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Con este cabezazo que batió a Arévalo, Rusky conseguía el segundo tanto que certificaba el triunfo sobre el Getafe. Aquella temporada, como la anterior y la siguiente, el delantero catalán fue el máximo goleador blanquivioleta. Archivo del autor
Palacios y Rusky, los verdugos del Getafe

Palacios y Rusky, los verdugos del Getafe

En la temporada 1977-78 el Real Valladolid era el principal candidato para el ascenso, pero se quedó a siete puntos de ascender pese al buen fútbol que ofrecía

José Miguel Ortega

Valladolid

Sábado, 6 de marzo 2021, 08:23

La 1977-78 fue la última temporada de Fernando Alonso como presidente del Real Valladolid y quiso apostar fuerte para confeccionar una plantilla lo suficientemente competitiva como para aspirar al ansiado ascenso a primera, con Paquito al frente del conjunto blanquivioleta.

Alternando las de cal con las de arena, el Pucela mantenía sus opciones al comienzo de la segunda vuelta, de modo que el partido disputado contra el Getafe en el viejo Zorrilla el 8 de enero de 1978, fue catalogado unánimemente como vital reforzar las posibilidades de ascender, después de muchos años intentándolo.

Se jugó aquel partido en una tarde fría y desapacible, con menos público del que a priori se esperaba. Se recaudaron 437.175 pesetas (2.623 euros), mientras que los gastos, incluida la prima de los jugadores por ganar, ascendieron a 442.983 pesetas (2.657 euros), de modo que hubo pérdidas por valor de 5.808 pesetas (34 euros), aunque al menos se logró el triunfo con una actuación brillante de los blanquivioletas, especialmente en la segunda parte.

El Getafe ya era entonces un hueso duro de roer, que hizo honor a su estilo aguantando la presión local durante 25 minutos, momento en el que el argentino Palacios abrió el marcador, aprovechando un pase de Díez, que fue un auténtico quebradero de cabeza para la zaga madrileña.

Palacios había llegado al Valladolid la temporada anterior, procedente del Newell's Old Boys, por cinco millones y medio de pesetas, lo que le convertía en el fichaje más caro de la historia blanquivioleta, hasta entonces. Vino con cierta fama y vitola de goleador, que solo justificó a medias, pues el primer año marcó 9 goles y el segundo 3, claramente superado por Rusky, que fue el autor del segundo tanto que certificaba el triunfo sobre el Getafe, cabeceando un centro de Moré, en el minuto 54.

La verdad es que la victoria vallisoletana resultó más fácil de lo esperado, no solo por el acierto de los dos goleadores, sino también por la formidable actuación de Díez y Borja, que fueron los mejores del partido. Javier Díez atravesaba un gran momento de forma y se insistía en un traspaso al Atlético de Madrid, aunque finalmente su destino fue el Español, mientras que la irrupción de Borja resultó tan deslumbrante que los equipos grandes seguían atentamente su evolución, especialmente el Real Madrid, que se hizo con una opción de compra…malograda por la grave lesión de rodilla sufrida en el mes de octubre de aquel mismo año 1978.

Segura, entrenador entonces del equipo getafense, opinó en la rueda de prensa posterior al partido, que el Real Valladolid era el mejor equipo de segunda división y el más firme candidato al ascenso. Paquito, el técnico local, no fue tan rotundo en sus declaraciones, pero sí consideró que el 2-0 ante los madrileños era un triunfo muy meritorio que volvía a poner en órbita a los blanquivioletas.

Pero aquellos pronósticos optimistas no se cumplieron, y quienes al final consiguieron el ascenso fueron Zaragoza, Recreativo de Huelva y Celta, quedando el Valladolid séptimo, a 7 puntos del ansiado ascenso, que todavía se iba a demorar dos años más.

Volviendo al choque ante el Getafe, Paquito repitió una costumbre llamativa, como era la de no realizar cambios, aunque ya estaban autorizadas dos sustituciones desde la temporada 1969-70. Los vallisoletanos jugaron con: Llacer; Nicolás, Jacquet, Santos, León; Mellado, Moré, Borja; Díez, Palacios y Rusky, mientras que el Getafe alineó a: Arévalo; Valle, Cortés, Cruz, Chiqui; Escalante, Valdés, González; Polo, Martínez y Romero. Colafau sustituyó a Romero y Alfonso a González.

Por cierto que aquel mismo día, Real Valladolid y Getafe se enfrentaron por la mañana en partido correspondiente a la Liga Nacional de Juveniles y también se saldó el duelo con triunfo blanquivioleta por 1-0, gracias a un gol de penalti transformado por Llorente, que pese al apellido no tenía ningún parentesco con el entrenador del equipo, Santiago Llorente.

Los juveniles, que hicieron una brillante campaña, tuvieron que celebrar aquel partido en el campo de San Pedro Regalado, porque el Real Valladolid no tenía más que el viejo estadio Zorrilla, donde solo jugaban el primer equipo y el Promesas, siempre que no coincidieran con sus compromisos en la misma fecha.

Y aún así, con esas limitaciones, la cantera blanquivioleta impulsada por Ramón Martínez, produjo talentos como Borja, Gail, Minguela, Sánchez Valles, Lolo, Toño, Duque y Aragón, anticipo de los que llegarían después, Eusebio, Jorge, Fonseca, Peña…

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