Paulo Pezzolano ofrece una nueva posibilidad sobre el futuro institucional del Real Valladolid. El entrenador blanquivioleta considera «lo más seguro» es que Ronaldo Nazário «venda» el club blanquivioleta, pero añadió que el actual presidente y máximo accionista «seguiría con su actual gestión deportiva». «Eso ... es lo que quiere hacer Ronaldo:vender una parte. Y lo más seguro es que se dé. Pero seguiría todo igual. No cambiaría nada internamente», apuntó el técnico uruguayo en una entrevista con la radio Sport890 de su país el pasado lunes cuando fue preguntado por las informaciones sobre la posible salida del actual propietario. Según se deduce de las palabras de Pezzolano, Ronaldo encontrará nuevos socios en el accionariado del Real Valladolid, con la venta de una parte del 82,77% de las participaciones que posee actualmente en la entidad.
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El propio Paulo Pezzolano insistió en su idea de continuar en el banquillo del primer equipo blanquivioleta, según lo que ha hablado con Ronaldo tras el ascenso. «Yo tengo una renovación automática. Hoy en día Ronnie [Ronaldo] y toda la gente quiere que sigamos. Nosotros tenemos que juntarnos con ellos. Lo más importante es lo que quiera internamente el club y lo que yo sienta. Yo siento mucho apoyo. La realidad de esto es que cuanto más en contra está la gente, más seguiría y firmaría por cinco años. Así que veremos qué pasa».
El entrenador uruguayo recalcó que la actual directiva «apoya mucho» el trabajo del cuerpo técnico que encabeza y «apoyan mucho el proyecto». «Vamos a hablar todo lo que viene en el futuro. Sin duda, las oportunidades para nosotros de inicio son estas. Hay que luchar. Veremos en las próximas horas cómo seguimos».
La idea de Paulo Pezzolano pasa por «triunfar en Europa» y estabilizarse «acá». «Ese es mi gran objetivo, pero nunca sabemos cómo se dará el futuro. Afrontaremos lo que nos toque con amor, pasión y con ganas».
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El entrenador explicó también que, tras su llegada el curso pasado en Primera con diez partidos por delante, Ronaldo ya le transmitió la idea de que resultaría muy difícil la salvación «por cómo estaba el equipo internamente». «Me lo dijo Ronaldo y la gente que estaba. Por eso teníamos contrato en Primera y Segunda». Sobre su futuro inmediato, apuntó: «La renovación automática ya está. La semana que viene resolveremos algún detalle después del torneo. Después, hasta el 20 o 21 de junio estaremos en Valladolid porque tengo a mis hijos acá en la escuela. Tengo a mis padres y hermanos en Palma de Mallorca desde hace 20 años e iremos allí unos días. Luego, volveremos acá para la pretemporada o para afrontar lo que sea donde sea».
Algunas declaraciones de Pezzolano causaron polémica en redes. El entrenador ensalzó Valladolid como «una ciudad diferente con gente diferente». «La ciudad es preciosa, tiene una calidad de vida tremenda y la gente en la calle es divina y muy cálida. Pero hay algo muy particular. Yo decidí declarar cosas para generar unidad interna. El año arrancó silbando jugadores y tomé la decisión, aprobada internamente con la gente del club. Yo tenía cruces con la afición para lograr el objetivo. Me hizo redoblar esfuerzos cuando en tu propia afición tienes gente que te grita 'sudaca, vete para Uruguay'. Esta ciudad es muy particular en eso. Los extranjeros lo sufrimos un poco, yo lo sufrí y mi 'staff' también. Eso me hacía redoblar esfuerzos. Cuando nos marcó el segundo gol el Villarreal, el estadio gritó 'Pezzolano, dimisión', pero ahí el equipo siempre dio la cara. Ese es el empuje que tiene está afición. Nos redoblamos y logramos dos goles. Son clubes particulares a los que debemos sacar el jugo para lograr los objetivos. Sacarle el fútbol iba por ese lado, así que estoy muy contento de haberlo conseguido».
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El entrenador afrontó con «mucha tranquilidad» las críticas desde la afición y consideró que las redes sociales jugaron un papel en su contra, ya que fomentan «el odio y la bronca». Pero matizó: «Por otro lado, estaba tranquilo porque andaba por la Plaza Mayor tomándome un café, con mi señora por las tiendas, almorzando en cualquier restaurante y la gente es espectacular. Luego se juntan internamente y se fomentaba eso. Una parte de la afición generaba ese odio, pero la mayoría apoyaba mucho en todos los sentidos. Me quedo con ese apoyo, que es lo más importante».
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