La penúltima vez que Ronaldo Nazário se sentó en un palco lo hizo como asesor de Florentino Pérez y embajador del Real Madrid en el Bernabéu, allí donde se mueven los hilos del país –que dijo Piqué–. Ya era empresario del fútbol, y entonces se ... codeó con ministros, exministros, consejeros de multinacionales, embajadores de medio mundo, y hasta un expresidente como José María Aznar y una exalcaldesa. Allí se habla más de negocios que de fútbol y allí es donde deberá volver para buscar vías de escape económico para el Real Valladolid. Otro cantar es Zorrilla, donde se estrenó ayer como dueño y donde habló, y mucho, de fútbol. Entre bambalinas se apuntaba que no sabe si es mejor que siga hablando de fútbol y dando consejos a los futbolistas –visitó el vestuario antes y también después del partido– o que se decante definitivamente por dar un impulso a la parte económica y estructural del club.
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Sin perder ni un solo momento la sonrisa de la cara, ni siquiera con el mazazo del 94, Ronaldo Nazário fue todo amabilidad con todos cuantos le agasajaron en el palco de autoridades. Porque la foto del partido no estaba en el campo. Se hizo en tribuna y allí no había nadie que se la quisiera perder. Desde poco antes de que empezara el partido y especialmente durante el decanso, las cámaras solo tuvieron un objetivo. Los 'selfies' se contaron por cientos sin que el nuevo dueño del club perdiera la sonrisa. Cuentan los que estuvieron muy cerquita de él que ni siquiera el gol del Alavés borró su felicidad. «Hemos perdido 0-1 pero el Real Valladolid ha jugado bien y la Liga es muy larga», acertó a escribir en su cuenta de Twitter.
ronaldo nazário
Siempre con Carlos Suárez como escudero, las fotos se hicieron por momentos interminables. Tan solo un exNBA como Roger Manson junior, último paso por Miami, le robó una pequeña dosis de protagonismo, en un palco que registró idéntica entrada que en el último encuentro ante el FC Barcelona. Es cierto que para algunos hubo una segunda foto dentro de la foto del partido, propia del protocolo con Óscar Puente al lado de Carlos Suárez y Jesús Julio Carnero al otro extremo junto a presidente y directivo del Alavés, pero ésta pasó tan desapercibida como el entrañable reconocimiento que Ronaldo le hizo al socio número 1 del club, Juan Antonio Añíbarro.
El resto de invitados al estreno, salvo excepción de la delegada del Gobierno, Virginia Barcones, nueva en estas lides, no cambiaron el guion. Otrora en primera fila, exalcaldes como León de la Riva y Rodríguez Bolaños compartieron espacio y también debate sobre la conveniencia de haber frenado en seco la acción que supuso el gol del Alavés. Probablemente también lamentarían que el gol siga llevando el nombre de Ronaldo en Zorrilla. Y es que 420 tantos a lo largo de su carrera –incluidos 104 en el Real Madrid, y 47 en 49 partidos con el Barça– pesan mucho incluso siete años después de su retirada.
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