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El partido inicial de una pretemporada nunca puede servir para extraer conclusiones definitivas sobre un equipo, pero sí para apuntar algunos esbozos, con aspectos positivos y negativos. El Real Valladolid que goleó a la Gimnástica Segoviana el martes en La Albuera (2-5) se mostró ... más entonado ofensivamente de lo que cabría esperar en un tramo del verano marcado por las intensas cargas físicas de las dobles sesiones. Sin embargo, también se vieron algunas costuras defensivas y claros errores ante un rival recién ascendido a Primera RFEF. Este tipo de encuentros sirve como un entrenamiento más para corregir desajustes y probar a los jugadores en posiciones alternativas (como el caso de Eray Cömert), pero también como escaparate para los futbolistas que aspiran a quedarse en el primer equipo (como sucede con la irrupción a base de goles y buen fútbol del canterano Adrián Arnuncio 'Arnu'), aunque la realidad puede volverse más prosaica con el paso de los meses (el caso de Iván Cédric sirve como relato con moraleja). Estos son algunos brillos y sombras del Pucela ahora.
1. El acierto realizador. Cinco goles son cinco goles, aunque se consigan en un amistoso ante un rival recién llegado a Primera RFEF. Los tantos sirven a los futbolistas para adquirir confianza y al equipo para seguir progresando en su trabajo veraniego. El Real Valladolid que goleó a la Segoviana volvió a demostrar el impacto arriba de un jugador de segunda línea como el mediocentro Monchu Rodríguez, autor del primer tanto, y que exhibió sus virtudes realizadoras llegando desde atrás. También fue buena noticia ver a Mamadou Sylla marcando de cabeza su primer tanto del curso tras romper el fuera de juego, un aspecto positivo para un 'nueve'. Arnu fue la gran sensación en la segunda parte, con su doblete, y permitió estirar un marcador que se había comprimido hasta el 1-2 en la primera mitad. Anuar Tuhami cerró el marcador con el quinto gol del Pucela, después de otro tanto anterior que quedó anulado por fuera de juego. Los goles en cascada siempre hacen brillar a un equipo para empezar.
2. El buen papel de Arnu. El joven delantero del Promesas aprovechó como nadie los primeros focos. Salió en el renovado once de la segunda parte y no tardó mucho en exhibir su remate. Adrián Arnuncio 'Arnu' se movió a la perfección para ganar la espalda a su marcador y recibió un centro de Stanko Juric en el primer palo para marcar el 1-3 en el minuto 49. El remate fue sutil, pero la clave radicó en su desmarque. El delantero con ficha del Promesas ejecutó buenos movimientos en otras acciones clave, como en el pase que recibió de otro canterano como Raúl Chasco y que acabó en falta al borde del área. El lanzamiento de Amallah, repelido por el portero, lo volvió a aprovechar Arnu para el 1-4 en el minuto 60. Arnu apenas jugó media hora ya que fue sustituido por Israel Salazar tras la pausa de hidratación en el minuto 74, pero dejó huella.
3. La incisión por bandas. El Real Valladolid se desplegó bien por los costados, tanto en la primera parte, donde Tunde Akinsola y el eléctrico Raúl Moro ejercieron como estiletes por el flanco derecho e izquierda respectivamente, como en la segunda mitad, con Iván Sánchez y Anuar Tuhami como protagonistas. Raúl Moro sirvió a Sylla el 0-2 en una buena acción personal en la que aprovechó el espacio central para servir la asistencia a su compañero. Hasta siete saques de esquina botó el Pucela en una primera mitad con muchas llegadas por las orillas.
1. Desajustes defensivos. El Real Valladolid empezó a dejar resquicios atrás a partir de la primera media hora de juego. El portero André Ferreira tuvo que resolver con una gran intervención una falta botada sobre su área que Kike Pérez casi convierte en autogol tras un mal despeje, acuciado por el jugador local David López. Lucas Rosa dio un mal pase a Monchu minutos más tarde y el mediocentro blanquivioleta cometió una falta cercana al área que acabó con un nueva opción a balón parado para la Segoviana que atrapó Ferreira con algunas dificultades. Tampoco estuvo acertado el portero Arnau Rafús en la segunda parte al iniciar el juego en un mal pase que acabó con el segundo gol de la Segoviana. En el tanto en contra de Rubén no ayudaron Koke Iglesias ni César de la Hoz. Además, Rafús dudó en la salida.
2. El error de Cömert. Pezzolano alineó al central suizo Eray Cömert como pivote por delante de la zaga, al estilo de lo que hizo el curso pasado con Lucas Oliveira. La idea pasaba por aportar solidez atrás y ejecutar una rápida salida del balón. En esta demarcación lo más recomendable es enfocar hacia arriba, con envíos hacia los jugadores más creativos o incisivos, y no tanto hacia la zaga, especialmente si no se tiene en cuenta a los atacantes rivales. Cömert cometió un fallo en los peores minutos del Real Valladolid en un pase atrás muy mal ejecutado que acabó en las botas de Tellechea para el primer gol de la Segoviana.
3. El pobre tono físico de Amallah. Selim Amallah llegó al Real Valladolid como un futbolista para marcar las diferencias y tuvo impacto en Primera con el Pucela tras su llegada en el mercado invernal de 2023 antes de lesionarse en la jornada 31ª ante el Valencia. Su cesión al Valencia no dio los frutos deseados (598 minutos repartidos en 20 partidos de Liga) y en La Albuera mostró que aún le falta mucho para ponerse a tono físicamente en una pretemporada muy exigente. Los próximos amistosos servirán para calibrar cómo progresa en este sentido el futbolista belga-marroquí, un jugador llamado a ser diferencial. Por el momento, en Segovia se le vio muy lejos de su mejor versión física y futbolística.
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