Plata sí por la mañana, no por la tarde: el acuerdo es verbal pero no tiene firma

En el mundo del fútbol hay distintos tipos de operaciones que, en función de donde procedan, obligan a remangarse en mayor o menor medida a los directores deportivos. Si el jugador pretendido pertenece al fútbol patrio, la negociación puede llegar a ser más o menos lenta pero las partes tienen la certeza de que se resolverá sin sorpresa final. En cambio si la oferta requiere cruzar el charco, el que la emite no sabe nunca lo que se va a encontrar de vuelta. Un sí nunca es un sí definitivo, y las cartas que se juegan casi siempre están marcadas.

Hay demasiados tahures ahí fuera como para poder exhibir el trofeo antes de cazarlo. Ése es el caso de Gonzalo Plata y su compromiso pactado con el Real Valladolid, que igual que apuntaba a cerrado en la mañana de este jueves, por la tarde se complicaba por la llamada de otros clubes interesados en aumentar la oferta.

Todo ello se traduce en una jornada maratoniana como la que se vivió en las oficinas del estadio Zorrilla, con llamadas cruzadas, teléfonos que echaban humo y el propio Gonzalo Plata como artista invitado. El ecuatoriano abandonó por unas horas su periodo vacacional para hacer acto de presencia en Valladolid, alertado por todas las partes para estampar su firma como jugador del Real Valladolid por las cinco próximas temporadas. El acuerdo había sido ya aceptado por el Sporting de Lisboa, dueño del 70 por ciento de sus derechos, y las condiciones pactadas con el propio jugador.

Sin confirmación por parte del club, las fuentes del diario A Bola portugués hablan de 7 millones de euros por ese 70% del jugador. Ya sabemos en Europa que cuando se trocean los derechos de un jugador al otro lado del charco, la confusión se dispara a este lado, y el caso de Gonzalo Plata no es muy diferente. En su caso las cuentas no salen en el momento en el que desde Ecuador se asegura que Independiente del Valle, su club de origen en formación, mantiene el 50 por ciento de su propiedad.

Sea cual sea el reparto, la realidad es que el Real Valladolid ha alcanzado un acuerdo, verbal eso sí, para que Gonzalo Plata vista de blanquivioleta la próxima y cuatro campañas más (hasta 2027), y la incertidumbre a estas horas es tal que en el club temen que se pueda convertir en papel mojado. Se desconfía de la palabra dada, y por lo tanto dejan el futuro del ecuatoriano en el aire.

No es para menos viendo la situación kafkiana que se vivió este jueves, con Plata en oficinas bolígrafo en mano para poner rúbrica a su compromiso con el club blanquivioleta y horas más tarde tomando un vuelo en el aeropuerto de Villanubla camino de un nuevo destino.

En caso de que el club portugués cumpla con su palabra, Plata se incorporaría a la mayor brevedad posible a la pretemporada que hoy mismo inicia el primer equipo en los campos de Zaratán.

La apuesta del club por un contrato de larga duración no solo responde al desembolso que ha decidido invertir (7 millones de euros) sino también a la juventud del jugador (21 años). No hay que olvidar que Plata disputará el próximo Mundial de Catar con la selección de Ecuador y su cotización se disparará a poco que mantenga la proyección que ha demostrado en el último año.

Más allá del fichaje de un buen jugador, la operación se entiende como un buen negocio para el club que preside Ronaldo Nazário.

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