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El Real Valladolid necesita enderezarse de manera urgente si no quiere batir récords negativos en este periplo por la Primera División.
De momento, y tras ... 14 jornadas de competición disputadas, el equipo de Paulo Pezzolano aparece como el peor Pucela de la historia en la élite en significativos registros estadísticos.
Superado ya el primer tercio de Liga, tiempo suficiente para apuntar tendencias fiables, el Real Valladolid figura como colista de la Primera División con nueve puntos. Esta es la puntuación más baja en toda la serie histórica que abarca las 47 campañas del club blanquivioleta en la máxima categoría, si se aplican las correcciones pertinentes.
Es cierto que en la temporada 1982-1983, el Real Valladolid que empezó entrenando Felipe Mesones hasta la décima jornada y cuyo banquillo asumió posteriormente José Luis García Traid –tras un partido de Santiago Llorente como interino– presentaba únicamente ocho puntos tras 14 jornadas y también aparecía como colista en una Primera División de sólo 18 equipos.
Sin embargo, esos ocho puntos suponían entonces el 28,57% del total posible en ese intervalo ya que las victorias otorgaban dos puntos en el casillero y no tres como en la actualidad.
Aquel equipo blanquivioleta había ganado menos (sólo un partido, ante el Racing, precisamente en la jornada decimocuarta), pero también registraba menos derrotas (siete). Los otros seis choques habían acabado en tablas.
Ahora, el Pucela dirigido por Paulo Pezzolano ha caído al fondo de la clasificación de Primera con unos exiguos nueve puntos, merced a las dos únicas victorias hasta la fecha (en la primera jornada frente al Espanyol en Zorrilla y a domicilio ante el Alavés en Mendizorroza), así como los tres empates como local frente a Leganés, Real Sociedad y Athletic Club.
El porcentaje de puntos logrados sobre el total es de únicamente el 21,42%, el peor registro histórico de un Real Valladolid en la élite del fútbol español tras catorce jornadas disputadas.
No es el único dato que refleja la gran debilidad del equipo blanquivioleta para obtener puntos tras el ascenso del curso pasado: sólo una vez el Pucela había presentado a estas alturas de competición un desfase tan grande entre los goles marcados y los tantos encajados.
Los datos muestran que el equipo de Pezolano sólo ha sido capaz de anotar 10 dianas (el peor registro en el curso actual junto al Getafe) por 27 goles en contra. Ese diferencial de -17 en catorce jornadas presenta un solo precedente para el Real Valladolid en Primera: sucedió en la temporada 1994-1995, con nueve goles a favor y 26 recibidos.
Aquel curso, pasaron hasta cuatro entrenadores por el banquillo blanquivioleta, empezando por Víctor Espárrago –destituido tras 13 jornadas– siguiendo por Pepe Moré –que duró otros 13 partidos–, Fernando Redondo –ocho encuentros– y acabando con Antonio Santos –las cuatro jornadas finales–.
De manera irremediable, el Real Valladolid acabó en puestos de descenso, pero se salvó en los despachos gracias a los problemas burocráticos de Sevilla y Celta, primero descendidos administrativamente a Segunda B y luego indultados para dejar paso a una liga de 22 equipos el curso siguiente.
Otras escuadras del Real Valladolid en las 46 campañas precedentes habían encajado más goles a estas alturas de sus competiciones... pero también habían marcado más.
Sirvan como ejemplos los 36 tantos recibidos en 14 jornadas en la temporada inaugural del Pucela en la élite (1948-1949) con 24 goles a favor o los 31 que había lamentado en el curso 1983-1984 (también con 24 en su haber).
Portería con goles
La manta actual del Real Valladolid no cubre ni la cabeza ni los pies y el dibujo de cinco defensas saltó por los aires por errores propios en el tiempo añadido del empate con sabor agrio ante el Athletic en Zorrilla (1-1) y, especialmente, en apenas tres minutos en el choque frente al Getafe en el Coliseum (2-0).
Al Pucela le cuesta un mundo marcar y no ha logrado dejar la portería de Karl Hein a cero desde la sexta jornada, en el empate sin goles ante la Real Sociedad.
El Real Valladolid había ocupado el triste puesto de colista tras 14 jornadas en otras dos ocasiones en la máxima categoría.
La primera, en la campaña 1963-1964, una posición que ya no abandonaría hasta el final de aquella liga hasta dar con sus huesos en Segunda e iniciar una larguísima travesía del desierto de 16 temporadas lejos de la élite (con un año en Tercera incluido) hasta su vuelta a Primera en 1980.
La segunda llegó en la referida campaña 1982-1983, en la que el despido de Mesones y la contratación de José Luis García Traid sirvieron para superar una grave crisis inicial y el Real Valladolid acabó en una confortable duodécima plaza tras las 34 jornadas que se disputaban entonces.
En los últimos años, se han dado casos de equipos que eran colistas a estas alturas y que acabaron salvándose:son los casos de Las Palmas (2015-2016), Espanyol (2012-2013), Real Zaragoza (2011-2012 y 2010-2011) y Osasuna (2008-2009).
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