Las Palmas vs Real Valladolid: kilómetro 1 de la maratón por el ascenso

El símil de los 42 partidos/kilómetros que debe recorrer el Real Valladolid en su intento por retornar a la Primera División atrae tanto a Pacheta que el técnico blanquivioleta ha tardado más bien poco en trazar su plan y anunciarlo bien alto. Con luz y taquígrafos, quiso dejar claro antes de tomar vuelo regular camino de Las Palmas que la única fórmula posible para lograr el ascenso es ganar cada uno de los 42 kilómetros/partidos que tiene por delante a partir de esta misma noche (22:00 hora peninsular). Ni se plantea salir al trantrán ni levantar el pie del acelerador cuando llegue el muro.

«El Real Valladolid tiene que salir a ganar todos los partidos», no ha dudado en señalar el preparador burgalés, que incluso en la previa enfatizó su renuncia a jugar con dos modelos diferentes en función de si los suyos se emplean en Zorrilla o a domicilio.

No estábamos acostumbrados en los últimos años a escuchar un discurso tan rotundo, optimista y decidido, y tal vez por ello sus palabras se han tomado entre los aficionados con ciertas reservas. De igual forma que el técnico convence a sus futbolistas con imágenes y datos, al abonado se le conquista con victorias y puntos, y desde esta perspectiva los dos primeros partidos ante Las Palmas y Zaragoza son más importantes de lo que se cree. Flota todavía en el ambiente el descenso –más bien la forma en que se consumó–, y dos victorias de inicio ayudarían a aliviar tensiones y recuperar el favor de la grada.

Descartado por los propios protagonistas el hándicap que puede suponer no haber completado una pretemporada al uso, el equipo de Pacheta se presenta ante este primer kilómetro con las máximas garantías y, mejor aún, sin noticias del mercado estival. Otrora se miraba a esta puerta para abrirla a posibles incorporaciones, y en estos días se observa de reojo para cerrarla a posibles salidas. No quiere el club que se rompa ese tridente –referencial para el aficionado– que forman Olaza, Weissman y Marcos André, y por el momento ha conseguido aguantar las embestidas sin un solo rasguño.

Quedan dos semanas por delante, pero en el primer once el Valladolid podrá repetir –con la salvedad de El Yamiq– el equipo que despidió la última temporada en Primera. Eso sí, en distinta disposición.

Tal es la trasparencia demostrada por el preparador de Salas de los Infantes que nadie duda que esta noche saltará al estadio de Gran Canaria (aforo máximo de 12.960 espectadores) con tres centrales, dos laterales profundos y un mediocampo volcado en hacer llegar balones a Weissman. Así fue ante el Rayo en el Trofeo Ciudad de Valladolid, y así se empleó en el último amistoso frente al Amorebieta.

La primera convocatoria oficial de la era Pacheta no deja sorpresas, salvo posiblemente la entrada de Aguado en detrimento de Anuar. Roberto acompaña a Masip en la portería por la expulsión de Caro con la Ponferradina en la última jornada de la pasada temporada, y una de las pocas dudas que puede haber tiene que ver con el descarte entre los cuatro centrales que tiene la lista (Joaquín, Kiko Olivas, Bruno y Javi Sánchez). Pocas incógnitas más, asumiendo como ha asumido el técnico con total naturalidad la recuperación de Toni Villa como valor seguro para romper defensas entre líneas.

Alguna duda más hay en la otra orilla. Pepe Mel ha tenido ocho amistosos para ensayar diferentes opciones y en las últimas horas ha reconocido que no descarta alguna sorpresa en su primer once de la temporada. En los medios insulares se debate sobre si el técnico madrileño optará por un sistema de cinco defensas, que daría entrada a Curbelo, o bien si se decantará por cuatro para desplegar un 4-3-3 más reconocible en el estilo Pepe Mel. En el aire está también la participación de Jesé, su mejor activo, al que se le ha dosificado en pretemporada por molestias físicas. Muy probablemente su puesto en punta de ataque lo ocupará de salida Sadiku. El delantero albanés ha desembarcado este verano en la isla tras jugar la última temporada en Bolivia.

Atención deberá prestar la zaga blanquivioleta a la figura de Sergio Ruiz, uno de los mejores centrocampistas (interior) de la última temporada en Segunda. El cántabro posee una especial capacidad para generar fútbol de medio campo hacia adelante, y su movilidad provoca desajustes en las defensas rivales.

Sí ocupará puesto en la portería un exblanquivioleta como Raúl Fernández, que de esta manera pondrá fin a un rosario de lesiones que le ha impedido jugar desde abril de 2019.