Paulo Pezzolano pide efusivamente una tarjeta para el contrario en un partido al frente del Cruzeiro. Cruzeiro
Real Valladolid

Pezzolano, apuesta ofensiva para salvar la categoría

El juego que profesa el uruguayo es alegre y vertical, un fútbol que combina la paciencia en los primeros metros con una mayor velocidad y cambios posicionales en la zona de construcción y finalización

Miguel Ruiz

Martes, 4 de abril 2023, 19:43

Que la gente se pregunte quién es el nuevo técnico del Pucela a este lado del Atlántico es lo más normal del mundo. Y a pesar de todo, Pezzolano, nacido a orillas del río de la Plata por el lado de Montevideo, lleva más de ... veintitrés de sus casi cuarenta años de vida unido al fútbol. Hay que decir que nacer en Uruguay y acercarse a este deporte es, ciertamente, lo más normal del mundo. Paulo Pezzolano empezó a entrenar tras pasar por grandes equipos como futbolista en América (Peñarol, Atlético Paranaense o Necaxa), con una breve aventura en Europa (Real Mallorca) y un año en tierras chinas (a bordo del Zhejiang Greentown).

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Al ahondar en el Pezzolano entrenador nos encontramos a un ex jugador que quiso siempre seguir ligado al fútbol, como buen uruguayo. Primero en Torque (hoy Montevideo City Torque, propiedad el City Football Group), con quien consiguió el ascenso, pero lo cierto es que fue en Liverpool de Montevideo donde comenzó a construir la reputación que hoy le lleva a ocupar el banquillo del José Zorrilla. Con un juego alegre y vertical se hizo primero con Liverpool, después con Pachuca y, más tarde, con el Cruzeiro de Ronaldo Nazário.

Es en esa etapa donde el técnico acabaría por ganarse los galones, con un juego que brilló en la Serie B de Brasil. Su propuesta destacó en un fútbol acostumbrado a la samba y al lujo sobre el césped, cuya exigencia pasa también por la dificultad de los grandes para salir del atolladero que puede llegar a ser la Segunda División brasileña.

Sistemas 3-4-3 y 4-2-3-1

Con un planteamiento ofensivo, que transita en dibujos entre el 1-3-4-3 y el 1-4-2-3-1, ambos con muchas permutas entre posiciones, Pezzolano conquistó el objetivo de devolver a 'La Bestia' a la Serie A. Un objetivo que logró con un fútbol que combinaba la paciencia en los primeros metros, salida rasa, con asociaciones rápidas y ayudas, con una mayor velocidad y cambios posicionales en la zona de construcción y finalización, mostrando el hambre ofensivo característico de un técnico que como futbolista solía jugar como atacante. Ya siendo entrenador, esa ambición ofensiva le hace querer llegar al área con cierta celeridad. No trata de amasar de más el balón y permite que sus jugadores busquen de manera instintiva la posición y el rol que pueda beneficiar más al equipo en cada momento.

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Comenzó a construir su reputación en el Liverpool de Montevideo, después con Pachuca y, más tarde, con el Cruzeiro de Ronaldo

El intercambio posicional es recurrente y la velocidad de juego es alta, con pases rápidos y precisos y con esa tendencia a buscar portería de manera recurrente. Unas premisas que no rivalizaban con el orden en defensa exigido por el uruguayo, con un doble pivote bien marcado (sobre todo en la etapa en Cruzeiro), con la muy brasileña propensión a los laterales profundos y con una referencia clara en ataque. El resto de piezas pueden variar un poco dentro del dibujo de la idea de Pezzolano, por las necesidades que muchas veces marcan los rivales o por las limitaciones de su plantilla, pero esa es la columna vertebral casi perenne del ex entrenador de Cruzeiro, que del orden pasa al vértigo con relativa facilidad en el viaje entre defensa y ataque.

Ídolo en el Cruzeiro

La situación ha sido cuanto menos extraña. Siendo considerado un ídolo en Cruzeiro, eligió, hace apenas unas semanas, poner fin a su relación con el histórico de Belo Horizonte después de ascender a la élite brasileña. La duda nace precisamente en esa extraña decisión, en la que alegó motivos personales. Una respuesta que deja más abiertas aún las posibilidades para pensar que Valladolid podía estar ya en sus pensamientos, valiéndose del éxito en Brasil y la confianza de Ronaldo para dar un salto hacia Europa. Al presidente se le caen los elogios para este uruguayo que rescató a su equipo de siempre de las garras de la B, por lo que las suspicacias no se han hecho esperar por este viaje de vuelta de Pezzolano a España, trece años después de su estancia mallorquina, con la que llegó a jugar apenas doce ratos en LaLiga antes de volver a Montevideo y que será su primer rival como entrenador en España.

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No será un reto fácil. El Pucela mira de reojo los puntos necesarios para la salvación mientras ve que la lucha será ardua en una guerra con demasiados actores inesperados. Un escenario nada sencillo para adaptarse a un contexto competitivo tan exigente y con una cultura futbolística tan dispar a la que ha vivido hasta ahora Pezzolano. La confianza en el técnico uruguayo, sin embargo, parece ser total. Ronaldo quiere verlo salvando a otro de sus equipos, esta vez en España. En ese Real Valladolid al que el uruguayo deberá adaptar lo más rápido posible a sus ideas y exigencias para salvar la categoría antes de que la esperanza se pueda tornar en desesperación.

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