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Mientras los masajistas de ambos equipos, Ayala y Mur, atienden a César del golpe en la cabeza, el resto de jugadores trata de calmar a Paco Lesmes
La particular guerra entre Lesmes I y César en los Real Valladolid-Barcelona

La particular guerra entre Lesmes I y César en los Real Valladolid-Barcelona

La Vista Atrás ·

Una gran tangana en un partido de Copa acabó con la expulsión... de Coque

José Manuel ortega

Valladolid

Sábado, 11 de julio 2020, 09:00

Ya he contado en más de una ocasión que Paco Lesmes, probablemente el mejor defensa central español de una época en la que los había muy buenos –Biosca, Parra, Campanal, Garay-, se las tenía tiesas con todos los delanteros de la Liga española –Zarra, Araújo, Pérez Payá, Di Stefano, César- éste sobre todos.

Con el barcelonista César, nuestro Lesmes I mantenía una enconada rivalidad y de sus duelos en los Valladolid-Barcelona, siempre saltaban chispas. Como botón de muestra hemos elegido un partido de Copa que se disputó el 18 de mayo de 1952 en el viejo estadio Zorrilla y que, en principio, no parecía ir más allá de un mero trámite, ya que en el partido de ida de la semifinal del torneo, el Barça había goleado (5-0) a los vallisoletanos en Las Corts.

César y Coque, que fueron los capitanes aquel día, se saludaron cordialmente ante el colegiado señor Marrón, y nada hacía pensar la que se iba a liar más tarde. Ipiña, entrenador local, presentó este «once»: Goicolea; Matito, Lesmes I, Lesmes II; Ortega, Lasala; Olcina, Coque, Lolo, Ricardito y Navarro, mientras que el «míster» azulgrana, Fernando Daucik, presentó esta alineación: Ramallets; Martín, Biosca, Seguer; Gonzalvo, Bosch; Basora, Vila, César, Kubala y Aldecoa.

Pese varapalo del partido de ida, el estadio municipal se llenó porque los enfrentamientos contra los grandes siempre despertaban mucha expectación, no exenta de un cierto morbo. Además se daban otros atractivos, como el del ex-blanquivioleta Emilio Aldecoa en las filas del rival y, sobre todo, la presentación en Zorrilla a Ladislao Kubala, el primer gran fenómeno extranjero que había aterrizado en el fútbol español.

A pesar la constelación de internacionales que el Barcelona tenía en sus filas, el Valladolid fue dueño y señor de la primera parte, que concluyó con un rotundo 3-0, que incluso pudo ser más si el árbitro hubiera pitado un claro penalti a Olcina, derribado por Seguer en el área visitante. El propio Olcina abrió el marcador a los 26 minutos, Coque batió a Ramallets de cabeza a los 34, y Biosca, al intentar rechazar un tiro de Lolo, marcó en propia puerta el tercer tanto local.

La remontada en la que nadie podía pensar antes del partido, empezaba a vislumbrarse como algo al alcance de aquel Valladolid que había arrollado al flamante campeón de la Liga 1951-52 y futuro ganador de la Copa. El Barcelona, claro, se puso las pilas en el descanso y recurrió a un juego duro para frenar al rival, ante la pasividad arbitral. Los defensas Martín y Seguer y el medio Bosch fueron los abanderados de un estilo que el público nunca había visto practicar al Barcelona.

Paco Lesmes, uno de los mejores centrales de su época, protagonizó duelos tremendo con los delanteros, especialmente con el barcelonista César.

Corría el minuto 65 cuando Bosch le dio una patada a Coque y éste se la devolvió, haciendo saltar la chispa que desencadenó una multitudinaria trifulca en la que se involucraron casi todos los jugadores, y en especial César y Paco Lesmes, que pasaron de las palabras a los hechos, con el delantero barcelonista caído en el césped entre grandes aspavientos.

El árbitro, desbordado, no era capaz de poner orden y fue una persona con traje, que estaba en el banquillo del Barcelona, quien se le acercó para darle su versión de los hechos. Se trataba de Ricardo Cabot, secretario general de la Federación Española de Fútbol, catalán de nacimiento, aunque nada pintase en el banquillo azulgrana. Fue él quien recomendó expulsar a Coque, por agresión, dejando al Valladolid en inferioridad, lo que aprovechó el Barsa para acabar con la esperanzas blanquivioletas, con un gol de Vila.

Después del encuentro, en los vestuarios se cortaba la tensión, con voces, reproches, insultos y versiones encontradas de lo ocurrido. Coque prefirió no hablar, pero Paco Lesmes sí lo hizo: «César me llamó hijo de moro y eso no se lo consiento a nadie. Mis padres son tan cristianos y españoles como los suyos. Cuando me acerqué a él para recriminárselo, mi cabeza rozó con la suya y se tiró al suelo haciéndose el muerto». El delantero barcelonista, claro, daba otra explicación: «Fue él quien se acordó de mis padres y después me dio un cabezazo».

Ipiña se quejó del penalti no pitado y Daucik del comportamiento hostil del público. El presidente del Valladolid, Ramón Pradera, tampoco se mordió la lengua: «Nos han robado el partido y a Kubala no se le puede tocar, de modo que recomiendo al Barcelona que le ponga en una urna».

Al día siguiente de la borrascosa semifinal copera, el seleccionador nacional, Ricardo Zamora, dio la lista de preseleccionados para los partidos internacionales ante Irlanda en Madrid y contra Turquía en Estambul, en la que figuraban cuatro blanquivioletas: Lesmes I, Lesmes II, Lasala y Coque, aunque solo éste pudo debutar con la selección. Fue el 1 de junio de 1952, contra los irlandeses, a los que España ganó por 6-0, siendo Coque el autor del primero de ellos.

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