ortega mandó el balón al travesaño. La moneda estaba en el aire y podía caer hacia cualquier lado. Fue entonces cuando el Promesas activó su plan B, el de robar y lanzar contragolpes. Y en una de esas explotó el cañón de confeti. En el minuto 88, los talaveranos gozaron de una falta que se fue a córner. En la siguiente acción, los blanquivioletas robaron la cartera y se lanzaron un contragolpe comandado por Víctor Narro. Él solito se deshizo de dos rivales y con un recorte dejó en el suelo a Edu Sousa para anotar el 2-1.
Tuvo que sufrir el Promesas porque en los cuatro minutos de prolongación el Talavera envió balones colgados al área que mantuvieron el corazón en un puño. Supo aguantar y amarrar su valioso botín para sumar tres puntos. No den por muerto al Promesas.
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