Borrar
40 años del estadio José Zorrilla: Marcos Fernández y Parquesol: un presidente irrepetible y un barrio junto al estadio
40 años del estadio José Zorrilla

Marcos Fernández y Parquesol: un presidente irrepetible y un barrio junto al estadio

Marcos Fernández, promotor de Ciudad Parquesol, salvó al club de la desaparición

Víctor Borda

Valladolid

Miércoles, 16 de febrero 2022

Nadie puede negar que la década de los ochenta en el Real Valladolid fueron buenos años. El equipo estuvo en Primera, estrenó un estadio en las afueras de la ciudad que albergó partidos del Mundial celebrado en 1982 en España, logró en 1984 su único título oficial (la Copa de la Liga) y se estrenó en Europa a la temporada siguiente. La guinda fue la final de la Copa del Rey de 1989 que jugó contra todo un Real Madrid. Eran tiempos en los que lo deportivo marchaba, pero con el cambio de década empezaron los problemas. Estos casi siempre han sido, en los 94 años de existencia de entidad, de calado económico. Y ese arranque de los noventa quedó patente una vez más. La normativa obligaba a los clubes a convertirse en sociedades anónimas deportivas. La situación se convirtió en peliaguda. En el horizonte se intuía incluso la desaparición del equipo. Para terminar de complicarlo, el Real Valladolid bajaba a Segunda a final de la temporada 1991-92.

Hubo diferentes movimientos en la directiva. El Ayuntamiento, comandado entonces por Tomás Rodríguez Bolaños, movió ficha. Hubo contactos con el tejido empresarial local, pero la cosa no llegaba a buen puerto.

Noticia Relacionada

Entonces apareció la figura de Marcos Fernández Fernández. El empresario leonés ya había aterrizado en la capital del Pisuerga en la década anterior y había comenzado la promoción de Ciudad Parquesol, un nuevo barrio en la loma cercana al nuevo estadio, donde construyó nada menos que 12.000 viviendas. El Ayuntamiento contactó con él. El empresario cogió el toro por los cuernos y se convirtió en presidente del club, un presidente que dejó una marcada huella tanto en el modelo de club como en la afición. Puso el dinero para que el club mutase en sociedad anónima deportiva.

Carlos Daniel Casares, concejal con Tomás Rodríguez Bolaños, recuerda la primera reunión con el empresario leonés, encuentro al que acudió con Pascual Fernández, entonces teniente de alcalde en el Consistorio de la capital vallisoletana. «Marcos Fernández se subió a ese carro. El club pendía de un hilo. Acababa de bajar a Segunda y necesitaba recursos para convertirse en una sociedad anónima deportiva. Marcos Fernández siempre había mostrado interés en participar en actividades de interés para la ciudad. Se mostró abierto a hacerse con el club. Luego se reunió con Tomás Rodríguez Bolaños, que remató la operación con el empresario», recuerda.

Vídeo.

Marcos Fernández preparó al equipo para retornar cuanto antes a Primera. No fue fácil la campaña 1992-93, con el paso de varios técnicos. Pero se logró un ascenso que ha quedado grabado en la retina de los seguidores blanquivioletas más entrados en años: la victoria de la última jornada en Palamós que devolvió al equipo a la élite del balompié español.

Ascenso inesperado

Durante su mandato tuvo lugar la liga de 22 equipos. Era el año 1995 y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) exigió que los clubes debían avalar el 5% de su presupuesto. Sevilla y Celta, por diferentes motivos, no cumplieron o no pudieron cumplir con el trámite. La LFP (lo que hoy es LaLiga) decidió por ello el descenso administrativo de andaluces y gallegos, con el ascenso de Albacete y Valladolid, que habían perdido la categoría la campaña anterior. Sus aficiones se echaron a la calle y provocaron que la patronal de los clubes tomase una medida salómonica: una liga de 22 equipos. El Real Valladolid salvaba la categoría.

Nadie se olvida de aquel 3-8 en Oviedo en 1996, considerado como uno de los partidos más locos y extraños de la historia en la liga española, o el fichaje de jugadores que marcaron época en el Real Valladolid como Víctor Fernández o Alen Peternac, o el retorno al club de José Luis Pérez Caminero en el tramo final de su carrera.

Bajo el mandato de Marcos Fernández (1992-98) también retornó al club uno de los entrenadores con mayor carisma y de mejor recuerdo en la sufrida parroquia pucelana: Vicente Cantatore. El técnico sudamericano regresó en la campaña 1995-96. El Real Valladolid era último cuando llegó Cantatore y logró salvarlo de la quema. Al año siguiente logró clasificar el equipo para la Copa del UEFA, la segunda vez que el Pucela jugaba una competición continental. En septiembre de 1997, el noviazgo entre el técnico y la familia Fernández saltó por los aires (Marcos Fernández estaba ya enfermo de leucemia y su hijo Marcos Fernández Fermoselle estaba ya por entonces las riendas del club) con el despido vía radiofónica del preparador sudamericano.

La desaparición del patriarca supuso un revés para un club que había crecido bajo su mandato. Sus hijos Marcos y Ángel tomaron las riendas del club hasta que lo vendieron en abril de 2000 a una serie de empresas madrileñas. Así acababa la historia de la familia Fernández al frente de un club que sobrevivió en Primera División, en la élite del balompié español. Un salvavidas cuando la entidad blanquivioleta hacía aguas en el año 1992. Hasta una peña del club lleva su nombre desde 1995, el de un presidente irrepetible.

Parquesol en la cima

Marcos Fernández ya antes de desembarcar en el Real Valladolid era el promotor de Ciudad Parquesol. Retomó la urbanización de esta zona del suroeste de Valladolid en 1985. Una ciudad dentro de la ciudad, un concepto que cambió con altos edificios el paisaje de la capital. Parquesol recuerda a Marcos Fernández con una plaza en Parquesol, plaza que se inauguró en 2001. El estadio de su equipo junto al barrio que él mismo promovió, dos obras que recuerdan al empresario leonés.

Imagen de la residencia en 1999. R. Gómez

La joya del club

Uno de los grande logros de la familia Fernández a cargo del club fue la construcción de la Residencia de Jugadores, situada lógicamente en una parcela del barrio de Parquesol. Se inauguró el 22 de junio de 1999 con Marcos Fernández Fermoselle como presidente y Ramón Martínez como director deportivo. Por ella ha pasado lo más granado de la cantera del Real Valladolid, nombres ilustres como Sergio Asenjo o Jesús Rueda entre otros muchos que brillaron en la cantera blanquivioleta y que llegaron a debutar con el primer equipo.

Contaba en su estreno con 2.700 metros cuadrados de instalaciones. Cuatro plantas y 23 habitaciones dobles. Con piscina, comedor comunal, biblioteca, sala de conferencias y de televisión, garaje y jardines. Sin duda, la joya del club que fue una novedad en el fútbol español y que reasultó copiada posteriormente por un buen número de equipos.

Su futuro, con la construcción de una nueva residencia en la nueva ciudad deportiva, será la venta por parte del Real Valladolid de un terreno muy goloso en Parquesol.

También con los Fernández vio la luz la Fundación Real Valladolid.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Marcos Fernández y Parquesol: un presidente irrepetible y un barrio junto al estadio