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No ha sido la mejor temporada del Real Valladolid Promesas, siempre inmerso en un mar de dudas. El barco que capitaneaba Baptista ha estado a la deriva y no había timón que recondujera su rumbo. Todo parecía perdido, el precipicio de la 2 RFEF estaba ... cada vez más cerca, pero en las últimas jornadas la tormenta se ha calmado levemente y ha dado paso a unos pequeños rayos de luz.
Por primera vez en la temporada, el Promesas ha encadenado tres victorias consecutivas, aunque el primero de estos tres triunfos fue ante el Extremadura, equipo expulsado de la competición y cuyo partido se le dio por perdido sin llegar a disputarse.
Un punto de 24 posibles escenificaba el peor de los desenlaces posibles, un final irremediable que condenaba a una plantilla frustrada, con síntomas de agotamiento, al descenso. La situación ha cambiado desde que el filial blanquivioleta tuvo que frenar en seco su actividad por un brote de covid-19. Aquello fue el 10 de marzo y supuso el aplazamiento del encuentro que se disputó el miércoles ante el Talavera. Desde entonces el Promesas ha encadenado cuatro encuentros puntuando, con tres victorias consecutivas. Empató ante el Unionistas (0-0) y se hizo con los tres puntos ante el Extremadura, Tudelano (1-2) y Talavera (2-1). Estos dos últimos, rivales directos en la lucha por la salvación. La victoria ante el conjunto talaverano permitió a los blanquivioletas superar al Zamora en la clasificación y colocarse en decimoséptima posición con 28 puntos. El objetivo de la permanencia aún se encuentra lejos, a ocho puntos que marca el Bilbao Athletic.
Ahora hay que echar mano de la calculadora. El calendario señala que faltan ocho jornadas por disputarse y aún no está todo el pescado vendido. Los pupilos de Baptista tendrán que medirse a cuatro equipos de la mitad alta de la tabla (Calahorra, Badajoz, Racing de Santander y Deportivo de La Coruña) y otros cuatro de la mitad baja (SD Logroñés, Cultural y Deportiva Leonesa, San Sebastián de los Reyes y Zamora), con cuatro encuentros en casa y otros cuatro lejos de su feudo. Los blanquivioletas tendrán que verse las caras con dos pesos pesados de la categoría. Se desplazarán a El Sardinero para enfrentarse al actual líder del Grupo I de la 1 RFEF, el Racing de Santander y en la jornada posterior, recibirán al Deportivo de la Coruña, segundo en la tabla. No obstante, cerrarán la temporada ante el Zamora, que también lucha por salir del pozo.
Al Promesas no le ha ido del todo mal con estos rivales en la primera vuelta, ya que puntuó con cinco de sus ocho rivales. Se llevó los tres puntos ante el Badajoz (1-2) y el Racing de Santander (3-0). Se repartió los puntos ante la SD Logroñés en la jornada inaugural, repitió resultado ante el Calahorra (1-1) y rescató un punto ante San Sebastián de los Reyes (2-2). Mientras que claudicó ante la Cultural Leonesa (4-2), Deportivo de La Coruña (3-0) y Zamora (1-3).
El Promesas tiene la esperanza de cazar a los cachorros que son, en este mismo momento, el rival que marca la salvación. Al igual que los de Baptista, los rojiblancos afrontarán cuatro encuentros en Lezama y otros cuatro a domicilio. Pero el calendario es, a priori, más complicado debido a que se tienen que enfrentar seis rivales de la zona alta. Entre ellos se encuentran los tres mejores clasificados: Racing de Santander, Deportivo de La Coruña y Racing de Ferrol. A ellos se suma el Real Unión, Badajoz, Calahorra situados en posiciones cómodas. De la zona baja se verán las caras con la SD Logroñés y San Sebastián de los Reyes.
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