Presidente de corazón
Partido de vuelta ·
Suárez ha sido un presidente que ha amado este deporte y este club, que tomó las riendas en un momento crítico de la historia del Real ValladolidJuan Méndez
Valladolid
Viernes, 16 de agosto 2019, 22:31
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Partido de vuelta ·
Suárez ha sido un presidente que ha amado este deporte y este club, que tomó las riendas en un momento crítico de la historia del Real ValladolidJuan Méndez
Valladolid
Viernes, 16 de agosto 2019, 22:31
Hace unos días, cuando el Real Valladolid confirmó oficialmente como portavoces a David Espinar y Miguel Ángel Gómez, escribí a Carlos Suárez para interesarme por su posición. Su respuesta omitió el plano personal y lo volcó todo en el club, que para él es lo ... importante. Otro habría aprovechado el hilo para soltar lastre, pero Suárez es un presidente de corazón y nunca se ha puesto por delante, tampoco de perfil. Con errores, como cualquiera, pero también con los aciertos que muchos de sus críticos siguen intentando sepultar.
Suárez desembarcó hace 18 años en una isla devastada por una infame gestión económica de Lewin y su equipo. Llegó de puntillas y se sentó en un sillón que ardía, víctima de los desmanes anteriores. Las cuentas eran una telaraña, pero el presidente afrontó el reto con la pasión de quien ama el deporte y cree con firmeza en su capacidad empresarial. Y así, abrió la caja de herramientas y comenzó una obra para la que no tenía ni grúas ni grandes medios, poco más que un pico, una pala y el alma de sus empleados. Los cimientos se tambaleaban y su primera misión residió en dotar de estabilidad a los pilares para que el resto de la construcción no se convirtiera en barro. Su corazón ya latía en blanco y violeta, no había marcha atrás.
El legado de Suárez ha tenido muchos puntos de inflexión que le han hecho más fuerte. Económicos y deportivos. Lágrimas de alegría en los ascensos y honda amargura en los descensos. Anhelos de tiempos de bonanza y nudo en la garganta cuando no tuvo otra opción que congelar la descomposición del club con un concurso de acreedores que era la única salida. Del trabajo por cuenta ajena a arriesgar su patrimonio para dar una vuelta a la tuerca. Su gestión ha ido acomodándose a los tiempos, también su evolución de una fórmula muy presidencialista a un mayor trabajo en equipo, delegando responsabilidades en especialistas en cada materia. Su omnipresencia, sobre todo en la parcela deportiva, ha sido uno de sus puntos débiles, pero ha sabido limar aristas para no detener la evolución.
Antes de cerrar la puerta por fuera, Suárez podría haber buscado el mejor postor para deshacerse del club, pero siempre peleó por el porvenir antes que añadir ceros a su cuenta corriente y buscar nuevos retos. Por eso, abrochó la venta con Ronaldo y ahora la entidad castellana ensancha su marca para soñar con un futuro de gloria. Dieciocho años de Suárez, presidente de honor, que dejan el listón alto. Cogió una bicicleta sin ruedas y deja un utilitario apañado. Se encontró con una ciudad que se avergonzaba de sus colores y se va con banderas del Real Valladolid en los balcones. El equipo de Ronaldo tiene buenas ideas y conocimientos, pero debe tener claro que la pasión será la palanca que marque la fina línea que separa el éxito del fracaso.
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