Los poltergeist del Real Valladolid
A banda cambiada ·
Se pregunta el autor la razón por la cual jugadores internacionales de referencia no han triunfado, por norma general, en el club blanquivioletaJesús Moreno
Viernes, 26 de junio 2020, 20:58
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A banda cambiada ·
Se pregunta el autor la razón por la cual jugadores internacionales de referencia no han triunfado, por norma general, en el club blanquivioletaJesús Moreno
Viernes, 26 de junio 2020, 20:58
Confirmado. El Real Valladolid es víctima de una maldición. Como la que sufren aquellos incautos que construyen su morada sobre un antiguo cementerio indio, como la que persigue a los exploradores tras haber profanado la tumba de un faraón egipcio; como la de los Chicago ... Cubs pero sin una cabra intentando entrar en Zorrilla, o como la que le echó Béla Guttman al Benfica, aunque aún nos quede lejos la posibilidad de perder la final de un torneo continental.
Tiene que haber algo sobrenatural, algo que se escapa al más elemental pensamiento racional, algo que serviría a cualquier guionista para escribir un episodio de «Cuentos Asombrosos», en el hecho de que no haya un solo jugador que llegando allende nuestras fronteras y con cierto renombre internacional capaz de triunfar en el Real Valladolid de las últimas tres décadas. Hay quien, incluso, asegura haber pegado la oreja a la sala de prensa del estadio minutos antes de que se presentara algún fichaje de relumbrón para escuchar la voz, casi el susurro de una niña, alargando las palabras y con muchísima suavidad, decir algo parecido a «¡ya están aquí!»
Parece un misterio que jugadores extranjeros, contrastados, con un puñado de partidos internacionales a sus espaldas, tipos llamados a ser el buque insignia del equipo en aquella temporada, deambularan por el club sin pena ni gloria. Desde Jorge 'Mágico' González a Hatem Ben Arfa, pasando por Carlos Valderrama, Aljosa Asanovic, Fabián Estoyanoff o el 'Turu' Flores, ninguno de ellos logró confirmar las expectativas con las que arribó.
La explicación, alejado de cuestiones esotéricas,quizá se encuentra en lo que se convirtió el Real Valladolid una vez abandonó la década prodigiosa de los ochenta, cuando comandaba la nave el gran Gonzalo Alonso. Desde entonces, el Pucela ha sido un equipo que casi siempre ha precisado del sacrificio, la solidaridad y el compromiso de todos sus componentes para lograr los objetivos. En esas circunstancias, es muy difícil que alguien con demasiado bagaje a sus espaldas y sin conocer la idiosincrasia del club en el que aterriza, se ponga a correr detrás de los rivales como si le fuera la vida en ello. Hay cosas que, de momento, el club no está en disposición de negociar, lo que convierte esta plaza en un mal destino para que el que no tenga intención de cumplirlo. Lo que dijo José Luis Mendilibar hace casi trece años sigue vigente para cualquiera que vista la blanquivioleta: «Si no corremos, somos caca de la vaca».
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