El primer (gran) impacto de Fabián Orellana como albivioleta
El mediapunta chileno lideró al Real Valladolid ante la Real Sociedad en centros al área y porcentaje de pases acertados
De los tres fichajes que debutaron con la camiseta del Real Valladolid el pasado domingo, Fabián Orellana brilló con luz propia. El chileno se movió ... por espacios interiores como mediapunta para romper las líneas de la Real Sociedad y capitalizar buena parte del juego ofensivo blanquivioleta. Su impacto queda refrendado por las estadísticas: lideró al equipo en centros al área, con un total de cinco, y también en pases acertados, con un 83% de precisión.
Fabián Orellana entró en juego por la zona de tres cuartos, donde el mapa de calor individual muestra la mayor actividad del nuevo refuerzo del Pucela. También por la banda izquierda del ataque y brujuleó dentro del área de Remiro, donde se movió con soltura y creó algunos cortocircuitos a la zaga 'txuri urdin'.
De sus botas nació una de las jugadas más claras del ataque pucelano, en los minutos de más vendaval ofensivo de los jugadores de Sergio González. Un control orientado en el 18 le permitió burlar con facilidad el marcaje de Diego Llorente, internarse en el área realista y rematar ante el guardameta Álex Remiro. Del rechace nació la subsiguiente ocasión de Sergi Guardiola, salvada bajo palos por Llorente. En esos minutos, el Real Valladolid dominaba claramente a la Real Sociedad y en la jugada posterior llegó el disparo que Waldo Rubio estrelló en el poste donostiarra.
De los 18 pases que dio Fabián Orellana en su debut con la camiseta blanquivioleta, solo dos se produjeron en campo propio, cuatro de ellos los buscó dentro del área rival y ocho tuvieron lugar en la zona de tres cuartos. Sus pérdidas de balón se limitaron a tres, todas en la primera parte. La primera acabó en saque de banda a favor del Real Valladolid, por lo que ni siquiera el equipo perdió la posesión en esta acción. En la segunda se le escapó un balón. En la tercera se vio encimado por dos defensores realistas junto a la línea de fondo mientras buscaba la manera de causar estragos en el área de la Real Sociedad.
Fabián Orellana dejó muestras de su calidad durante todo el partido, también en el último tramo del choque, cuando aún se podía soñar con la victoria en alguna acción de fortuna. En el minuto 88, el mediapunta regateó a dos defensores de la Real Sociedad, entró en el área, se giró, dejó el balón a Kike Pérez y el mediocentro intentó un peligroso centro-chut que salió por la línea de fondo, pero que evidenció que el Real Valladolid mantenía el pulso del partido en los minutos finales. La única falta que se le contabilizó llegó en el minuto 91. Además, fue el único atacante del Real Valladolid en caer en un fuera de juego.
Los otros debutantes
Bruno González fue otro de los debutantes con la camiseta del Real Valladolid. El experimentado central canario apareció en el once inicial para cubrir el hueco del lesionado Kiko Olivas y acompañar al siempre imperial Joaquín Fernández, cada día más líder. Bruno no desentonó y dio muestras de seguridad, especialmente para mantener la nueva línea adelantada que propugna Sergio González. La gran mayoría de toques que realizó tuvo lugar lejos del área de Masip, lo que muestra esta circunstancia. Despejó cuatro balones (tres de cabeza) e interceptó otro en la línea divisoria para cortar un pase largo de la Real en busca de un contraataque que no llegó a fructificar y que evitó males mayores. Además, en el minuto 69 frustró una acción de ataque de Isak tras una pérdida de Hervías, recién ingresado en el césped. En ataque, remató alto un córner en el minuto 48.
A diferencia de Fabián Orellana y Bruno González, el esperado debut de Shon Weissman llegó desde el banquillo. El goleador israelí entró con su flamante dorsal '9' en el minuto 79 con la idea de buscar más pólvora en la vanguardia blanquivioleta. Acompañó a Guardiola en el ataque y tuvo una sola acción, donde dejó un destello de calidad: Nacho tiró una pared con él y Weissman trató de devolverle el balón con un taconazo cargado de intención que interceptó el central Llorente. Ya no tuvo más oportunidades de entrar en contacto con la pelota y dejó a la afición pucelana con ganas de verle disfrutar de más minutos en las próximas jornadas.
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