Pepe Moré, el mito del Real Valladolid que dijo adiós ante el Cádiz

La Vista Atrás ·
El único jugador blaqnuivioleta que ha levantado un título oficial se retiró después de 12 temporadas... desde el banquillo y sin jugar

Jsé Miguel ortega

Sábado, 24 de abril 2021, 08:35

José Moré Bonet (L'Ametlla del Vallés 29-1-1953) llegó al Real Valladolid al comienzo de la temporada 1976-77 procedente de la cantera del Barcelona junto a Rusky y Costa, en una excelente operación valorada en 7 millones de pesetas, como consecuencia de las buenas relaciones existentes entre ambos clubs, tras el traspaso de Amarillo al conjunto azulgrana.

Costa, centrocampista de gran clase, tuvo la desgracia de lesionarse gravemente y apenas pudo aportar, pero Rusky y Moré se erigieron en dos puntales básicos del equipo blanquivioleta, especialmente éste último, pues jugó doce temporadas, cuatro en segunda y ocho en primera división.

Pepe Moré fue indiscutible con todos los entrenadores, y desde su condición de capitán del equipo supo granjearse el respeto, cariño y admiración de propios y ajenos hasta convertirse en un mito de la historia blanquivioleta.

Pero nadie es eterno, y durante la temporada 1987-88, Pepe Moré fue perdiendo protagonismo por razones de edad y por la presencia de dos grandes valores en el centro del campo, Luis Minguela y Fernando Hierro. Así las cosas, el gran capitán del Valladolid pactó de mutuo acuerdo con el club y con el entrenador, Vicente Cantatore, que al concluir aquella campaña –con 35 años a las espaldas- colgaría las botas para iniciar su etapa como entrenador, empezando como ayudante del chileno.

Hasta ahí todo normal. El conjunto blanquivioleta estaba realizando una excelente campaña en la Liga y se pensó que el último partido en casa –penúltimo de la temporadas- era el ideal para que Moré recibiera un homenaje oficial del club y una despedida de la afición acorde con sus muchos méritos. Fue el día 15 de mayo de 1988 en un partido de trámite contra el Cádiz, que tenía en sus filas a uno de los futbolistas más extraordinarios y particulares de la historia, Jorge 'Mágico' González.

Inicialmente, Moré figuraba en la lista de suplentes, así que la entrega de la insignia de oro del club que le impuso el presidente, Miguel Ángel Pérez Herrán, en el prólogo del encuentro fue con el chándal que habitualmente llevaban los jugadores que estaban en el banquillo. Aunque los reconocimientos del Real Valladolid y de la propia afición fueron emotivos, el acto perdió algo de brillo.

No obstante, todos pensamos que se podría arreglar dando entrada a Moré en algún momento del partido, para que tuviera ocasión de despedirse con el protagonismo que merecía, es decir jugando. Pero sorprendentemente no fue así. El formidable futbolista catalán no participó ni un solo minuto, a pesar de que el Valladolid ganó por 1-0 al Cádiz –gol de Peña- y dominó intensamente a su rival durante un partido en el que mereció un triunfo mucho más amplio, con Luis Minguela y Onésimo de figuras destacadas en el bando local.

Extrañó mucho la decisión de Cantatore, ya que fue el técnico quien había elegido a Moré como ayudante para la siguiente temporada y entre ambos siempre existió una relación magnífica, si bien el propio jugador restó importancia al hecho con unas declaraciones elegantes: «Esperaba poder despedirme jugando, pero respeto al entrenador y agradezco al club la insignia de oro y al público la ovación que demuestra su cariño. Siempre es doloroso colgar las botas, pero se sobrelleva mejor sabiendo que voy a seguir ligado al Real Valladolid en otras tareas».

Pudo haberle dado don Vicente a su futuro ayudante le oportunidad de cerrar la etapa de futbolista en el «Santiago Bernabéu» una semana después, en el partido que echaba el telón a la Liga con el Real Madrid como campeón, pero tampoco se dio el caso, pese a que no pasaba de ser un simple trámite, ya que los blanquivioletas tenían asegurado su excelente octavo puesto y los madridistas un nuevo título de Liga.

De cualquier forma, la aportación del Moré jugador brillaba por encima de cualquier decisión acertada o no del técnico. Nada menos que 432 partidos oficiales con la camiseta del Real Valladolid, distribuidos de esta forma: 374 de Liga -142 en segunda y 232 en primera-, 45 de Copa, 2 de Copa de la U.E.F.A. y 11 de Copa de la Liga, entre ellos el de la electrizante final que los blanquivioletas ganaron al Atlético de Madrid, con Pepe Moré levantando el más prestigioso de los trofeos conquistados por el Pucela en toda su historia.